1. Gnothi seauton
Este es un aforismo griego contenido en el antiguo oráculo de Delfos: "Conócete a ti mismo".
El camino que conduce al autoconocimiento es el camino más complejo y apasionante que podemos emprender durante nuestra vida. En realidad, no llegaremos lejos si no somos conscientes de nuestro potencial y no tenemos en cuenta nuestras limitaciones.
El éxito pasa por el autoconocimiento, solo cuando nos conocemos profundamente seremos capaces de tomar buenas decisiones y tomar decisiones que nos permitan crecer y alcanzar nuestras metas. Al contrario, el desconocimiento de nosotros mismos nos deja a merced de las circunstancias y probablemente nos lleve a seguir un camino que, en última instancia, no nos satisfará.
2. Premeditación del mal
Los estoicos, incluido Séneca, argumentaron que era necesario "prever el mal".
No se trata de exaltar el pensamiento negativo, sino de prepararse para lo peor, en el buen sentido. En una sociedad donde el positivismo se ha establecido hasta el final, algunos han olvidado la importancia del negativismo estratégico. De hecho, los buenos proyectos a menudo fracasan por razones que podrían haberse evitado si tan solo hubiéramos podido anticiparnos.
Además, la capacidad de anticiparnos a los problemas nos permite adoptar una perspectiva más objetiva porque a menudo somos víctimas de un pensamiento catastrófico que exagera las posibles consecuencias de los problemas mismos. Sin embargo, cuando nos obligamos a imaginar el peor de los casos y tomar una actitud objetiva, nos damos cuenta de que nuestras emociones nos estaban jugando una mala pasada y que en realidad no todo es tan malo como pensábamos, lo que nos da la fuerza para continuar.
3. Enfocar
Esta máxima simple pero eficaz de la filosofía budista: "concentrarse" ha sido reevaluada por las corrientes modernas de productividad personal.
En un mundo lleno de distracciones, cada vez es más difícil concentrarse. Y no me refiero solo a la capacidad de prestar atención a lo que necesitamos para trabajar o estudiar, sino a la capacidad de enfocarnos en lo que realmente nos importa, aprender a priorizar y apuntar.
Para ser felices, ser más efectivos y lograr nuestros objetivos, no necesitamos más cosas, al contrario, necesitamos mucho menos de lo que tenemos. Cuando simplificamos nuestras vidas, dejamos al descubierto lo que es esencial para poder concentrarnos en lo que realmente nos importa a cada uno de nosotros.
4. Cosas, no palabras
Este antiguo proverbio latino ha sobrevivido hasta nuestros días, pero pocos son capaces de ponerlo en práctica: “Hechos, no palabras”.
Por un lado se refiere a la necesidad de implementar nuestras ideas y traducir nuestros sueños en acciones. La dilación es nuestro peor enemigo, porque no solo nos mantiene inmóviles, sino porque también es una fuente de preocupaciones innecesarias por las que desperdiciamos energía. Recuerda que nadie ha ido muy lejos sin dar el primer paso. Afortunadamente, llevar a cabo un proyecto y ser totalmente coherente es una habilidad que se aprende y se perfecciona con la práctica.
Además, este proverbio nos recuerda la importancia de ser coherentes con nuestros sentimientos, ideas y creencias. Nuestro sistema de valores debe encontrar una salida a través de nuestras actitudes y comportamientos, solo entonces nos sentiremos completamente satisfechos con nosotros mismos.
5. Carpe diem
El poeta romano Horacio acuñó esta frase, tan simple y profunda: "Aprovecha el día".
Una enfermera australiana que atendía a enfermos terminales descubrió que los mayores arrepentimientos de las personas que estaban muriendo eran casi siempre los mismos: todos lamentaban no seguir sus sueños y no darse la oportunidad de ser felices. El problema es que mientras nos encontramos atrapados entre el pasado y el futuro, descuidamos el presente.
Esta máxima nos invita a reflexionar sobre la fugacidad del tiempo y la necesidad de hacer más. ¿Cómo hacer? Aprender a estar plenamente presente, disfrutar del aquí y ahora, evitar que las preocupaciones arruinen un buen momento y, sobre todo, ponernos a trabajar para hacer realidad nuestros sueños.