Las denominadas situaciones límite también pueden surgir en el ámbito profesional, por eso hoy hablaremos de la resiliencia en el trabajo.
Última actualización: 19 septiembre, 2019
La resiliencia en el trabajo es ese don que nos permite ser flexibles ante las situaciones extremas que se presentan en nuestro entorno laboral. Hablamos de situaciones que provocan picos de estrés severos, porque ponen a prueba nuestras capacidades. Por otro lado, esta situación tensa también se alimenta de otra idea: debemos superar estas situaciones si queremos sobrevivir en el entorno en el que nos encontramos.
A menudo muchas de estas denominadas “situaciones extremas” (asociadas a un fuerte impacto emocional), involucran nuestro ámbito personal, por ejemplo por la muerte de un familiar cercano o un gran amigo, el final de una historia o una enfermedad grave. Sin embargo, estas situaciones también pueden darse en el ámbito profesional, por eso hoy hablaremos de la resiliencia en el trabajo.
En este sentido, podemos estar ante un problema laboral del que somos los únicos responsables; en una situación de posible quiebra o asuntos legales que pueden llevar a un empresario o un empleado a una crisis personal. Una buena dosis de resiliencia es útil para salir del túnel.
Las personas resilientes pueden confiar en una serie de activos que las distinguen.
¿Cómo desarrollar la resiliencia en el trabajo?
Contrariamente a la opinión popular, la resiliencia no es una cualidad innata en cada uno de nosotros. Al contrario, se trata una habilidad sensible a la experiencia. De hecho, hay personas que han logrado desarrollarlo emulando a una persona cercana y dotada de esta cualidad; otras personas lo han logrado afrontando problemas y dando lo mejor de sí mismos para resolverlos.
Para desarrollar nuestra capacidad de resiliencia, podemos seguir algunos de los siguientes principios:
- Las personas con resiliencia en el trabajo son plenamente conscientes de sus habilidades y de las áreas en las que se destacan. Al mismo tiempo conocen sus limitaciones y las áreas en las que se sienten incómodos. Como resultado, trazan objetivos alcanzables y aprovechan los recursos de manera lógica, delegando o adquiriendo más herramientas antes de abordar tareas que no manejan con confianza.
- Intentan rodearse de personas optimistas. Por el contrario, las personas pesimistas no les aportan nada útil.
- Toman los obstáculos como una oportunidad para aprender y crecer. En consecuencia, hay que decir que sólo crecemos enfrentándonos a los obstáculos.
- ellos son perseverantes y no se dan por vencidos ante el primer obstáculo, porque saben que el éxito requiere esfuerzo y constancia.
- Son flexibles ante los cambios., de hecho, saben que es necesario evolucionar para mejorar. En el trabajo se acercan a cualquier cambio con optimismo, sabiendo que puede costar un poco de esfuerzo al principio, pero que las metas se cumplirán una vez que termine el período de ajuste.
¿Cómo puedes ser resiliente en el trabajo?
Según lo que se acaba de decir, podemos desarrollar gradualmente nuestra resiliencia en el trabajo. Sin embargo, también podemos absorber las características de una persona resiliente interiorizándolas, aprendiendo sobre nosotros mismos y siguiendo los siguientes conceptos:
- Concienciar sobre nuestras emociones, especialmente en momentos de tensión. Si ignoramos los miedos, nunca podremos tener una actitud positiva hacia ellos.
- Controla el estrés y la inseguridad. Las personas resilientes tienen una mayor capacidad para manejar estos dos conceptos tan comunes en el lugar de trabajo. Si bien esto puede no ser siempre fácil, la idea es que los sentimientos negativos no deberían alterarnos demasiado y que el estrés no debería prolongarse ni alcanzar su punto máximo.
- Ser flexible con las opiniones de los demás. Si sabemos adaptarnos a los cambios -como se mencionó anteriormente-, por muy negativos que sean, habrá menos posibilidades de sentirnos mal. Si hay una novedad repentina en el trabajo, surgirán discusiones y opiniones. Por ello, al adquirir la capacidad de escuchar activamente, evitaremos conflictos y malentendidos.
- Tener paciencia. A veces la obsesión por los resultados a corto plazo nos empuja a tomar decisiones precipitadas y, por tanto, es el peor enemigo en el trabajo. En consecuencia, la paciencia y la capacidad de saber esperar deben ponerse en práctica cuando los objetivos a medio o largo plazo priman sobre los deseos del momento. Controlar los impulsos es éxito garantizado en el trabajo en equipo.
En este artículo, hemos descrito la importancia de la resiliencia como variable influyente para el éxito en el lugar de trabajo. Además, hemos descrito algunas estrategias que pueden ser útiles en el trabajo. Ahora solo nos queda ponerlos en práctica y adaptarlos a nuestras necesidades.