No todos los que pasan por un momento difícil salen más fuertes, más sabios o más capaces. Muchos quedan atrapados en la tormenta, porque la resiliencia no aparece automáticamente, hay que saber desarrollarla.
Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 18 de febrero de 2022
Las dificultades no siempre nos hacen personas más resilientes. Hoy en día, de hecho, el término "resiliencia" está envuelto en un aura excesivamente brillante e incluso alejada de la realidad. No todos los que atraviesan un período difícil lleno de obstáculos son capaces de poner en práctica esta extraordinaria habilidad. A veces los días difíciles nos deprimen y es normal que eso suceda.
Vivimos en una era de transformación en todos los campos. Quizá por eso enfoques como el positivismo ya no nos son tan útiles como antes. Así, el clásico "siempre mira el lado bueno de la vida" cantado en la película Brian of Nazareth ya no tiene el mismo impacto que antes.
Hoy nos vemos obligados a enfrentar las dificultades y los peligros que se nos presentan. No podemos volver la mirada hacia otro lado, no basta con decirnos que “todo estará bien y que de este período saldremos fortalecidos”.
Ha llegado el momento de dar espacio a otras posibilidades, de aprender a metabolizar las dificultades, las emociones negativas y ese lado menos agradable de la vida.
La resiliencia existe, pero no funciona como un piloto automático. No se activa solo y no siempre lo hace cuando lo necesitamos. Por esta razón, necesitamos entender cómo funciona realmente esta valiosa habilidad psicológica.
Las dificultades no siempre nos hacen más resistentes, pero podemos aprender a ser
Nos hemos acostumbrado a categorizar las experiencias (así como las emociones) en "buenas" o "malas". Esto ha hecho que muchas personas sean intolerantes con todo lo que pertenece a la segunda categoría. Se entiende fácilmente.
Preferimos la estabilidad, la satisfacción, la armonía de esa vida cotidiana de la que obtenemos placer.; disfruta de esa normalidad en la que no hay nada fuera de lugar y en la que todo está en equilibrio.
Y, sin embargo, cuando ocurre lo inesperado, la afilada hoja de los problemas y el estruendo de las dificultades en todas sus formas, nos congelamos. Nos quedamos sin aliento y sin recursos psicológicos para salir adelante en medio de la tormenta.
Las dificultades no siempre nos hacen más resilientes, porque no todos sabemos cómo activar esta habilidad. Además de eso, a veces tenemos que enfrentarnos a momentos muy difíciles, que no todos pueden superar.
Resiliencia no significa enfrentar dificultades, significa "bailar" bajo la lluvia
Muchas veces cuando hablamos de resiliencia solemos utilizar la metáfora del faro, para visualizar un mar agitado por violentas olas que golpean con fiereza este edificio cuya resistencia es infinita. No importa cuántos vientos y tormentas haya, ni la fuerza de mil océanos, el faro puede resistir cualquier tormenta.
Bueno, esta metáfora de la resiliencia está mal. Deberíamos visualizar una escena menos heroica. Sería más correcto escuchar la enseñanza de la "boya marina". Esto es en lo que consiste:
- En vez de luchar contra las olas (dificultades) hay que dejarse llevar por ellas, como hacen las boyas en el mar.
- Es necesario poder mantenerse a flote, es decir, mantener la claridad mental y la templanza útiles para superar esos días de tormento.
- El verdadero secreto es tener algo a lo que aferrarse. (un ancla).
- Este ancla interior también está compuesta por nuestros pensamientos y comportamientos. Son estos últimos los que nos hacen agarrarnos fuerte y nos ayudan a resistir en los días más complicados.
Superar las dificultades a veces lleva mucho tiempo
Las dificultades no siempre nos hacen más resistentes. A veces los días difíciles son solo eso: Días complicados, que nos hacen colapsar y luego pasar, sin dejarnos ninguna enseñanza. Otras veces no es posible poner en práctica la resiliencia porque nos faltan las anclas, los recursos para enfrentar la tormenta:
- En medio de las dificultades, nos hundimos; esto es más normal de lo que pensamos.
- Si no fuera así, no habría psicólogos, psiquiatras y todos los especialistas en salud mental. No somos héroes, no somos faros que resisten todo. Somos humanos, personas que fallan y que a veces caen.
- Nada extraño en necesitar a los demás. personas con experiencia nos brindan las herramientas para hacer frente a que duele.
Hay quienes ven oportunidades en cualquier situación, otros aspiran solo a la supervivencia (y lo aceptan todo)
Hay quienes demuestran infinitas habilidades en situaciones adversas: no solo se enfrentan a cualquier dificultad, pero incluso los vuelve a su favor. Otros, por el contrario, simplemente se quedan en modo de supervivencia. Es decir, aguantan los vientos manteniéndose a flote para no ir a la deriva.
Ambas situaciones son igualmente aceptables y comunes. El objetivo, en cualquier caso, es salir sanos y salvos, tanto física como mentalmente. Este es el verdadero éxito y nuestro verdadero objetivo.
Habrá quienes crucen ese umbral con más recursos y obteniendo ganancias. Otros simplemente sentirán alivio al dejar atrás la niebla y comenzar una nueva etapa.
Ambas circunstancias están bien. Lo importante es seguir remando, avanzar hacia un horizonte de esperanza.