Es natural que el ser humano sienta preocupación ante las novedades, ante todo lo que desconoce y ante los retos que nos ponen a prueba.
Última actualización: 25 de diciembre de 2019
El miedo a dar el primer paso puede sabotear nuestros sueños, tanto pequeños como grandes. Es precisamente ahí, en efecto, en ese primer paso, donde se concentran todos los miedos y angustias. Sin embargo, una vez que lo superamos, cuando estamos en movimiento, la mayoría de esas preocupaciones tienden a diluirse y desaparecer.
En efecto, una vez en el camino, muchas veces nos daremos cuenta de que estábamos listos para dar el primer paso y que en realidad somos mucho más capaces de lo que pensábamos antes de iniciar nuestro viaje.
Cuando dejamos que nuestros miedos nos superen, tendemos a desarrollar una actitud de procrastinación, comenzamos a posponer aquellos desafíos que son particularmente importantes para nosotros. El miedo a dar ese primer paso se apodera de nosotros y corremos el riesgo de perder el tiempo imaginando los posibles riesgos en lugar de armarnos de valor y correr tras nuestros sueños.
Es natural que el ser humano sienta preocupación ante las novedades, ante todo lo que desconoce y ante los retos que nos ponen a prueba. Salir de la comodidad de nuestros hábitos despierta las inseguridades más ocultas. Y de aquí surge el miedo a dar el primer paso hacia territorio desconocido.
Significa alejarnos de la realidad que dominamos y exponernos a la incertidumbre. Sin embargo, si no lo hacemos, es probable que nuestros grandes sueños y metas importantes se pospongan para siempre. Entonces, ¿cómo podemos superar este miedo que nos invade y nos impide avanzar hacia algo nuevo?
"Para los que tienen miedo, todo es ruido".
-Sofocle-
Cómo superar el miedo a dar el primer paso
Ahora se ha convertido en un lugar común decir que los miedos se superan afrontándolos. Y sin embargo, aunque parezca un cliché, no por ello es menos cierto. En realidad, no hay otra manera. Los miedos deben mirarse a la cara, sabiendo que ya no parecerán tan aterradores una vez que nos enfrentemos a ellos. Mirar tus miedos no significa nada más que reconocerlos e identificarlos. Esta es la forma correcta de comenzar el proceso de aceptación y superación de los miedos.
Identifique de qué se está protegiendo y qué quiere evitar es la clave para dar el primer paso hacia la libertad. Saber si tienes miedo al fracaso o a no poder superar un reto o que se repita una situación concreta que ya ha ocurrido en el pasado. escritura y al hacer explícitos estos miedos, evitarás que dañen inconscientemente la base de tu autoestima. Al reconocer su existencia, puedes gestionarlos.
Para superar el miedo a dar el primer paso, primero hay que darle un nombre a ese miedo. Aunque te parezca absurdo, no hay de qué avergonzarse, son tus miedos y definirlos es lo primero que debes hacer para enfrentarlos. De hecho, al hacerlo, es muy probable que ya empiecen a perder fuerza.
Los efectos de la inactividad
Intenta hacerte esta pregunta: ¿qué pasaría si vencieras el miedo a dar el primer paso? Si te enfrentas a un desafío, cambio o meta inminente, significa que de alguna manera representa una necesidad o un deseo. Lo más saludable que puedes hacer es imaginar lo que sucedería si te quedaras quieto, exactamente donde estás, sin dar el primer paso.
Ahora que estás en este punto, trata de dejar de lado el “ruido de fondo mental". Todas esas frases como el viejo proverbio “Quien deja el camino viejo por el nuevo, sabe lo que deja pero no sabe lo que encuentra”. O afirmaciones como "¿Por qué buscas algo mejor si, después de todo, no eres tan malo?".
La inseguridad es un sentimiento completamente normal. De hecho, es extremadamente positivo. Sin embargo, es importante jugar esta inseguridad a nuestro favor. Es una fuerza que nos ayudará a ser cautelosos y sopesar cuidadosamente las consecuencias de nuestras acciones.
Da el primer paso: el presente, el apoyo y el empujón
Una de las reacciones más comunes cuando tenemos que dar el primer paso es posponerlo indefinidamente, tratando de evitar el mayor tiempo posible los sentimientos de inseguridad que genera esta emoción. Comenzaremos el próximo lunes, o después de los exámenes, o nuevamente con el nuevo año. En realidad, estos no son más que trampas o subterfugios de la mente. Al posponer el enfrentamiento con este primer paso, el miedo no disminuye, al contrario, aumenta. Es mejor elegir una fecha razonable y comprometerse a cumplirla que seguir posponiendo las cosas.
Mientras tanto, es importante buscar el apoyo de alguien en quien confiemos. Tendrá que ser una persona fuerte que nos ayude a encontrar la energía para el gran paso, en lugar de llenarte de miedos. Mejor aún si es una persona que a su vez tuvo el coraje de dar ese paso, y que nos puede ayudar a visualizar un sentimiento positivo ante el cambio. Si por el contrario son personas que se han conformado con una vida cómoda sin atreverse nunca, intentarán convencernos de ceder a nuestros miedos.
Después de todo, a veces lo único que necesitas es un pequeño empujón. Y este empujón, o carrera, lo tenemos que dar nosotros mismos. En el instante en que dejamos de pensar y simplemente actuamos habremos superado el miedo a dar el primer paso, y todo lo demás irá cuesta abajo. Una vez dentro de la puerta, todo es mucho más sencillo y ligero al otro lado.