Sabemos muy bien que la web tiene todas sus ventajas y desventajas. La capacidad de acceder a información nueva en segundos nos convierte en personas mejor informadas, pero también puede llevarnos a saturarnos con datos antiguos a una velocidad increíble. La posibilidad de que todo el mundo pueda expresarse libremente es maravillosa pero tiene sus riesgos, sobre todo para los más jóvenes, o para los que no saben discernir entre información verdaderamente fiable y aquella que no tiene fundamento. El fenómeno de los blogueros ha estimulado una enorme competencia en la red hasta el punto de que existen muchos sitios que tratan los temas más sensibles y complejos pero que se basan fundamentalmente en el desconocimiento total de la realidad a la que se enfrentan. En ocasiones la red se convierte en un "boca a boca", en el que los lectores consumen una historia bastante distorsionada en la correspondiente pérdida de tiempo que ello conlleva. A todo el mundo le gustaría que su sitio / blog apareciera en los primeros lugares en la búsqueda de Google y en un intento de atraer cada vez más visitantes, suscriptores y lectores, la noticia se convierte en puro sensacionalismo y los temas del blog son exageradamente generales (algunos tratan en el mismo tiempo con Tecnología, Salud, Psicología, Economía y Sociedad). ¡Los todoterreno son notoriamente expertos en nada! Quizás este sea el precio a pagar por la democracia total, en una sociedad en la que todos pueden expresarse libremente podemos encontrar las ideas más brillantes y aquellas que nos hacen sonreír o que se hunden en el absurdo. Lo cierto es que debemos protegernos, ya que navegar por la red sin objetivos específicos nos lleva una enorme cantidad de tiempo. Debo confesar que yo también a veces me dejo navegar sin rumbo por la red pero normalmente considero que el tiempo es uno de mis activos más preciados, y por eso decidí hacerme una dieta de información. Al respecto, presento algunos consejos que me aplico para optimizar el tiempo que paso en la red: 1. Fíjate un objetivo y, sobre todo, síguelo.. Establecer metas nos ayuda a concentrarnos en lograrlas y esto también es cierto en línea. Todos sabemos que Internet se conoce como la red de redes y esta nota no es baladí, ya que todos los sitios están interconectados es muy fácil perderse. Cuando me propongo navegar por la red me pregunto primero qué es lo que realmente estoy buscando, de esta forma evito perder un tiempo precioso en los más diferentes sitios que no tienen relación con la investigación que estoy haciendo. 2. Cree hábitos de navegación flexibles. No me gusta mucho la palabra hábito, pero aún reconozco que tener hábitos de navegación nos ayuda a ahorrar tiempo. Cuando me refiero a los hábitos de navegación, me refiero a que, especialmente cuando me siento frente al PC por primera vez, visito algunos sitios que considero de alta prioridad en mi vida diaria. Utilizo la palabra flexible entre comillas para enfatizar que si un día no podemos acceder a uno de estos sitios, el mundo ciertamente no se acabará, sino que es bastante apropiado mantener la PC apagada al menos un día a la semana. Una especie de desintoxicación. 3. Evalúe nuestros feeds y lo que nos aportan. En ocasiones guardamos algunos feeds a los que nos suscribimos años antes y que ya no nos interesan porque nos hemos topado con nuevos sitios que nos ofrecen información más completa e interesante. Es hora de darse de baja de estas suscripciones que llenan innecesariamente nuestras bandejas de entrada y nos roban un tiempo precioso. 4. Asigne una jerarquía a cada alimentación. Muchas personas actualizan sus sitios favoritos cada hora a pesar de que saben muy bien que no hay información nueva. Cuando nos convertimos en lectores habituales de un blog o sitio… sabemos: 1. Con qué frecuencia se actualiza el sitio y, 2. Cuánta información nueva aparece. Habrá sitios que ofrezcan muy poca información semanalmente, por lo que no es necesario visitarlos a diario, mientras que otros tendremos que visitar al menos cada dos días o puede que perdamos información importante. 5. Los correos electrónicos tienen sus propios horarios. Normalmente, los reviso tan pronto como enciendo el PC temprano en la mañana y trato de responder a la mayoría de ellos de inmediato. En varias ocasiones me encontré con la caja llena de mensajes para responder, después de una semana no sabía cuáles responder primero. Cuando sé que voy a estar fuera por un tiempo, tengo la costumbre de notificar a familiares y amigos importantes. 6. Desconéctese de la red al escribir. Salvo que sea absolutamente imprescindible estar conectado a la red, considero que la mejor opción para trabajar con tranquilidad es desconectarse. En muchas ocasiones he experimentado interrupciones debido a un mensaje y por tanto he perdido la inspiración. Entonces, cuando quiero charlar con amigos que están fuera, generalmente establezco un día y una hora con anticipación. 7. Las redes sociales como Facebook o Twitter son un medio para mantenerse en contacto, no una forma de vida.. Debo reconocer que reviso mi cuenta de Facebook aproximadamente cada 15 días y Twitter aproximadamente tres veces por semana. Los uso principalmente para compartir información con amigos de todo el mundo, pero no quiero que se conviertan en una segunda realidad de la que tengo que depender constantemente. Esto solo me ahorra un tiempo precioso. La organización de nuestros hábitos de navegación web devolverá el esfuerzo a: 1. Más tiempo para dedicarnos a nosotros mismos oa otras cosas más importantes y, 2. Mayor satisfacción personal.