La autoconciencia profesional ofrece grandes beneficios en el lugar de trabajo. ¡Aquí se explica cómo actualizarlo!
Última actualización: 08 octubre, 2020
Hay varias formas de impulsar nuestro crecimiento profesional y personal. Uno de ellos es aumentar la autoconciencia profesional. ¿Pueden las prácticas basadas en mindfulness ayudarnos a alcanzar un mayor bienestar en diferentes ámbitos de la vida? ¿Cómo estimular esta condición?
Antes de profundizar en este tema, tengamos en cuenta que la intencionalidad es uno de los recursos para promover este desarrollo. Se trata emprender un camino que ofrece numerosas oportunidades de aprendizaje, que podremos ir integrando progresivamente en las distintas áreas en las que operamos.
"El amor propio es el punto de partida en el crecimiento de toda persona consciente de la importancia de asumir la responsabilidad de su propia vida".
– Víctor Frankl –
Autoconocimiento profesional: ¿qué es?
Cuando hablamos de autoconocimiento, nos referimos a capacidad necesaria para reconocer y percibir nuestra realidad y relacionarnos con ella.
El término “profesional” enfatiza que esta competencia se relaciona con el trabajo que realizamos, en el que nos hemos formado y del que obtenemos una remuneración.
Es, por tanto, la forma en que reconocemos y percibimos nuestro entorno de trabajo y los elementos que giran a su alrededor. Veamos algunas dimensiones asociadas:
- responsabilidad. Tener autoconocimiento profesional significa moverse con responsabilidad; recordar los deberes incluidos en el trabajo y tener en cuenta las consecuencias de sus acciones.
- Ética. Consiste en conocer y aplicar el conjunto de normas morales que regulan la actividad.
- reflexión en los principios éticos, las propias acciones y las interacciones con los demás. La deontología es el conjunto de normas ético-sociales que rigen el ejercicio de una profesión (definición del diccionario Garzanti).
Para adquirir responsabilidad social e individual, es necesario también asumir los derechos y deberes, acompañado de autorregulación y actualización. Es decir, formación continua, interacción laboral y responsabilidad hacia uno mismo y hacia los demás.
Mejorar el crecimiento
Una vez que hemos adquirido autoconciencia profesional, dejamos de estar a la defensiva y de tomarnos todo personalmente; también sabemos que simples suposiciones pueden llevarnos a equivocarnos. Antes de caer en el error, preferimos preguntar.
Más allá de eso, no sentimos la necesidad de complacer a todos, porque sabemos que no es la esencia del trabajo. Somos capaces de establecer una conexión profunda con algunos compañeros y con las personas con las que aplicamos la asertividad para trabajar con eficacia.
Cuando tenemos que enfrentar un conflicto, logramos ponernos en el lugar de los demás; gestionamos nuestra comunicación de la mejor manera, para no lastimar a la otra persona, al mismo tiempo que establecemos límites precisos.
Es un camino de crecimiento, ya que somos seres integrales. Esto significa que al desarrollar un área, influimos en otras. Por ejemplo, si trabajamos nuestras habilidades de gestión emocional, útiles en el liderazgo, también trabajamos en el campo afectivo, con repercusiones a nivel social y sanitario.
Se explora todo lo relacionado con la conciencia, como mantenerse enfocado en las acciones y sus efectos, percepciones, motivaciones, pensamientos y emociones. Son elementos que fortalecen el crecimiento personal, ya que aumentan el bienestar físico, emocional y social a partir del autoconocimiento y la capacidad de autorregulación.
Esto, al mismo tiempo, reduce la ansiedad, el insomnio y el estrés. Mejoran las funciones ejecutivas, mantenerse conectado con el momento presente, promover la aceptación, activar los sentidos, entre otras cosas. Este camino será diferente para cada persona dependiendo de las estrategias utilizadas, las cuales pueden ser aplicadas al trabajo y otras áreas de la vida.
¿Cómo potenciar la autoconciencia profesional?
Podemos hacer esto de varias maneras.. Por un lado, es fundamental estar siempre actualizado, ya que la teoría, las técnicas, las reglas cambian o quedan obsoletas. Mantenernos al día nos permite actuar éticamente.
Podemos combinar la actualización profesional con un estudio en profundidad de los principios éticos en nuestra área de especialización. Para este propósito, es necesario consultar los manuales y los códigos relativos.
Es igualmente importante asumir la responsabilidad de nuestras acciones. De esta forma creceremos como personas y como profesionales. A esto podemos agregar el reconocimiento de los derechos y deberes de los demás.
Otra modalidad es la retroalimentación. No solo podemos aprender de nuestras propias observaciones, sino también de las de los demás. Podremos pedir consejo a compañeros, leer, tener un mentor, entrar en procesos de supervisión, etc.
También podemos acercarnos a un camino psicoterapéutico capaz de promover el bienestar general y adquirir técnicas de autoconciencia. Así podremos contar con apoyo para sacar lo mejor de nosotros mismos y alcanzar nuestros objetivos.
Conclusiones
En resumen, empoderar la autoconciencia profesional puede tener repercusiones positivas en otros ámbitos de nuestra vida. Sin embargo, es necesario desarrollar algunas habilidades para tener éxito.
Entre estos, la conciencia ética, el autoconocimiento, la conciencia reflexiva y personal, actualizando e interiorizando los derechos y deberes relacionados con el propio trabajo, acompañado de su aplicación. Crecemos explorando, reconstruyendo, aprendiendo y apuntando a nuestras metas de manera saludable.