Siempre hay un ascenso que conseguir, una habilidad que mejorar y una obligación de respetar. Pero, ¿y nuestro tiempo?
Última actualización: 11 septiembre, 2020
Lo único que hacemos es repetir que la vida ciertamente no viene con el manual de instrucciones. Y asÃ, la mayorÃa de nosotros terminamos apegados a un plan gradual que gobierna nuestra existencia. Sin darnos cuenta, gastamos nuestro precioso tiempo tratando de lograr objetivos, uno tras otro. Mientras tanto, la vida pasa ante nuestros ojos.
En la mayorÃa de los casos, por desgracia, es un plan que ni siquiera hemos definido. Simplemente hemos internalizado lo que otros consideran el camino hacia el éxito y la felicidad. Seguimos olvidando eso, como dice Seligman cada uno es creador de su propia felicidad.
Nos preparamos para vivir
buenas oportunidades
Los padres, con el objetivo de que sus hijos tengan todas las habilidades y herramientas necesarias para el futuro, comienzan a prepararlos desde la primera infancia. Eligen los mejores colegios y hacen un esfuerzo económico para matricular a sus pequeños en una gran variedad de actividades extraescolares. Inglés, alemán, baloncesto, ajedrez, natación, piano... todo parece importante, todo parece necesario para enriquecer el currÃculum de la vida.
A medida que crecemos, nos esforzamos por obtener las mejores calificaciones, ser admitidos en las universidades más prestigiosas y cursar las maestrÃas y posgrados más solicitados. Renunciamos a amigos, descanso y todo tipo de entretenimiento para estudiar algo que nos garantice un salario en el futuro.
Después de conseguir un trabajo, que puede que ni siquiera nos guste, no dudamos en hacer horas extras o privarnos del viaje o de la prenda que nos gustarÃa comprar para ahorrar dinero, porque nunca se sabe lo que puede pasar. Cada vez que pensamos que estamos disfrutando el presente, parece haber un futuro que requiere nuestro sacrificio: siempre hay algo que hacer en nuestra lista. Entonces, mientras nos enfocamos en el mañana, la vida continúa.
La vida pasa y no nos damos cuenta
Mientras nos preparamos para vivir, la vida pasa. Mientras corremos de una actividad a otra, el tiempo para dedicarlo al juego, la exploración, el descubrimiento, la imaginación fluye para nunca regresar. todo esto sin embargo sabemos que el futuro requiere de seres humanos más creativos y curiosos.
Mientras estudiamos incansablemente, se pierde la oportunidad de bailar, reÃr, conocer gente nueva y ampliar nuestros horizontes. Nuestros hijos crecen mientras dedicamos nuestro tiempo al trabajo que nos hace infelices. La oportunidad de practicar nuestras aficiones, pasar tiempo en familia, divertirnos con amigos, viajar y ver pasar el mundo ante nuestros ojos.
¿En qué momento nos consideraremos lo suficientemente preparados para empezar a vivir? Quizás entonces ya no podamos hacer ese viaje a Tailandia que tanto anhelábamos o la codiciada prenda haya pasado de moda y nuestros hijos ya hayan crecido.
¿Cuántos años tienes ahora? Cualquiera que sea la respuesta, nunca serás más joven de lo que eres ahora, nunca tendrás toda la energÃa que tienes ahora. La vida está sucediendo ahora mientras lees este artÃculo. ¿Está satisfecho con el uso que ha hecho de su tiempo hasta la fecha?
Encontrar el equilibrio
Está claro que no podemos ignorar nuestras responsabilidades y dedicarnos exclusivamente a divertirnos. Tenemos que estudiar, tener un trabajo y pensar en el futuro. Y en muchas ocasiones no podemos elegir. Sin embargo, hay un término medio saludable.
Para la sociedad sólo se necesita lo que genera productividad. Pero como seres humanos, la buena salud mental y emocional es esencial para nosotros. Necesitamos descansar, hablar, amar, ser creativos, reÃr y sentirnos realizados. Estas actividades pueden no ser rentables, pero son esenciales. Cuando esta fantástica aventura que es la vida llegue a su fin, solo nos quedarán nuestras experiencias: ¿crees que puede haber una mejor inversión que esta?
Si vas a seguir un plan, asegúrate de que sea el tuyo, que esté hecho a tu medida. Entrena por el placer de hacerlo, estudia por curiosidad, lee para aprender más sobre lo que te fascina. Intenta encontrar un trabajo que de alguna manera te enriquezca a nivel personal. Reserva tiempo para pintar, cantar, leer, jugar con tus hijos o dar un paseo por la playa. La vida pasa y no vuelve, disfrutémosla.