Dos emociones que aumentan el riesgo de infarto en un 75%

Dos emociones que aumentan el riesgo de infarto en un 75% Vivimos como pensamos, pero podemos morir como sentimos, debido a las emociones que sentimos. Durante años, los médicos no han considerado el impacto de las emociones en la enfermedad pero hay una creciente evidencia de que el los estados emocionales influyen en la aparición de numerosas enfermedades o puede agravarlos. Un estudio realizado en la Universidad de Sydney revela un hecho inquietante: el riesgo de sufrir un infarto aumenta en 8,5 veces en las dos horas siguientes a experimentar emociones intensas, particularmente ira y ansiedad. En el caso de los ataques de ansiedad, el riesgo es aún mayor, aumenta 9,5 veces.

Este estudio confirma que un ataque de ansiedad o ira intensa en realidad puede desencadenar un ataque cardíaco, tal como se ve a menudo en las películas, después de que el protagonista ha tenido una discusión feroz. Además, lo interesante es que el riesgo no se limita al momento en el que estamos viviendo estas emociones, sino que también se extiende a las siguientes dos horas.



Durante el estudio, se analizaron 313 personas que sufrió de oclusión coronaria aguda. Los psicólogos analizaron con detenimiento las emociones que habían vivido dos días antes de sufrir el infarto. Así que pudieron encontrar que muchos de estos reportaban sensaciones como: tensión muscular, pérdida de control y sensación a punto de explotar.

Los principales desencadenantes de estas emociones fueron:

- Discusiones familiares - 29%

- Discusiones con otros - 42%

- Problemas en el trabajo - 14%

- Situaciones relacionadas con la conducción de automóviles - 14%

El estudio también encontró que los cambios fisiológicos ocurren cuando las personas experimentan ansiedad severa o ira intensa, como aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, endurecimiento de los vasos sanguíneos y aumento de la coagulación de la sangre. Todos estos son factores de riesgo asociados con la aparición de un ataque cardíaco.



Por supuesto, este no es el primer estudio que explora la relación entre las emociones y los problemas cardíacos. De hecho, en 1995 investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard llevaron a cabo un estudio similar, que analizó a más de 1.600 personas que habían sufrido un infarto. En este caso se les pidió que reconstruyeran las últimas 26 horas antes del evento. Así se descubrió que la ira también puede actuar como desencadenante de un infarto, aumentando el riesgo incluso dos horas después del episodio.

Por supuesto, las emociones intensas no son suficientes para provocar un infarto en una persona sana, pero si alguien ya tiene sobrepeso, padece aterosclerosis o hipertensión arterial, la ira y la ansiedad actúan como detonadores. Sin embargo, las personas que sufren de ansiedad crónica o que se enojan con frecuencia son más propensas a sufrir enfermedades cardiovasculares con el tiempo.

Los mecanismos fisiológicos de la ira y la ansiedad.

Tanto la ansiedad como la ira causan efectos fisiológicos directos en el corazón y las arterias, lo que significa que promueven producción de una mayor cantidad de hormonas relacionadas con el estrés, como la adrenalina y el cortisol. Estas hormonas nos aportan la energía que necesitamos en este momento, pero también afectan el funcionamiento normal del organismo, afectando la frecuencia respiratoria y cardíaca.

De hecho, estas hormonas pueden aumentar la frecuencia cardíaca hasta 180 latidos por minuto, cuando en condiciones normales debería estar entre 50 y 100 latidos. También pueden elevar la presión arterial de 120/80 a 220/130.

Si esta respuesta, que solo debe desencadenarse en emergencias, se repite con frecuencia, los niveles de adrenalina y cortisol alcanzan niveles cardiotóxicos. De hecho, se ha descubierto que la hostilidad y la ira aceleran la formación de placas en las arterias.


Además, también fue demostrado que la ansiedad y la ira inhiben la producción de acetilcolina, un neurotransmisor involucrado en la regulación de la frecuencia cardíaca. Cuando no hay suficiente acetilcolina, la frecuencia cardíaca solo puede acelerarse.



Al respecto, un estudio realizado en el University College de Londres encontró que en momentos de mucho estrés o enojo, las señales entre el cerebro y el corazón prácticamente se interrumpen. De hecho, se ha descubierto que estas emociones hacen que las neuronas se encojan y se desconecten. Finalmente, ocurre la muerte neuronal.

Entonces, ahora lo sabes: tanto la ira como la ansiedad son tus enemigos. Practicar un estilo de vida saludable no solo significa llevar una dieta equilibrada y hacer ejercicio, sino que también debes preocuparte por tu bienestar psicológico. Es fundamental aprender a manejar la ira y la ansiedad para poder vivir más tiempo y mejorar la calidad de vida.

Fuentes:
Buckley, T. et. Alabama. (2015) Desencadenamiento de oclusión coronaria aguda por episodios de ira. European Heart Journal: Acute Cardiovascular Care.
Critchley, HD et. Alabama. (2004) Estrés mental y muerte cardíaca súbita: actividad asimétrica del mesencéfalo como mecanismo de enlace. Cerebro; 128 (1): 75-85.
Mittleman, MA y col. Alabama. (1995) Desencadenamiento del inicio del infarto agudo de miocardio por episodios de ira. Circulación; 92: 1720-1725.


  • 1Share
Añade un comentario de Dos emociones que aumentan el riesgo de infarto en un 75%
¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.