Aunque cambiar la realidad que nos rodea muchas veces resulta imposible, podemos transformar nuestros pensamientos para enfrentar las situaciones de manera diferente. Los pensamientos son la sustancia que da calidad a nuestra vida.
Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
A menudo nos dicen: “si quieres mejorar tu vida, tienes que empezar a pensar diferente”. Pero, ¿cómo se hace? ¿Qué alquimia mental puede ayudarnos a cambiar nuestros pensamientos? No es nada fácil. Nuestro cerebro no es como una habitación que podemos vaciar de la noche a la mañana y llenar con muebles nuevos.
Nuestro universo psicológico es tremendamente resistente. Cuando nos instan a “convertir nuestros pensamientos negativos en positivos”, saben que no es posible en cuestión de minutos. Los esquemas mentales son profundos, rígidos y poco conducidos a la transformación espontánea., tanto como nos gustaría. Para poder cambiar nuestra forma de pensar, es necesario realizar un trabajo intenso y delicado, convertirnos en artesanos de nuestra mente y cambiar nuestro enfoque mental.
Por otro lado, no debemos olvidar que los pensamientos, por sí mismos, no tienen poder sobre nuestra persona. No son más que experiencias fugaces que van y vienen. Somos los que tendemos a darle más peso a unos pensamientos que a otros, cayendo en una red de ansiedades psicológicas que fácilmente conducen a la depresión.
Pensar bien es vivir bien. Para ello, debemos apuntar a un cambio radical en nuestra realidad inmediata. Cambia tu forma de pensar para finalmente alcanzar el bienestar. Averigüemos cómo.
Cómo cambiar los pensamientos
En 1920 Frederic Charles Bartlett, profesor de psicología experimental en la Universidad de Cambridge, habló por primera vez de esquemas mentales. Se centró sobre todo en un aspecto que se convertiría en decisivo para la terapia: el pensamiento y la memoria pueden ser reconstruidos. Bartlett fue parte de lo que más tarde se llamó la "revolución cognitiva", un enfoque psicológico que se centró en los procesos mentales de la persona.
Esto sentó las bases para el desarrollo de técnicas decisivas como la reestructuración cognitiva que identifica pensamientos negativos e irracionales (distorsiones cognitivas) y luego los aborda. Una herramienta para sustituir las creencias que provocan sufrimiento por otras más racionales, orientadas a explotar todo nuestro potencial.
Como se indicó al principio, este viaje de transformación no es fácil. No podemos cambiar nuestros pensamientos de un momento a otro. La mente humana es terca, no es fácil convencerla de que interprete de repente los acontecimientos de otra manera, que mire solo el lado positivo de la vida, dejando de lado las preocupaciones y el pesimismo.
Pero tampoco podemos olvidar un dato importante: las emociones y los pensamientos siempre van de la mano, se retroalimentan. No es fácil decirle a la mente que “aborde la vida de otra manera y busque nuevas soluciones” si estamos atrapados por el miedo, la angustia o la tristeza. ¿Qué podemos hacer en estos casos?
Los sentimientos son como el agua que fluye: detenlos
La mente deja que los pensamientos fluyan frenéticamente, como un torrente que fluye a toda velocidad. No siempre somos conscientes de lo que sucede dentro de nosotros, un poco como cuando intentamos agarrar el agua con las manos.
La estrategia para cambiar tu forma de pensar es identificar, en primer lugar, los pensamientos que necesitan ser transformados. Comienzas a expulsar las ideas negativas e irracionales que contaminan el océano de tu universo psíquico. Para ello, lo ideal es relajarse, calmar la mente, tomar un cuaderno y describir las sensaciones vividas.
El patio de los pensamientos: analízalos
Una vez identificados, los pensamientos negativos deben llevarse a los "tribunales". Entabla un diálogo contigo mismo para analizar estos pensamientos en detalle; pregúntate: “¿es un pensamiento lógico?”, “¿necesito algo?”, “si me hace sufrir, ¿por qué sigo pensando en eso?”, “¿qué debo hacer con eso?”.
Cambia tus pensamientos para cambiar tu destino
El último paso es el más decisivo y también el más emocionante. De ella liberamos compromiso y responsabilidad hacia nosotros mismos. Después de todo, cambiar tu forma de pensar requiere una confrontación directa contigo mismo para descubrir por qué nos hemos saboteado durante tanto tiempo.
Se trata de tomar conciencia de que desde hace un tiempo venimos alimentando pensamientos que minaban nuestra autoestima, poniendo límites a las oportunidades que nos hubieran hecho un poco más felices. Pero no te preocupes, siempre hay tiempo para cambiar de rumbo.
La última etapa de esta complicada tarea es la reformulando las viejas ideas nocivas por otras más optimistas, realistas y útiles. Se trata de desinfectar la negatividad para dar paso a la esperanza. Cambiar de enfoque para descubrir de repente que al cambiar nuestros pensamientos, el mundo que nos rodea también cambia, y nosotros con él.
Nos sentiremos más libres, más seguros para tomar mejores y nuevas decisiones. No pierdas más tiempo: aprende a pensar mejor para vivir la vida que te mereces.