Editado por la Doctora Dora Intagliata
En la práctica clínica se ha comprobado que la mayoría de quienes desean adelgazar lo pierden en el camino (entre una dieta y otra), debido a la falta de información por parte del dietista. A esto hay que añadir también que la mayoría de los sujetos que ponen un pie en un estudio de dietista privado, especialmente los empujados por el médico de familia a acudir al dietista por la complejidad de las patologías que presenta actualmente, lo hacen con un estado emocional particular: por un lado el deseo de alcanzar el peso ideal (el peso "deseado") genera en el sujeto el deseo y la ansiedad de implementar la dietoterapia lo antes posible, por otro lado también existe el miedo y el miedo a cualquier resultado negativo de la dieta. Es por estos motivos que el dietista debe seguir paso a paso a sus clientes y no detenerse solo en la prescripción de una dieta personalizada, sino ir más allá, entrar en la psicología íntima del paciente que tiene delante para obtener mejores resultados que los esperado. Además, no son pocos los pacientes que, por miedo a la respuesta de su dietista, no plantean preguntas imprescindibles y sencillas sobre las dudas que les acechan. Debido a la complejidad de todos estos temas, sería útil brindar a los pacientes que están iniciando un camino dietético una serie de consejos útiles capaces de satisfacer su curiosidad y subrayar la importancia de la figura del médico dietista y su labor. A continuación se muestra una breve lista de consejos productivos para dar a sus clientes durante una terapia de dieta de cualquier tipo.
Aprende a ser tu propio psicólogo
- Durante una dieta de adelgazamiento es bueno aprender a evaluar cualquier situación que pueda poner en riesgo el autocontrol (por ejemplo, ¡ir de compras con el estómago vacío!). Para no cometer tales errores, es bueno planificar estrategias de comportamiento útiles a tiempo en las diversas situaciones espurias. La estrategia más práctica es llevar un diario de comidas en el que anotar tanto lo que comes, tanto las emociones que sentiste como las situaciones y lugares donde comiste. A partir de un análisis preciso de los propios escritos, generalmente se descubre qué situaciones están en riesgo y cómo gestionarlas correctamente. Al hacerlo, la dieta será una herramienta para entrar en contacto con el "yo" más profundo, ¡así como una herramienta útil para el bienestar!
No espere demasiado de usted mismo convirtiendo la dieta en una obsesión.
- Muy a menudo los pacientes novatos, que inician una dieta bajo la figura profesional del dietista, se encuentran con la meticulosidad de seguir al pie de la letra todo lo que está escrito en las páginas dadas por su dietista; esta meticulosidad crea en el paciente sentimientos de culpa al menor "sgarro". Se trata de pacientes que cuentan minuciosamente las calorías de las comidas a ingerir, los centímetros perdidos, el menor movimiento de la manecilla de la balanza. Todas estas atenciones obsesivas pronto conducen al aburrimiento de la dieta que obviamente se cerrará en el cajón al cabo de unas semanas. En estos casos, es bueno recordar a sus clientes que la DIETA es un nuevo estilo de vida, ¡donde es normal exagerar! Por otro lado, la eficacia de una dieta no se ve comprometida por pequeñas deficiencias ocasionales. Entonces, ¿qué hacer después de una trampa? Seguramente no debemos dar lugar a los sentimientos de culpa que afloran; conviene continuar como si nada y sobre todo no intentar compensar el error ayunando o reduciendo la ingesta calórica del día siguiente.
Hable con su dietista sobre sus gustos alimentarios.
- La primera visita al dietista es de extraordinaria importancia para lograr resultados finales positivos. El dietista, de hecho, elaborará la dieta personalizada en función de los gustos personales, evitando reducciones drásticas y privaciones excesivas. De hecho, eliminar todo lo que te gusta de una dieta es contraproducente para el resultado final de la dieta en sí. Si la dieta es demasiado estricta, nuestro cuerpo y alma pierden por completo el control de la situación, aumentando las conductas compensatorias ("atracones"). Por lo tanto, es útil discutir sus gustos alimenticios con su dietista, para que el mismo dietista pueda incluir sus alimentos favoritos en la dieta. Esto servirá como una lección adicional para los clientes que también aprenderán a consumir sus alimentos favoritos, ¡pero con moderación!
Aprende a escuchar tu cuerpo
- Nuestro cuerpo envía cientos de señales todos los días para hacernos saber qué necesita en ese momento. Por ejemplo, el deseo de comer alimentos salados o dulces es frecuente, según las estaciones. Ser capaz de captar y comprender estas señales es la apuesta que cada uno debe hacer consigo mismo para iniciar un estilo de vida equilibrado y saludable.
De esta breve lista de consejos se puede ver cómo la figura profesional del dietista no se limita solo a la prescripción de dietoterapia, ¡sino que va más allá! El dietista debe ser el portador sano de los principios alimentarios que permiten el BIENESTAR. El dietista tiene la ardua tarea de enseñar a sus clientes a autogestionarse frente a diferentes situaciones. Como ya he mencionado antes, la dieta no debe ser un simple botín de páginas escritas llenas de trucos dietéticos y consejos útiles, sino que debe ser el punto de partida de un nuevo estilo de vida que cualquier tema debe abordar para VIVIR MEJOR.
Por lo tanto, la dieta brinda la oportunidad de poner a prueba su cuerpo y mente y aprender una nueva dimensión de COMER.