3 contradicciones de la mente de las que no podemos escapar

    3 contradicciones de la mente de las que no podemos escapar La mente humana es increíble, cuanto más la estudiamos, más secretos nuevos nos revela. Pero quizás aún más fascinantes sean sus contradicciones. Nos gusta pensar que somos personas muy racionales y lógicas, pero en realidad, en el fondo, somos seres muy emocionales, llenos de contradicciones y muy sensibles a estímulos ambientales aparentemente irrelevantes. De hecho, nuestras creencias, percepciones y deseos a menudo nos juegan una mala pasada y ponen trampas en nuestro cerebro.
    1. Leemos más rápido cuando las líneas son largas, pero preferimos las líneas cortas.

    ¿Alguna vez ha elegido la longitud de una línea para leer en la pantalla? ¿Prefiere una línea de 100 caracteres o una línea más corta de unos 50? La mayoría de la gente prefiere leer líneas cortas. Sin embargo, lee más rápido cuando las líneas son largas.



    Los estudios llevados a cabo por las Universidades de Reading y Wichita han demostrado que las líneas de alrededor de 100 caracteres son ideales para una lectura rápida. Sin embargo, preferimos líneas mucho más cortas (entre 45 y 72 caracteres). Además, este experimento también descubrió que leemos más rápido cuando el texto contiene una sola columna que cuando se distribuye en varias columnas. Pero preferimos los textos repartidos en dos o tres columnas.

    Aunque quizás lo más interesante es que las personas que participaron en el estudio estaban convencidas de que las líneas cortas y las diferentes columnas facilitaban la lectura. Cuando en realidad los datos mostraban que no era así. Seguramente es un truco de nuestra percepción, lo que nos hace creer que lo más interesante también es más conveniente.

    2. Queremos tener más opciones de las que el cerebro puede procesar.


    A todos les gusta tener diferentes opciones. Cuando vamos de compras nos gusta tener diferentes marcas para elegir. De hecho, si no tenemos varias opciones, también podemos sentirnos frustrados. Sin embargo, varios estudios han demostrado que tendemos a querer más opciones de las que se nos ocurren.


    Un estudio realizado en la Universidad de Columbia evaluó cuántas opciones podemos administrar juntos. En una frutería, los investigadores prepararon un mostrador con 6 tarros de mermelada, que luego se convirtieron en 24. Curiosamente, el mostrador con más opciones recibió el 60% de las visitas, el otro solo el 40%. Sin embargo, el 31% de las personas que se detuvieron frente al mostrador con 6 frascos de mermelada compraron, mientras que solo el 3% de los que se detuvieron frente al mostrador con 24 frascos compraron algo.

    Esto significa que, aunque nos atraen las muchas opciones, nuestro cerebro solo puede manejar 3 o 4 a la vez. Por lo tanto, cuando tenemos demasiadas alternativas disponibles, literalmente nos atascamos. Entonces, ¿por qué queremos tener muchas opciones? Estos psicólogos están convencidos de que se trata de dopamina, y aparentemente nuestro cerebro es adicto a la información como si fuera una droga, aunque luego tenga una capacidad limitada para procesarla.

    3. Cuanto más inseguros nos sintamos, más tenazmente defenderemos nuestras ideas.

    A todo el mundo le ha pasado, pero quizás no nos demos cuenta. Sin embargo, según la teoría de la disonancia cognitiva, nos sentimos muy incómodos cuando tenemos dos ideas que se contradicen. En consecuencia, y para eliminar el sentimiento que tanto nos molesta, nos aferramos a una idea y la defendemos. Este fenómeno se conoce como: "negación de la disonancia cognitiva".


    Un estudio realizado en la Universidad Northwestern pidió a un grupo de personas que discutieran sus puntos de vista sobre diferentes dietas e indicaran qué tan seguros se sentían. Antes de comenzar, a algunos se les pidió que evocaran un momento de su vida en el que se sintieron muy inseguros y a otros se les preguntó lo contrario, recordar cuando se sintieron seguros. De esta forma, los psicólogos generaron la sensación de seguridad / inseguridad. Curiosamente, las personas que se sintieron inseguras fueron las que más defendieron sus puntos de vista y más discutieron.



    Sin duda, la sensación de descontrol crea inseguridad y nos empuja a aferrarnos a cualquier cosa, incluso a opiniones que en otro contexto no defenderíamos con tanta vehemencia. Por otro lado, también se ha encontrado que cuanto más defendemos una idea, más regiones cerebrales asociadas con la emoción y la recompensa se activan. Por tanto, captar esta idea nos hace sentir bien, aunque no nos convenza del todo.


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