5 obsequios de PAS

    5 obsequios de PASCuando nos miramos al espejo y vemos que somos diferentes a los demás, nos asalta el miedo. Uno se confunde y surgen miles de preguntas: ¿Por qué soy diferente? ¿Por qué veo las cosas de manera diferente? ¿Por qué me molestan las cosas que otros ni siquiera consideran? ¿Por qué no me siento cómodo? Personas muy sensibles, que representan alrededor del 20% de la población, son conscientes de este sentimiento. Desde pequeños se dan cuenta de que son diferentes a los demás porque tienen una sensibilidad particular que en ocasiones puede convertirse en una pesada cruz porque genera muchos problemas en las relaciones interpersonales Las Personas Altamente Sensibles son aquellas que reaccionan intensamente a los estímulos ambientales. Al ser hipersensible, las situaciones que pasan desapercibidas para los demás son muy molestas y también pueden provocar síntomas físicos como mareos o dolor de cabeza. Las luces brillantes, algunos sonidos, algunos materiales y olores, así como el desorden, pueden desencadenar reacciones exageradas en ellos. Por supuesto, esta sensibilidad se extiende a todos los ámbitos de su vida y puede hacer que la persona se sienta incomprendida. Además, estar expuesto a tantos estímulos todo el tiempo puede volverlos irritables, por lo que no es raro que las relaciones interpersonales se vean afectadas. Se sabe que algunas áreas del cerebro de estas personas funcionan de manera diferente. Un estudio realizado en la Universidad de California reveló que las áreas del cerebro asociadas con la conciencia, las emociones y la empatía reciben un flujo sanguíneo sustancialmente más alto que el que se encuentra en el cerebro de las personas con sensibilidad reducida. Esto indica que estas áreas reaccionan de manera más intensa a los estímulos, desencadenando una respuesta excesiva, pero no hay razón para desanimarse, ser PAS también tiene sus ventajas. De hecho, ser diferente no es ni mejor ni peor, solo significa que debes aprender a aprovechar tus fortalezas.
    1. El don del conocimiento emocionalDesde la infancia, las PAS comienzan a ver el mundo con una mezcla de curiosidad y ansiedad. Sus ojos son capaces de captar pequeños detalles que pasan desapercibidos para los demás, como la mueca que denota frustración en la maestra cuando responde incorrectamente o la expresión de preocupación en el rostro de su madre. Un talento especial para detectar micro expresiones que delatan los sentimientos de otros. Comprender las emociones de los demás nos hace más vulnerables a su dolor, es cierto, pero también nos coloca en una posición única para ayudarlos. Esta habilidad también representa una brújula que nos permite orientar mejor nuestro comportamiento en contextos sociales. El truco está en aprender a tomar una distancia emocional y no dar demasiado peso a las emociones de los demás. De hecho, es probable que en más de una ocasión te hayan dicho: "el problema es que eres demasiado sensible". Y es cierto, eres más vulnerable, pero también tienes una mayor conciencia emocional, eres una persona más empática que se pone fácilmente en la piel de los demás y conecta profundamente con su "yo".
    2. El don de la inteligencia intuitivaLas PAS tienen una fuerte intuición. Esto se debe a que son capaces de capturar una mayor cantidad de detalles del entorno y darle un sentido coherente para extraer la conclusión más probable. Este es un proceso automático, no necesitan pensar en ello, solo sentir, su subconsciente hace el resto. Estas personas tienen más dificultades para tomar decisiones conscientes porque muchas veces se sienten abrumadas por la cantidad de opciones y no pueden analizarlas. uno por uno. Muy a menudo deben simplemente escuchar su intuición, la inteligencia intuitiva es una habilidad que todos tenemos al nacer, pero que perdemos con el tiempo, aplastada como está por el peso de un entrenamiento eminentemente racional. Entonces, no te pierdas este regalo y escucha más lo que te dice tu corazón.
    3. El don de saber disfrutar de la soledadLa mayoría de las PAS disfrutan de la soledad. No son ermitaños, pero les encanta pasar tiempo a solas para dedicarse a sus pasatiempos o simplemente para pensar. En una sociedad en la que todo el mundo corre y trata de ocupar el tiempo con trabajo o actividades inútiles, simplemente porque no quiere estar a solas consigo mismo, el don de saber disfrutar de la soledad es raro, tu "yo". Puede indagar en su interior para conocerse mejor a sí mismo, para saber lo que realmente quiere. Una persona que sabe estar a solas consigo misma es una persona madura, que no le teme a sus pensamientos y emociones, aprende a estar solo, sin ser asaltado por el aburrimiento y sin la necesidad morbosa de tener a alguien cerca o algo que llenar. El vacío existencial es un regalo que no tiene precio. No lo desperdicies intentando encajar en la sociedad, porque saber relacionarse contigo mismo es tan importante como hacerlo con los demás.
    4. El don de vivir intensamenteLas PAS viven intensamente, con el corazón. No buscan constantemente aquellas actividades que les generen adrenalina, no les gusta mucho el cambio y el riesgo, pero disfrutan de una rica vida interior, estas personas tienen la capacidad de vivir intensamente cada emoción, para que puedan vivir una relación sin reservas. comprometerse con las causas correctas y disfrutar de los pequeños detalles que son insignificantes para los demás, como una puesta de sol, una canción o un cuadro. Sin duda este es un regalo excepcional, especialmente en una sociedad donde muchas personas se han vuelto adictas a fuertes estímulos, siempre insatisfechas y buscando nuevas sensaciones para llenar el vacío de sus vidas.
    5. El don del crecimiento personalTodos tenemos la capacidad de crecer emocionalmente, pero la alta sensibilidad de las PAS les facilita caminar. De hecho, mientras que la mayoría de las personas tienden a retirarse a su zona de confort, que se vuelve más y más estricta con los años, las PAS se embarcan en un viaje interior para conocerse mejor y cambiar. Por esta razón, a menudo se les asocia con “almas viejas”. Estas personas están más inclinadas a mirar hacia adentro, a conectarse emocionalmente con los demás y apreciar los detalles que les rodean. Por tanto, una vez superada la fase inicial, caracterizada por la frustración que supone darse cuenta de que son diferentes, pueden emprender un viaje para redescubrir su yo, por tanto, no desperdicien este don. Encuentra tu propio equilibrio y embárcate en el viaje, las cosas que descubras sobre ti mismo serán maravillosas.
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