5 señales de que otros han superado nuestros límites

    5 señales de que otros han superado nuestros límites

    Determinar cuándo alguien ha superado un límite físico es muy fácil, incluso las personas más sencillas pueden hacerlo. Sin embargo, los límites psicológicos son más sutiles y es más difícil darse cuenta de que alguien los está superando.

    De cualquier manera, el principal problema es que la mayoría de nosotros no somos conscientes de nuestras limitaciones emocionales, por lo que es difícil para nosotros determinar con precisión cuándo alguien ha cruzado la línea. Para evitar un problema tendemos a posponer el accidente, lo que significa que ampliamos nuestros límites, a veces yendo mucho más allá de lo recomendado.



    Vale la pena recordar que expandir nuestros límites no es malo en sí mismo. En realidad, las personas más creativas, inteligentes y sensibles se caracterizan por tener límites más flexibles y estar dispuestos a ampliarlos cuando sea necesario. Pero hay ocasiones en las que tenemos que hacer valer nuestros derechos, de lo contrario, corremos el riesgo de terminar emocionalmente sumisos. El primer paso es aprender a reconocer cuando alguien está sobrepasando nuestros límites.

    1. Justifica el comportamiento de la persona.

    Una de las señales de que alguien puede haber cruzado la línea son las excusas que se usan para justificar el comportamiento. Es común en las relaciones, especialmente cuando hay violencia, ya sea física o psicológica. La justificación típica es esta: "Es muy bueno conmigo, me trata mal solo porque tiene problemas en el trabajo". O cuando pasamos por alto un chiste que nos ha herido profundamente porque, al fin y al cabo, esa persona "nos ama".

    Lo cierto es que aunque estemos seguros de que la otra persona nos ama, la violencia y otros comportamientos que nos causen daño no están permitidos y nunca deben justificarse. Tenemos que tener mucho cuidado, porque la línea entre comprensión y sumisión es muy fina. Entonces, la próxima vez que intente averiguar por qué una persona se comporta de cierta manera, asegurémonos de no inventar una excusa para evitar una discusión y sentirnos bien con nosotros mismos.



    1. Asumiendo la culpa de las cosas que salen mal  

     

                          

    Si constantemente nos culpamos de todas las cosas que salen mal, tanto en casa como en el trabajo, es muy probable que haya alguien en nuestra vida que esté empujando nuestros límites. Asumir la responsabilidad de nuestras acciones es un acto loable, pero no podemos responsabilizarnos de las responsabilidades de los demás porque si lo hacemos nunca solucionaremos el problema, por el contrario, contribuiremos a hacerlo más grave. Por ejemplo, si un colega se ha apropiado del éxito del proyecto que han realizado juntos, no debe pensar que es culpa suya porque no ha podido defender el proyecto en la etapa de presentación. Puede ser cierto que le resulte difícil hablar en público, pero eso no significa que no haya trabajado duro para llegar a ese punto y su esfuerzo deba ser reconocido. Por tanto, esa persona está invadiendo tu espacio al apropiarse de un mérito que también es tuyo. No te sientas culpable, lucha por todo lo que te corresponde.

    1. Dudar de las decisiones tomadas después de escuchar las opiniones de los demás.

     

    Si luego de tomar una decisión empiezas a dudar cuando escuchas la opinión de otra persona, es probable que un amigo, colega o familiar esté tratando de interferir en tu vida. Vale recordar que cuando nos encontramos en una encrucijada, es común que consultemos con otras personas y les pidamos su juicio. A veces, un punto de vista diferente puede hacernos cambiar de opinión y no hay nada de malo en eso. En realidad, es un proceso enriquecedor. Pero hay ocasiones en las que la gente intenta manipularnos una vez que hemos tomado una decisión. El ejemplo clásico son los padres que afirman apoyar incondicionalmente a su hijo, pero luego discuten continuamente su decisión tratando de que cambie de rumbo.



    1. Tus opiniones no se tienen en cuenta

     

    Si a menudo siente que no se tienen en cuenta sus opiniones, deseos y preferencias, es probable que alguien esté superando sus límites. En las relaciones interpersonales es necesario negociar decisiones continuamente. Aunque casi nunca te des cuenta, lo cierto es que pasamos la mayor parte del día intentando llegar a acuerdos. Algunas pueden parecer triviales, como elegir un restaurante o una película, mientras que otras son más importantes, como comprar una casa o decidir tener un hijo. En una relación equilibrada, cada parte debe esforzarse por satisfacer a la otra encontrando un término medio que satisfaga a ambas. Sin embargo, hay ocasiones en las que una persona impone su propio juicio y no tiene en cuenta las opiniones y preferencias de los demás. Cuando llega a ese punto, hay una clara violación de sus derechos personales.


    1. Te sientes "pequeño"

     

    En los casos más extremos, cuando la persona ha soportado durante varios años que otros violan sus límites, puede llegar a experimentar la sensación de no ser nadie, como si su propio "yo" se desvaneciera. De hecho, esto es exactamente lo que sucede. El caso es que nuestros límites psicológicos no solo sirven para indicar a las personas cómo pueden relacionarse con nosotros, sino que también determinan nuestra personalidad; es decir, nos identifican y diferencian de los demás. Por lo tanto, es común que las personas que no pueden establecer límites saludables sufran daños en su autoestima, experimenten cómo su rango de intereses está disminuyendo lentamente y finalmente se sientan perdidos.


    ¿Qué hacer cuando alguien ha superado tus límites?

     

    Cuando se dé cuenta de que se han violado sus límites, debe indicarlo claramente. Expresa lo que piensas y cómo te sientes, aclara tu posición para que la situación no vuelva a suceder en el futuro. Claro, no vale la pena enojarse o hacer un escándalo, pero es suficiente usar un tono relajado pero firme. El concepto esencial que queremos comunicar es que no estamos dispuestos a ceder en algunos puntos.

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