2. La obligación de ser feliz. Las ventas de antidepresivos aumentan un 40% durante el período navideño. Mientras unos se dejan llevar por los colores, disfrutan de las luces navideñas y escuchan villancicos con una sonrisa, para otros esta felicidad “impuesta” es simplemente insoportable. La soledad, el recuerdo de los que ya no son o solo la expectativa de tener que ser feliz que uno tiene en este momento, no solo genera tristeza, sino angustia real.
3. Las canciones navideñas. No tengo una voz bonita y no canto nada bien, pero me gusta escuchar buena música, me encanta la música y no me comprometo con ella. Por eso, los villancicos me dan escalofríos y náuseas. Y lo peor es que algunos motivos (sobre todo los más pegadizos) pueden quedarse horas en la cabeza, son estribillos molestos que se repiten como si se tratara de un disco rayado.
4. I riti. Los rituales son hermosos siempre que entendamos su origen y podamos evitarlos cuando lo deseemos. Los ritos que se han transmitido culturalmente, aquellos de los que no encontramos el significado, son solo una camisa de fuerza. Y la Navidad está llena de rituales que se repiten año tras año, frente a los cuales familiares y amigos te declaran persona non grata si tienes el coraje de proponer cambiarlos. Los rituales son reconfortantes, pero a veces solo quieres cambiar. Y deberíamos tener la libertad de hacerlo.
5. Las decoraciones navideñas. Me gustan las luces navideñas, dan un aire festivo al entorno y también pueden transmitir alegría. Pero como la Navidad es la época perfecta para fomentar los excesos, la mayoría de la gente usa este pretexto para sacar a relucir su lado kitsch, el que estuvo más o menos escondido durante todo el año. Como resultado, y en el mejor de los casos, las luces navideñas se convierten en una ofensa para el sentido estético, en el peor, terminan dañando la retina.
6. Conflictos religiosos. La Navidad es una época de paz, pero la olvidamos cuando persistimos en aferrarnos a los ritos. Luego aparecen los padres que no quieren que sus hijos canten canciones multiculturales en las que aparecen versos en árabe, luego vienen los ateos que no quieren que sus hijos canten canciones cristianas y los católicos que durante todo el año se habían olvidado de que existía. La Iglesia y han nunca leyeron un versículo del Evangelio en toda su vida, que ahora les gustaría escuchar a Adestes Fideles cantar ya que saben que su vida dependía de ello y se enojan si en la escuela donde van sus hijos no cantan canciones cristianas de Navidad - Católico. En resumen, dibujemos un velo misericordioso sobre la pregunta ...7. Finge que todo está bien. En Navidad todo el mundo nos desea unas felices fiestas, incluso los que no conocemos y no tenemos intención de conocer. Un colega que nos ha hecho la vida imposible durante todo el año nos sonríe. La excusa para el ablandamiento repentino es que todos debemos ser mejores. Así que nos sentimos culpables si no respondemos con el mismo entusiasmo y mostramos una cara que nadie podría confundir con una auténtica “sonrisa de Duchenne”. Por supuesto, no tengo nada en contra de eliminar viejos rencores y tratar de ser mejores personas, el problema es que esta actitud es tan efímera como la Navidad. Y esto no se llama cambio, sino hipocresía.
8. La obligación de estar acompañado. En Navidad todo el mundo te pregunta qué vas a hacer y con quién. Y si les dices que te quedarás en casa, solo (o mejor dicho, que disfrutarás de tu compañía) no podrán reprimir una microexpresión que delata lástima. Entonces terminas teniendo lástima de ti mismo. Después de todo, muchas microexpresiones iguales no pueden estar equivocadas, ¿verdad? Y en ese caso, es probable que termines en una fiesta en la que no quisiste estar para evitar una soledad que no te molestaba antes, pero que te hizo pensar que debe haber algo mal contigo si estás solo en estos momentos de relax fiesta. Sin embargo, creo que la Navidad no es motivo suficiente para no aplicar el famoso dicho: “mejor solo que mal acompañado”.
9. Saludos preempaquetados. Me refiero a esas postales preempaquetadas que eliges con los ojos cerrados y luego las envías a prácticamente todos los contactos de la libreta de direcciones, solo para dar una buena impresión. Y ya que estamos en eso, también podemos incluir esos deseos incómodos de todos los diversos "ex", personas que no has visto durante siglos pero que, irónicamente, te recuerdan con un mensaje trivial que probablemente enviaron a 100 o quizás más contactos. . Postales y saludos que son irrelevantes, pero que nos hacen preguntarnos: "¿Pero realmente tengo que contestar?"10. Los excesos. Exceso de comida, exceso de alcohol, exceso (e innecesario) de regalos, exceso de luces, consumo excesivo, villancicos excesivos… En Navidad, todo adquiere enormes proporciones, aunque no sepamos exactamente por qué. De hecho, probablemente hayas cantado "Happy Xmas" de John Lennon y Yoko Ono sin saber cuándo y por qué fue escrito. Esta canción es de 1971 y fue escrita para protestar contra la guerra de Vietnam. El texto debe hacernos reflexionar sobre el hecho de que, mientras gastamos dinero y nos dedicamos a excesos absolutamente evitables, en otras partes del mundo siempre hay alguien que muere de guerra o de hambre, aunque sea un poco por nuestra culpa. ¡Buon Natale a tutti! Aprovecha este momento para mirar dentro de ti, para pasar tiempo con las personas que realmente se preocupan por ti y hacer esas cosas que realmente te apasionan. Solo entonces la Navidad tendrá sentido.