Son muchas las acciones que realizamos todos los días sin pensar en ello. Sin embargo, nos sorprendería saber que muchos de estos juegan un papel fundamental en nuestro comportamiento y también en nuestra capacidad cognitiva.
Algunos investigadores de la Universidad de Notre Dame han realizado un experimento muy curioso con el que demuestran que un simple acto como cruzar el umbral de una puerta puede facilitar el olvido. Según estos psicólogos, atravesar el umbral de una puerta crea simbólicamente un nuevo episodio de la vida que dificulta el recuerdo de la información o vivencias propias de la habitación de la que se salió. Pero ... ¿cómo surgió esta conclusión? Echemos un vistazo al experimento: los participantes fueron expuestos a un entorno virtual que contenía 55 habitaciones de diferentes tipos, algunas grandes y otras más pequeñas, todas con una mesa. Cuando las personas entraban tenían que tomar un objeto colocado en un extremo de la mesa para reubicarlo en el otro extremo. Esta acción se repitió hasta que se completó el traslado de varios objetos, evitando algunos objetos que no debían haber sido tocados. Posteriormente, algunos participantes abandonaron la sala por una puerta abierta que conducía directamente a una nueva sala o simplemente se trasladaron al otro lado de la misma sala. Luego, los nombres de algunos objetos se mostraban en la pantalla. Cada participante debía determinar si este objeto le fue cedido o si era uno de esos que iban a permanecer en la mesa sin ser tocados.Lo curioso radica en el hecho de que las personas que habían atravesado el umbral de la puerta mostraban una mayor dificultad para recordar que las que habían recorrido la misma distancia pero permanecían dentro de la misma habitación. ¿Porque?
Los psicólogos suponen que la puerta representa una especie de límite, que marca el inicio de un nuevo episodio en la memoria del individuo y que autoriza el archivo de la información previamente procesada. Por el contrario, las personas que permanecen en el mismo entorno recuerdan más fácilmente porque la información no fue archivada, sin embargo, permaneció intacta en la memoria de trabajo. En este punto los investigadores se preguntan si el fenómeno del olvido en la realidad virtual también ocurre en la vida real. Así que diseñaron un nuevo experimento idéntico pero en un entorno real. Los resultados fueron idénticos. Otra posible explicación se basa en el simple hecho de que permanecer dentro del mismo entorno en el que se desarrolló la actividad potenciaría la memoria. Esta idea proviene de la sabiduría popular que sugiere que cuando olvidamos algo, es más fácil para nosotros recuperar la información si volvemos sobre nuestros pasos.
Así, los investigadores se han dedicado a corroborar o contrarrestar esta idea.
Al respecto, se realizó una prueba de memoria luego de que las personas atravesaran el umbral de la puerta a una segunda habitación, pasaran por una tercera completamente nueva por dos puertas o atravesaran dos puertas para regresar a la habitación original en la que se encontraban las actividades. La idea básica sugería que si las puertas realmente no representaban un símbolo que limitaba la memoria, pero era la habitación la que exacerbaba la memoria, entonces el último grupo que regresaba a la habitación original tenía que mostrar una mejor puntuación en la prueba. ¿Qué sucedió? El recuerdo de las personas que regresaban a la habitación original no era mejor que el de aquellos que entraban por una puerta y entraban en una habitación completamente nueva. Sin embargo, como habrás adivinado, aquellos que atravesaron dos puertas y entraron en una habitación completamente nueva recordaban incluso menos que los demás. ¿Qué indica esto? En primer lugar, que el contexto realmente puede potenciar la memoria de alguna manera pero que al mismo tiempo cruzar las puertas pasando a diferentes ambientes tiene un significado simbólico que potencia el olvido y, mientras más puertas cruces, más difícil será hacerlo. recuerda los hechos anteriores. Evidentemente, esta idea se aplica solo a recuerdos insignificantes porque sabemos que los recuerdos emocionalmente significativos no se ven afectados en lo más mínimo y permanecen casi indelebles en la memoria.