Tuviste un mal día, no hiciste lo mejor que pudiste y tu jefe te reprendió por no cumplir con los plazos. ¿Qué te dices a ti mismo cuando termina el día? Seguro que te desprecias, te culpas y te sientes mal. Así que cuando finalmente pones la cabeza en la almohada te sientes como un trapo y al día siguiente difícilmente puedes deshacerte de esta sensación.
Evidentemente, ser eficaz y de buen humor en esta condición es una misión condenada al fracaso incluso antes de empezar.
Pero si le contaras a un amigo tu problema, ¿qué te diría? Seguro que no te llenaría de reproches y mucho menos diría palabras tan ofensivas como las que te dijiste a ti mismo. Probablemente te animaría y te ayudaría a animarte.
Entonces ... ¿por qué no conviértete en tu mejor amigo? Por qué no eres amable contigo mismo?
Por lo general, tendemos a ser demasiado duros con nosotros mismos, somos demasiado autocríticos y no nos perdonamos por nuestros errores. No me malinterpretes, es importante reconocer tus errores para que podamos crecer como personas, pero todo tiene un límite. Hay momentos en los que necesitamos ser amables con nosotros mismos, darnos cuenta de que hemos hecho nuestro mejor esfuerzo y seguir adelante.
Dado que es más fácil decirlo que hacerlo, especialmente porque probablemente ha pasado toda su vida culpándose por comportamientos y decisiones incorrectos, aquí hay algunas estrategias que pueden ayudarlo Ámate a tí mismo:
- Presta atención al diálogo interno. A menudo decimos las cosas de forma automática, es como cuando nos lastimamos físicamente y se nos escapa una maldición. Simplemente hemos aprendido estas frases con el tiempo y nos hemos convertido en respuestas instintivas a un error. Así que el primer paso para empezar a amarte a ti mismo es analizar las cosas que te dices a ti mismo.
- Reprograme su diálogo interno. Una vez que estés consciente de todas las cosas que te dices todos los días, simplemente cambia el tono que usas contigo mismo y usa frases más positivas. Conviértete en tu mejor amigo.
- Siente tus emociones. Puede parecer una tontería, pero nuestra sociedad nos ha entrenado para evitar la mayor parte de lo que sentimos. Algunas personas no lloran porque se las considera cobardes o débiles, mientras que otras se avergüenzan de sentir ira o rabia. De hecho, experimentar las emociones libremente es importante porque tiene un enorme poder catártico. Por eso, después de llorar, nos sentimos relajados, porque es como si nos hubiéramos liberado de una carga.
- Escale sus expectativas. Tener sueños, ideales, metas y metas es positivo porque nos hace mejores personas, nos ayuda a encontrar siempre una salida y a incrementar nuestra
fuerza de voluntad. Pero a veces es preferible reducir nuestras expectativas, de esta forma seremos más tolerantes con nuestros errores y benevolentes con nosotros mismos. - Busque soluciones. Todo este diálogo interno basado en el reproche es realmente inútil porque, además de denigrarte como persona, crea una actitud mental negativa. Entonces, en lugar de seguir criticando a nosotros mismos, sería mejor buscar soluciones. Concéntrate en un error, encuentra la causa e intenta solucionarlo o, al menos, toma las precauciones necesarias para no volver a cometerlo.