Autoafirmación positiva, la forma de ser tú mismo sin lastimar a los demás

Autoafirmación positiva, la forma de ser tú mismo sin lastimar a los demás

La autoafirmación es un acto de amor y respeto por uno mismo. Si somos incapaces de reafirmarnos, nos deslizamos hacia el terreno de la inseguridad y la duda. Es probable que terminemos fingiendo lo que no somos o que aceptamos las demandas de los demás solo porque creemos que no tenemos la fuerza y ​​las habilidades necesarias para defender nuestras ideas, necesidades y sueños.

De hecho, la autoafirmación es el pilar sobre el que se basa nuestra identidad. El deseo de establecernos comienza a desarrollarse alrededor de los tres años, cuando nos damos cuenta de que somos independientes de nuestros padres. Así vivimos en una fase negativista en la que nuestro "no" es una afirmación de nuestro poder y nuestra capacidad de decisión.



Esta fase no dura mucho. Pronto aprendemos que si queremos ser aceptados, tenemos que adaptarnos. Entonces, la necesidad de aprobación externa puede sofocar el deseo de afirmarnos. El resultado puede ser catastrófico: nuestra identidad, lo que nos hace únicos, prácticamente desaparece en las sombras de la sociedad.

¿Qué es la autoafirmación?

La autoafirmación es la capacidad de sentir y expresar libre y asertivamente los aspectos de la personalidad que nos identifican y nos hacen únicos, desde nuestras ideas y opiniones, hasta nuestras emociones o rasgos de personalidad. La autoafirmación refleja la fuerza y ​​estabilidad de nuestra identidad, además de ser un indicador de nuestro nivel de autoaceptación.

En su base está la confianza en uno mismo. Cuando estamos seguros de quiénes somos y evaluamos adecuadamente nuestras habilidades, podemos expresar nuestras necesidades, ideas, emociones y sentimientos de manera asertiva, sin dañar a los demás, pero también sin permitir que nos pisen. El concepto de autoafirmación se refiere, por tanto, a la coherencia entre lo que sentimos, pensamos y hacemos, pero también a nuestra capacidad para expresarnos de forma respetuosa.


Los 3 pilares que sustentan la autoafirmación

1. Autoestima. La autoestima refleja cómo nos valoramos a nosotros mismos y los sentimientos que genera y varía según la percepción que tengamos de nuestros éxitos y fracasos, así como la importancia que le demos a la imagen que nos hemos formado. Una autoestima fuerte apoya la autoafirmación porque nos da la confianza y la seguridad que necesitamos para poder expresarnos libremente y reclamar nuestros derechos.


2. Autoeficacia. La buena autoestima no es suficiente para reafirmarnos. No podemos engañar a nuestro "yo" para siempre y vivir de espaldas a la realidad. Si hemos pasado de un fracaso a otro, nos resulta difícil reafirmarnos como persona. La autoeficacia implica ser consciente de nuestras habilidades porque las hemos probado y sabemos hasta dónde podemos llegar. Sin autoeficacia, la autoafirmación es solo autoexaltación.

3. Confiar en nosotros mismos. El tercer pilar de la autoafirmación es la confianza en uno mismo. Puede que no tengamos las habilidades para resolver un determinado problema, pero estamos seguros de que con un poco de esfuerzo podremos desarrollarlas. Puede que no sepamos muy bien cómo salir del drama que estamos viviendo, pero confiamos en nuestra capacidad de recuperación para superar la adversidad. La autoconfianza nos permite establecernos como persona.

La autoafirmación positiva como forma de crecer

La autoafirmación no implica imponer nuestras ideas a los demás, ni conseguir lo que queremos a cualquier precio. Y mucho menos decir lo primero que se le ocurra a riesgo de cometer sincericidio. Afirmarnos a expensas de los demás no beneficia a nadie.


La autoafirmación a expensas de los demás es una estrategia en la que nos apropiamos o menospreciamos los logros de los demás para aumentar artificialmente nuestro propio valor. Sin embargo, de esta manera nos volvemos dependientes de los demás porque no defendemos lo que somos, sino a expensas de otra persona. No aumentamos nuestra estatura creciendo, sino subiéndonos a los hombros de alguien.

Con la autoafirmación negativa, la personalidad no se desarrolla, simplemente porque no reconocemos nuestros errores y debilidades, por lo que no podemos superarlos. Así terminamos cultivando una autoestima artificialmente alta y un sentido de autoeficacia que puede "desinflarse" cuando las personas a expensas de las que "crecimos" deciden hacer valer sus méritos y cualidades.


La autoafirmación positiva, por otro lado, implica crecimiento personal. Se logra mediante un delicado equilibrio entre nuestros deseos y necesidades y los deseos y necesidades de los demás. Implica ser conscientes de nuestro valor, pero no subestimar el de los demás.

Mientras que la autoafirmación negativa destruye lo que encuentra en su camino al convertir las relaciones en una guerra de egos, la autoafirmación positiva fortalece y siembra respeto mutuo. Cuando nos afirmamos de forma positiva conseguimos más seguridad y confianza, pero también podemos decidir con mayor facilidad porque tendremos más claras nuestras metas y necesidades y, sobre todo, seremos más fieles a nosotros mismos.

Una autoafirmación constructiva se basa en el potencial del yo y la propia fuerza. No depende del crecimiento de los demás, sino solo de nuestros recursos personales. Este tipo de autoafirmación nos permite crecer y ser más independientes, siendo más conscientes de nuestras capacidades y limitaciones.


Los increíbles beneficios de la autoafirmación

• Protege nuestra salud

La reafirmación de nuestra identidad se ha relacionado con actitudes promotoras de la salud más positivas. Un estudio realizado en la Universidad de Aston reveló que promover la autoafirmación nos permite desarrollar actitudes más positivas hacia la actividad física y un mayor compromiso con el entrenamiento.

Por otro lado, los psicólogos de la Universidad de Sheffield han descubierto que la autoafirmación también nos ayuda a llevar una dieta más saludable. No es magia. El secreto es que cuando estamos seguros de quiénes somos y qué queremos, es mucho más fácil para nosotros lograr nuestros objetivos porque nos impulsa la motivación intrínseca.

• Nos hace más flexibles y abiertos

La autoafirmación no implica encerrarse en nuestro mundo, pero nos da la seguridad necesaria para abrirnos a diferentes ideas. Por lo tanto, no es sorprendente que los psicólogos de la Universidad de Michigan hayan descubierto que simplemente escribir sobre los valores que son importantes para nosotros nos hace menos defensivos y más abiertos al diálogo.


Otro estudio realizado en la Universidad de California concluyó que "las personas asertivas tienen más probabilidades de aceptar información que de otro modo considerarían amenazante y, posteriormente, cambiar sus creencias e incluso su comportamiento". Por tanto, la autoafirmación nos hace más flexibles y abiertos a diferentes ideas y formas de pensar, lo que nos permite crecer a partir de distintas fuentes.

• Nos hace felices

La autoafirmación no solo reduce la actitud defensiva, sino también el estrés y mejora nuestro desempeño, incluso cuando estamos inmersos en situaciones que pueden resultar amenazantes porque la autoconfianza es fuente de seguridad y serenidad.

De hecho, psicólogos de la Universidad de Nijmegen han descubierto que la autoafirmación es una herramienta poderosa para combatir los pensamientos rumiantes. Nos permite ampliar nuestra perspectiva y tomar un distanciamiento psicológico de las situaciones amenazadoras, para que su impacto emocional disminuya, lo que nos permite reaccionar de forma más equilibrada y adaptativa.

¿Cómo desarrollar la autoafirmación?

1. Conócete a ti mismo. No puedes hacerte valer si no te conoces lo suficientemente bien. Por tanto, aunque parezca trivial, el punto de partida es preguntarte qué te define y diferencia, qué quieres en la vida y qué habilidades tienes para lograrlo. Aclare sus sueños y metas, pero también sus habilidades y debilidades.

2. Valídese. En este proceso de introspección, es posible que descubras cosas que no te gustan, las famosas sombras junguianas. Sin embargo, la autoafirmación viene a través de una aceptación radical de quién eres. Esto no significa que no tengas que esforzarte por mejorar, sino que debes validar tus emociones, impulsos, creencias y necesidades. Si no se autovalida, tendrá la tentación de buscar esa validación externamente.

3. Expresarse de manera asertiva. Es inútil que te conozcas a ti mismo y te aceptes si luego no puedes expresar quién eres y permitir que otros te manipulen. Por eso, es necesario que desarrolles y practiques un estilo de comunicación asertivo que te permita expresar tus deseos, necesidades e ideas sin lastimar a los demás. Debes tener el coraje de decir "no" cuando algo no te atraiga y "sí" sin temor a las críticas.

Añade un comentario de Autoafirmación positiva, la forma de ser tú mismo sin lastimar a los demás
¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.