Si invertimos en tiempo de calidad, ganaremos en salud. Practicando el arte de disfrutar la vida, apreciaremos cada pequeño detalle, encontraremos magia y felicidad en las pequeñas cosas y alimentaremos nuestra esperanza.
Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 19 de febrero de 2022
Disfruta la vida, saboréala despacio y abraza el presente con intensidad, con los ojos bien abiertos y el corazón siempre dispuesto a recibir. De esta manera, nuestras experiencias se convertirán en vitaminas para la esperanza y en combustible para emociones positivas incluso en tiempos difíciles. Nunca debemos olvidar que invirtiendo en tiempo de calidad ganaremos en salud.
Este simple razonamiento puede parecer obvio. Todos sabemos que si pudiéramos reducir un poco la velocidad y apreciar las cosas simples de la vida cotidiana, nos sentiríamos mucho mejor. Sin embargo, como señala el filósofo, ensayista y matemático Nassim Nicholas Taleb, los humanos hemos malinterpretado lo que llamamos “sentido común”.
Hemos olvidado lo que es disfrutar de la vida. Nos encontramos atrapados en muchos laberintos, siempre estamos bajo presión, tenemos miedos, ansiedades y continuas metas por alcanzar. La ausencia de certeza desvía nuestra atención del momento presente; por lo que apreciar lo que tenemos hoy se vuelve cada vez más complicado.
Por otro lado, no podemos olvidar que nuestro cerebro está siempre alerta ante las posibles amenazas y riesgos a los que nos enfrentamos. A nuestro cerebro no le importa si somos felices o no, solo le importa si sobrevivimos. Depende de nosotros, por tanto, centrar nuestra atención en el "aquí y ahora" y aprender a apreciar un poco más la vida.
El control consciente de la atención también genera una reserva cognitiva y emocional que afecta directamente a nuestra salud. Un dato importante que sin duda debe ser tomado en consideración.
El arte de disfrutar la vida.
En algún momento de la vida, todos hacemos lo siguiente: en un momento en que nos sentimos bien, felices y completos, tomamos una especie de instantánea mental de ese momento. Nos diremos a nosotros mismos que siempre recordaremos ese momento y los sentimientos que estamos viviendo.
Una operación tan sencilla (y a la vez maravillosa) que sirve para mucho más que fijar en nuestra memoria aquella experiencia excepcional. En realidad, realizamos un acto emocional y cognitivo voluntario sobre el momento presente para que tenga una utilidad para el futuro. Esperamos, de alguna manera, que la felicidad de hoy nos siga iluminando en el futuro.
Es un ejercicio basado en la conciencia realizado por una mente consciente llena de emociones positivas. El arte de disfrutar la vida es precisamente eso: ser capaz de crear momentos de bienestar para que se guarden en la memoria y puedan ser utilizados como píldoras de felicidad en el futuro.
El ejercicio psicológico de disfrutar la vida y la nostalgia positiva
Marios Biskas, de la Universidad de Southampton en Inglaterra, realizó un estudio sobre la nostalgia en 2008. Su obra nos señala una serie de aspectos que debemos tener en cuenta:
- Saborear la vida es más que un cliché, más que un mensaje positivo para el crecimiento personal. De hecho, es un ejercicio psicológico muy saludable para nuestro cerebro.
- Según este estudio, "saborear" es una actividad profunda. Es un acto mental deliberado en el que capturamos la experiencia presente y la preservamos dando forma a la llamada memoria nostálgica.
El Dr. Biskas y su equipo de investigadores han demostrado que este tipo de memoria nos ayuda a recuperar recuerdos positivos para volver a experimentar emociones agradables en el futuro. Una nostalgia que enriquece, como una ventana desde la que asomarse de vez en cuando para respirar y dejarse envolver por sensaciones placenteras.
Construir una memoria autobiográfica basada en momentos de equilibrio, paz interior y bienestar, garantiza nuestro equilibrio psicológico. Sin duda, un aspecto interesante a tener en cuenta.
Control consciente sobre la memoria.
Para disfrutar de la vida, lo primero que hay que hacer es crear el momento adecuado. Solemos decir que la felicidad va y viene, que los momentos de bienestar son aleatorios y que no siempre dependen de nosotros. Pensar eso es un grave error.
Se necesita voluntad. Debemos ser los creadores de los buenos tiempos nosotros mismos, y para conseguir lo que queremos debemos comprometernos. Necesitamos saber cuándo reducir la velocidad, buscar momentos para descansar, ver a las personas que más queremos y estar solos para conectarnos con nosotros mismos.
No hay necesidad de organizar grandes eventos o viajes costosos. La vida se saborea mejor en su sencillez, manteniendo una actitud atenta y humilde. y apreciar las cosas simples. Asimismo, cuando experimentamos un momento de bienestar, debemos activar el control consciente de nuestra memoria y decirnos que lo recordaremos para siempre.
Cuanto mayor sea el control consciente, mayor será la voluntad de guardar momentos de equilibrio y felicidad en nuestra memoria. Cuanto más entrenemos nuestro cerebro para lograr este objetivo, mejores serán las “fotografías mentales” del bienestar que llevaremos en nuestra memoria autobiográfica. Es un ejercicio que merece la pena realizar y que nos permite generar una buena reserva cognitiva y emocional de cara al futuro.