Dieta para fisuras anales

Propósito de la dieta

La dieta de la fisura anal es un sistema nutricional dirigido a la prevención, reducción de los síntomas y remisión de las fisuras anales.
Te recordamos que, por muy específica y correcta que sea, la dieta no siempre es del todo decisiva; de hecho, para ciertos niveles de gravedad, la aplicación conjunta de la terapia médica se vuelve fundamental.


Dieta para fisuras anales

Figura: Polvo de semilla de psyllium, especialmente indicado para ablandar las heces en caso de fisuras asociadas con el estreñimiento.



NB. Las grietas NO son hemorroides; aunque afectan (más o menos) al mismo tracto intestinal y, a pesar de tener varias causas en común, deben tratarse farmacológicamente de forma diferente. Para obtener más información, consulte los artículos: medicamentos para el tratamiento de fisuras anales y medicamentos para el tratamiento de las hemorroides.

Fisuras anales

Las fisuras anales son lesiones cutáneas elementales del canal anal, a menudo superpuestas a cuadros infecciosos, inflamatorios (dermatitis) o, más raramente, psoriasis.

En la etiología de las fisuras anales, además del estrés físico asociado al paso de heces duras o irritantes, la inflamación de la mucosa anal juega un papel más que determinante.
Las fisuras pueden mostrar un color rojo brillante y revelarse inmediatamente con rastros de sangre fresca (rojo brillante) en el papel higiénico.

En forma aguda provocan dolores intensos en el ano, tanto durante como después de la defecación, mientras que las fisuras crónicas provocan mucho menos malestar.
Las fisuras anales generalmente ocurren cerca de la abertura anal, especialmente por detrás de la línea media; Es probable que esto se deba a una mala perfusión sanguínea y a la forma específica de esta área.
La profundidad de las fisuras anales es variable, de superficial a profunda, llegando al músculo del esfínter subyacente. Tras un examen visual, las fisuras superficiales pueden mostrarse como cortes tan delgados que resultan difíciles de identificar; normalmente se curan espontáneamente en unas dos semanas. Sin embargo, algunos se vuelven crónicos y alcanzan capas más profundas.
La causa más frecuente de cronicidad son los espasmos del esfínter anal interno, que dificulta aún más la defecación y altera el riego sanguíneo de la mucosa anal favoreciendo la proliferación bacteriana.



Causar

La mayoría de las fisuras anales se deben a un estiramiento excesivo de la mucosa anal. En los adultos, esto ocurre principalmente debido al estreñimiento y al paso asociado de heces excesivamente grandes y duras; sin embargo, paradójicamente, también pueden producirse fisuras en el caso de la diarrea prolongada, debido al efecto irritante de las heces no formadas.

En los ancianos, la reducción del flujo sanguíneo también juega un papel fundamental.
Cuando las fisuras anales se localizan lateralmente y más profundas, pueden estar relacionadas con otros cuadros patológicos, como carcinoma o enfermedades inflamatorias crónicas del intestino (rectocolitis ulcerosa, enfermedad de Crohn); en este caso, se requieren pruebas de diagnóstico para la diferenciación de trastornos más graves.
Al igual que ocurre con la proctitis, las fisuras anales también pueden verse favorecidas por determinadas infecciones de transmisión sexual, que favorecen la rotura del tejido con el consiguiente agrietamiento. Algunos ejemplos son: sífilis, herpes genital, clamidia y virus del papiloma.
Las causas secundarias de las fisuras anales son: trauma de nacimiento en mujeres, actividad sexual anal y mala higiene (especialmente en niños).

Prevención y tratamiento

La prevención y el tratamiento de las fisuras anales se basan en:

  • Dieta adecuada
  • Delicadeza en la defecación
  • Higiene del ano
  • Tratamiento de la diarrea
  • Cambios frecuentes de pañal en los bebés.

Generalmente, en casos menos severos, la dieta es suficiente para asegurar que las fisuras anales se curen por completo. En el próximo capítulo lo analizaremos con mayor precisión.
En el caso de que la terapia dietética fracase o consiga ablandar las heces sólo parcialmente, se hace imprescindible disminuir la presión intraabdominal y la consecuente distensión excesiva (o demasiado abrupta) del ano.



Un truco muy útil es permitir el momento adecuado para la actividad defecatoria.
Además, el uso de ungüentos lubricantes puede resultar de gran utilidad, siempre que no estén dirigidos al tratamiento de las hemorroides. De hecho, estos últimos se basan en vasoconstrictores y ejercerían una acción diametralmente opuesta a la necesaria para la cicatrización de las fisuras anales.
En los casos más graves, puede ser necesario utilizar fármacos anestésicos, nitroglicerina tópica o bloqueadores de los canales de calcio; alternativamente, se propone la inyección localizada de toxina botulínica (para la relajación del esfínter anal).

dieta

En cuanto a la dieta contra las fisuras anales, el principal objetivo se refiere a la consistencia de las heces reducida. Este resultado se puede lograr mediante:

  • el aumento en la cantidad de fibra (especialmente soluble)
  • el aumento de la proporción de agua
  • el aumento de la proporción de aceites vegetales (si es deficiente).

Incluso sin otras precauciones, estas tres intervenciones nutricionales generalmente son capaces de favorecer la evacuación, reduciendo los esfuerzos necesarios y aumentando la velocidad, así como la frecuencia de las sesiones.
El aumento de la cantidad de fibra también se puede obtener mediante suplementos a base de moléculas solubles como la inulina y los glucanosos; al contrario, es mejor evitar los laxantes osmóticos e irritantes como lactulosa y antraquinonas.
Además de cambiar la consistencia fecal, se puede lograr una mayor reducción de los síntomas dolorosos eliminando los irritantes de la dieta. Entre estos, destacan las moléculas responsables del sabor picante, en particular:


  • Capsaicina del peperoncino
  • Piperina de pimienta negra
  • Jengibre gingerol
  • Isotiocianato de rábano picante, semillas de mostaza y wasabi
  • Alicina de ajo, cebolla, chalota, etc.

Lo mismo ocurre con algunos nervios, como:


  • Alcohol etílico de todas las bebidas alcohólicas
  • Cafeína del café
  • Teobromina del cacao
  • Teína de tés fermentados.

Fisuras ANALES y diarrea

Como se anticipó, también pueden aparecer fisuras anales en el caso de diarrea prolongada. Esto es atribuible a la presencia de:

  • Moléculas contraindicadas como, por ejemplo, lactosa y gluten para intolerantes
  • Moléculas irritantes (ver arriba).

Para obtener más información, consulte el artículo dedicado a la dieta de la diarrea.


También debe recordarse que elexceso nutricional de grasa determina una reducción del pH fecal y que, por el contrario, el de las proteínas lo aumenta; ambos contribuyen a seleccionar negativamente la flora bacteriana intestinal, prefiriendo la putrefacta y jugando un papel desfavorable para la cicatrización de fisuras.

Por tanto, es lógico pensar que incluso para las fisuras, así como para otras patologías intestinales, tomar probióticos se puede revelar una actitud positiva.

Fisuras anales en lactantes

A diferencia de los adultos, en quienes la deshidratación es solo uno de los diversos factores predisponentes, la deshidratación es un elemento de primordial importancia en los recién nacidos. Por tanto, los padres deben asegurarse de que la cantidad de leche materna sea suficiente y de que, si se utilizan fórmulas artificiales, la proporción de dilución sea la correcta.

La resolución de las fisuras en los niños es mucho más rápida que en los adultos.



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