La mentalidad abierta es una habilidad fundamental que nos permite abrirnos a nuevas ideas y experiencias. Sin ella permaneceríamos atados al pasado, anclados a viejas formas de pensar, por lo que nos sería imposible cambiar.
Franklin D. Roosevelt dijo que "los hombres no son prisioneros del destino, sino de su mente", así que si quieres ser verdaderamente libre tienes que derribar los muros mentales que has construido con la ayuda de la sociedad.
¿Qué es la mentalidad abierta?
La mentalidad abierta es receptividad a nuevas ideas y experiencias. Por un lado, implica una actitud de apertura hacia lo nuevo, diferente y desconocido y, por otro, requiere la capacidad de incorporar estas novedades en nuestro yo.
La mentalidad abierta también implica una actitud proactiva en la búsqueda de evidencias contra las creencias e ideas personales, para evaluarlas objetivamente y, en última instancia, cambiar o enriquecer nuestra visión.
La mentalidad abierta surge de la conciencia de la falibilidad de las propias creencias, puntos de vista y experiencias; es decir, de reconocer que podemos equivocarnos o engañarnos. Por tanto, tener la mente abierta va de la mano de la humildad intelectual.
La importancia de la apertura
“Tus conjeturas son tus ventanas al mundo, abril de vez en cuando o la luz no entra”, dijo Isaac Asimov, refiriéndose a la importancia de la mente abierta. Tener una mente abierta nos permite vivir sin escrúpulos y plenamente., para que podamos utilizar todas las experiencias como oportunidades de aprendizaje.
Un estudio realizado en la Universidad de Melbourne reveló que las personas de mente abierta perciben una realidad completamente diferente de lo experimentado por aquellos con mentes cerradas. A través de un ejercicio de rivalidad binocular en el que se presentan varias imágenes por ojo, los investigadores encontraron que las personas de mente abierta son capaces de combinar ambas imágenes, mientras que aquellas que no tienen la mente lo suficientemente abierta solo pueden procesar una imagen a la vez.
Esto quiere decir que, a nivel cerebral, la amplitud de miras nos permite procesar la realidad de una forma diferente, pudiendo introducir nuevos elementos en una imagen global, que otros perciben de forma inconexa. Por lo tanto, la mentalidad abierta expande nuestro mundo, literalmente.
Este experimento demuestra por qué La mentalidad abierta también se ha relacionado con una mayor creatividad, pensamiento divergente y una enorme flexibilidad cognitiva. Una mente abierta nos predispone a analizar de forma natural el entorno de una forma más amplia y global, ayudándonos a pensar fuera de los cánones.
Evidentemente, a todos (o casi todos) les gustaría tener la apertura mental necesaria, pero no es tan fácil, sobre todo porque estamos llenos de estereotipos, creencias y prejuicios ... Estas ideas nos ayudan a poner orden en nuestro mundo y nos permiten sentirnos más seguros, pero también limitan nuestras posibilidades de ver más allá de ellos, de descubrir otras realidades quizás más interesantes y satisfactorias.
3 sesgos cognitivos que comprometen la mentalidad abierta
Todos somos susceptibles de desarrollar errores en nuestros juicios y pensamientos, por lo que el primer paso para desarrollar la mente abierta es conocer estos sesgos cognitivos que nos mantienen atados a viejas ideas y formas de pensar.
- Exposición selectiva. Es una tendencia a exponernos solo selectivamente a información que confirme nuestras creencias, por lo que si eres liberal solo leerás periódicos liberales y si eres conservador, conservadores. Mediante este mecanismo evitamos la disonancia cognitiva, pero también nos cerramos a lo nuevo y al cambio.
- Efecto de primacía. Es la tendencia a darle más importancia a la información que recibimos primero, generalmente porque tiene un impacto psicológico enorme, por lo que despreciamos la información que entra en conflicto con la información inicial. Este sesgo cognitivo nos impide avanzar, manteniéndonos anclados en el pasado.
- Polarización. Es una tendencia a ser menos crítico con la evidencia que respalda nuestras creencias, ideas y valores, y a ser demasiado crítico con los datos que los contradicen. En consecuencia, los argumentos en contra, lejos de convencernos, nos polarizan aún más en un intento de reafirmar nuestras creencias.
La buena noticia es que podemos superar estos sesgos cognitivos y dar pequeños pasos para desarrollar una mente abierta y descubrir un mundo más amplio.
7 estrategias para tener la mente abierta
- Sal de tu zona de confort
Todos nos movemos dentro de una zona de confort donde nos sentimos seguros, salir de este espacio nos asusta porque no sabemos qué encontraremos afuera. Sin embargo, para desarrollar la mentalidad abierta necesitamos salir de ese espacio familiar y probar cosas nuevas. Estos ejercicios para salir de la zona de confort te ayudarán a expandir tu universo sin caer en la ansiedad. La clave es dar pequeños pasos que te ayuden a sentirte más cómodo con la incertidumbre, la novedad y el cambio, hasta que se conviertan en parte de tu vida.
- Cuestionar todo
Los niños cuestionan todo, pero cuando llegamos a cierto punto de nuestra vida dejamos de cuestionar las cosas, las aceptamos casi incondicionalmente. ¿La razón por la cual?" desaparece de nuestro vocabulario dejando lugar a la resignación. Al contrario, para desarrollar una mente abierta tenemos que volver a esa curiosidad infantil y preguntarnos el por qué de todo de nuevo. De esta forma también podemos desafiar aquellas cosas que siempre damos por sentado pero que probablemente han perdido su razón de ser. En ese momento tu mundo se expandirá increíblemente.
- No tengas miedo de cometer errores
No podemos desarrollar una mentalidad abierta si tenemos miedo de cometer errores. En cambio, debemos asumir que cuando tomamos un camino diferente, es normal que nos equivoquemos en algún momento. No hay razón para sentirse frustrado o desanimado. Nuestros errores nos permiten aprender y crecer como personas. Cuando te permites la oportunidad de fallar, tienes el coraje de tomar caminos que antes estaban bloqueados por el miedo. Recuerde que solo aquellos que no hacen nada nunca se equivocan.
- Reconoce tu vulnerabilidad
Una de las cosas más aterradoras para la mayoría de las personas es reconocer su vulnerabilidad. En una sociedad que nos anima a ser fuertes, reconocer que somos vulnerables significa ir contra la corriente. Sin embargo, para desarrollar una mentalidad abierta, primero debemos reconocer que no lo sabemos todo, que no somos invulnerables y que podemos cometer errores. Este ejercicio para reconocer sus vulnerabilidades es un ejercicio de humildad intelectual y sabiduría que puede ser muy inspirador.
- Suelta el control
No puedes abrir tu mente si te aferras al control, tus ideas preconcebidas, tus formas de hacer y pensar. Si quieres permitir que nuevas ideas y experiencias entren en tu vida, tienes que renunciar a la necesidad de controlarlo todo. Cuando comienzas a fluir, abres los ojos al mundo y comienzas a descubrir todos los tesoros que puede ofrecerte. Agarrar el control es como conducir a través de un túnel, con visión limitada. Dejar ir el control significa comenzar a ver el mundo en 360 grados.
- Renunciar a la necesidad de juzgar
Es fácil asimilar una nueva idea que choca con nuestras creencias, lo difícil es acoger una idea diferente y hasta antagónica en nuestros esquemas mentales, pero son precisamente estas las que propician cambios en nuestra vida. Para permitir que estas ideas surjan, debe poder suspender temporalmente su juicio para que pueda tomar una distancia psicológica que le permita evaluar objetivamente esa información y determinar si necesita cambiar sus patrones mentales para incluirla.
- Ábrete al mundo
Las personas e incluso las cosas que nos rodean son una fuente increíble de inspiración y conocimiento. La naturaleza y la cultura que nos rodea están llenas de ideas, solo necesitamos tener la humildad intelectual necesaria para poder verlas y aprovecharlas. Cuando menos lo espere, la persona de la que menos sospeche puede darle una valiosa lección de vida.