Última actualización: 19 septiembre, 2019
Hay entornos en los que nos sentimos rodeados de personas inmersas en un mar de emociones negativas. A menudo, uno de ellos es el trabajo. Tanto cuando estamos al frente de un equipo como cuando tenemos un rol directivo en una empresa es nuestro deber hacer sentir mejor a nuestros compañeros. Pero, ¿cómo podemos tener esta influencia? Para ello, es necesario conocer el arte de motivar a los demás.
La primera condición indispensable es poder centrarnos en nosotros mismos, porque es imposible poder motivar a un grupo si somos los primeros en no serlo. Como responsable de la entrega de un grupo, entonces, es importante prestar atención a las emociones que predominan. No debemos olvidar que la motivación de un grupo está íntimamente relacionada con las emociones de las personas que lo integran.
“Estar juntos es un comienzo. Seguir estando juntos es progresar. Trabajar juntos es un éxito.”
-Henry Ford-
1. Mejorar la interacción grupal
Si quieres sacar lo mejor de las personas que te rodean, debes empujarlas a seguir adelante y hacerles sentir que sabes que pueden hacer grandes cosas.. Por las razones más diversas, de hecho, muy a menudo la gente se detiene y comienza a retroceder. Es en ese punto que el resultado predecible comienza a alejarse del deseado. Un proyecto podría ser rechazado, un problema familiar podría ocupar los pensamientos de una persona e impedir que se concentre...
El arte de motivar pasa ante todo por la capacidad de identificar las dificultades que se presentan en el camino y que son inevitables, pero que hay que afrontar. Para ello, es fundamental que exista una buena comunicación en el grupo. Una interacción basada en el respeto, pero que también estimula la asertividad y la expresión de opiniones personales.
Como jefe, no siempre tendrás razón. Las personas que trabajan contigo pueden ver el progreso de las cosas desde otro punto de vista. Por eso, es bueno escuchar la opinión de todos, para que todos se sientan parte del proyecto. Es más, Escuchar lo que piensan tus empleados siempre te dará una perspectiva diferente sobre los problemas que surgirán.. Una perspectiva que, muchas veces, desde nuestro rol de liderazgo, nos cuesta ver.
2. La motivación debe hacerse "caliente"
¿Sirve de algo regañar a un niño que hizo algo malo el día anterior? En el arte de motivar, el principio es exactamente el mismo. La motivación debe llegar en el momento preciso en que se necesita. Por eso, como líderes de un grupo, siempre debemos estar atentos a identificar los momentos en los que nuestra intervención como motivadores puede ser necesaria y efectiva.
"La motivación es el combustible del cerebro".
- Anónimo -
Abre bien los ojos, de lo contrario no podrás darte cuenta de lo que funciona y lo que no. Refuerza, a través de un lenguaje positivo, lo que crees que es importante y ponlo por escrito para que se mantenga.
Considere colocar un tablón de anuncios que ayude a su equipo a visualizar el progreso que está logrando y que resalte todo el trabajo que hicieron antes de alcanzar la meta.. Esto afectará positivamente la motivación del grupo y la tuya también.
3. Da espacio a los demás
Motivar no significa presionar. A veces confundimos estas dos cosas y, por ello, no obtenemos los resultados deseados.. Como líder del equipo, eres responsable de establecer los pasos a seguir, las pautas a considerar y el ritmo de trabajo requerido para lograr la meta.
Una vez que todos estos detalles están claros, es necesario dar espacio a los distintos miembros del grupo. Permitiéndoles marcar su propio ritmo de trabajo, cumplir los plazos, esforzarse y no desanimarse. Revisar lo que está mal cuando los vemos en dificultad, pero sin someterlos a una presión excesiva y sin recordarles continuamente que ese trabajo ya debe estar terminado.
Un equipo trabaja por un objetivo común y cada miembro debe ser responsable de sus funciones. Si como trabajador sabes lo que tienes que hacer y tienes una responsabilidad específica, es probable que te sientas más motivado. Sin embargo, si además de tener esa responsabilidad, sientes que el jefe te asfixia, que constantemente te recuerda los plazos, te abruma con preguntas sobre cómo va el trabajo, nunca se da cuenta de las cosas buenas que haces, sino que solo culpa a tus errores. , perderás la motivación pronto.
4. Sea creativo en la gestión de su trabajo
El cansancio físico y mental puede ser contraproducente en el arte de la motivación. Por eso, además de estrujarnos el cerebro para encontrar una solución, también es necesario darnos unos momentos de descanso.. A veces, de hecho, el trabajo puede convertirse en una tortura. Pero basta una correcta gestión de nuestra energía mental para que todo se vuelva incluso divertido. Para triunfar, es fundamental dorar la píldora con ese toque de creatividad que hace más ligero nuestro trabajo, sin renunciar a la responsabilidad.
¿Qué podemos hacer para tener éxito? Un ejemplo podría ser dar al grupo diez minutos de descanso en los que se interrumpan todas las actividades para ir a tomar un café. Eres el jefe y sabes que un pequeño descanso para relajarse no disminuirá el rendimiento del equipo, sino todo lo contrario. Liberar tu mente siempre es bueno. Te permite disminuir la tensión, interactuar y reír. Algo que todos necesitamos.
Otra solución creativa puede ser proponer una ronda de chistes o anécdotas de cinco minutos, o una pequeña siesta, también conocida como Power Nap. No hay necesidad de salir de la oficina. Incluso permaneciendo en el escritorio es posible disfrutar de un inesperado y divertido momento de descanso para recuperar energía y vitalidad. Este hábito, bien gestionado, también fomentará un ambiente de trabajo más positivo y te hará entender cómo se siente cada miembro del grupo a nivel personal, y no solo en el trabajo.
“No importa cuántas veces te equivoques o cuán lento progreses. Siempre estarás muy por delante de aquellos que ni siquiera lo intentan".
-Tony Robbins-
Comunicarse con el equipo de trabajo, interesarse por lo que sucede en la vida de las personas que lo integran, darles un espacio personal y romper moldes es muy importante en el arte de la motivación. ¿Nuestra puntería? Hacer felices a las personas haciendo algo que requiere gran compromiso y seriedad. Parece imposible, pero en realidad no lo es. Estas pequeñas recomendaciones ayudarán a tu equipo, y te ayudarán a ti en particular, a afrontar la próxima meta llenos de energía y ganas de hacer.