¿Eres de esas personas que siempre dicen lo que piensan o prefieres mantener tus opiniones en sintonía con la multitud? Hay quienes se sienten cómodos siguiendo al grupo. Compran lo que otros compran, anhelan lo que otros anhelan y se ven influenciados por las opiniones de los demás. Otros, en cambio, se sienten incómodos siguiendo al rebaño. Quieren destacar. Están hartos de esa homogeneidad que nos oscurece como personas únicas.
Estas personas, llamadas inconformistas, tienen una fuerte necesidad de singularidad. Experimentan un estado psicológico en el que se sienten indistinguibles de los demás, esto motiva actos compensatorios que les permiten restablecer el sentido de singularidad.
Luego, en un estallido de rebelión, toman decisiones muy diferentes a las que dictan las reglas. Pero tarde o temprano descubrirán que esas decisiones son en realidad mucho menos originales de lo que pensaban porque, al ser compartidas por otras personas inconformistas, terminan convirtiéndose en una moda.
¿Qué es el efecto Hipster?
El efecto hipster, o efecto inconformista, se refiere a un fenómeno contradictorio por el cual las personas que se oponen a la cultura dominante terminan pareciendo iguales, ya que toman decisiones muy similares. En la práctica, la acción compensatoria para recuperar la individualidad acaba llevándolos a la indiferenciación. De esta forma, la decisión reivindicativa pierde fuerza, transformándose en una moda que los atrapa en el escenario del que querían escapar.
¿Cómo se produce el efecto hipster?
Los investigadores de la Universidad de Brandeis analizaron cómo el comportamiento de las personas afecta la forma en que se transmite la información a nivel social. Así llegaron a la conclusión de que nuestra empresa está formada por dos grandes grupos:
- Los conformistas, que copian a otros y siguen reglas, son personas que se sienten incómodas con la novedad y prefieren tomar decisiones que otros han probado antes.
- Los inconformistas, que buscan cambiar las reglas y aparentemente separarse de las tendencias sociales reafirmándose como personas con identidad propia.
El problema es que, al oponerse a la corriente principal, la mayoría de los rebeldes terminan pareciendo similares. Al principio los inconformistas actúan de forma aleatoria, pero a medida que se difunde la información, otras personas que se identifican con esta forma de pensar toman las mismas decisiones y se produce una sincronización que transforma el uno en lo mismo, el grito de protesta en tendencia, la revolución en la restauración. De ahí que esta acción pierda su carácter reivindicativo para convertirse en seguimiento de masas.
Un claro ejemplo fueron los primeros hipsters, que se dejaron crecer la barba para diferenciarse de los hombres que seguían las reglas y siempre se mostraban perfectamente afeitados. También lo son quienes, rechazando la moda de masas, optaron por vestirse con ropa vintage. Hoy esos gritos de rebeldía se han convertido en la nueva moda, dejando de ser un signo de originalidad.
Los peligros de la conformidad
Tendemos a pensar que ser conformistas y seguir a la multitud es la opción más segura. Pensamos que la sensación de malestar de ser los únicos disidentes nos motiva a conformarnos para paliar este malestar. En algunos casos, este es el caso. Sin embargo, psicólogos de la Universidad de Buffalo descubrieron que la conformidad en realidad causa un daño psicológico y fisiológico enorme.
Estos investigadores colocan a las personas en diferentes escenarios. En algunos casos estas personas pudieron afirmar su individualidad y discrepar abiertamente, mientras que en otros casos tuvieron que adaptarse a la opinión política del grupo.
Descubrieron que en las personas adscritas al "grupo conformista", que no podían expresar su desacuerdo, se activaba una respuesta de amenaza cardiovascular caracterizada por bajo gasto cardíaco y alta resistencia periférica total. En otras palabras: cuando tuvieron que inclinarse ante opiniones con las que no estaban de acuerdo, la confianza en sí mismos disminuyó y se sintieron amenazados, lo que desencadenó una reacción de ansiedad.
Por el contrario, las personas adscritas al "grupo inconformista", que pudieron defender sus ideas, vivieron la experiencia de manera positiva, estimulante y vigorizante.
El estudio indica que: “Cuando el objetivo de las personas era ser aceptado en un grupo con el que no estaban de acuerdo, sus respuestas cardiovasculares mostraban un estado de amenaza psicológica. Por el contrario, cuando el objetivo era ser un individuo independiente dentro de un grupo que no estaba de acuerdo con sus ideas, las respuestas cardiovasculares eran consistentes con las de un desafío.
“Es cierto que estas personas tuvieron que esforzarse para lograr su objetivo, pero cuando experimentamos un desafío nos sentimos más empoderados que abrumados. Tenemos una tendencia a centrarnos en lo que podemos ganar en lugar de en lo que podemos perder ”.
Esto confirma que vivir continuamente sometidos a las reglas, silenciando nuestra opinión para no chocar, no solo nos hace perder nuestra individualidad, sino que también nos hace vivir permanentemente en un escenario amenazante que terminará dañando nuestra salud.
¿Cómo escapar del efecto hipster?
Jonathan Touboul, el investigador que acuñó el término efecto hipster, indica que es más probable que acabemos pareciéndonos a los demás cuando nos enfrentamos a decisiones binarias. ¿Con barba o sin barba? iPhone o Android? ¿Ropa de moda o vintage?
Básicamente significa que esta inconformidad es superficial porque sigue estando determinada por las opciones que ofrece la sociedad, que generalmente son en términos de buenas o malas, negras o blancas, derecha o izquierda, buenas o malas (dualismo). Estas acciones de reafirmación personal son como la rebelión de un esclavo que aún no se ha liberado del yugo porque sigue moviéndose dentro de los límites de la libertad que se le concede.
El filósofo alemán Max Stirner nos ofrece dos ideas fundamentales que nos permitirán escapar del efecto hipster:
- Conocete a ti mismo. “Deja ir tus esfuerzos farisaicos, esa tonta manía de ser otra cosa que no eres. Conócete a ti mismo ”, dijo. Necesitamos entender que somos únicos y aprender a valorarnos por quienes somos, conscientes de nuestras auténticas necesidades y deseos. Es un viaje interior en busca de esa esencia que probablemente ha quedado sepultada bajo expectativas sociales, que de una u otra forma, las hemos hecho nuestras pero nos llevan a desarrollar un pensamiento dicotómico limitado.
- Libérate. "Toda libertad es, en el pleno sentido de la palabra, esencialmente autoliberación", escribió Stirner. Cuando te conoces, te aceptas y te aprecias por quien eres, se produce un cambio paradójico, porque ya no sientes la imperiosa necesidad de mostrar esta inconformidad al mundo, de afirmarte como individuo. La auténtica libertad implica una liberación interior. Sabemos lo que valemos y esto nos basta, por eso dejamos de sentir la necesidad de demostrarlo continuamente.