Cambiar nuestros hábitos puede resultar muy difícil, sobre todo si nos han acompañado durante años. ¿Por qué es tan difícil crear nuevos hábitos y deshacerse de los viejos?
¿Cuáles son los errores más comunes que le impiden desarrollar un nuevo hábito?
1. El deseo de cambiar demasiadas cosas a la vez. Cuantas más áreas de nuestra vida deseemos cambiar, más difícil será el camino. De hecho, de esta forma corremos el riesgo de quedarnos a mitad de camino con la sensación de haber saltado del avión sin paracaídas. Como resultado, volvemos a los viejos hábitos, que nuestro cerebro percibe como una fuente de seguridad.
Solución: elija un traje clave. En lugar de cambiar muchas cosas, elija algo que sea verdaderamente importante y significativo. Este cambio actuará como una bola de nieve rodante que crecerá y dará lugar a más transformaciones, pero lentamente, sin abrumarte. Concéntrese en cambiar un hábito a la vez.
2. Empiece con un hábito demasiado grande. Cuando comenzamos con metas demasiado ambiciosas, corremos el riesgo de fracasar simplemente porque no sabemos por dónde empezar o no está claro qué camino debemos tomar. Lo mismo ocurre con los hábitos. Es más difícil y estresante cambiar radicalmente su estilo de vida que dar un paso a la vez.
Solución: la clave es hacerlo lo más fácil posible. Por ejemplo, si quieres desarrollar el hábito de salir a correr, no comiences con una distancia de 10 km, sino que te limites a solo 500 metros. Si desea comenzar a practicar la meditación, no espere comenzar con una hora al día, solo toma 5 minutos. Se trata de planificar actividades que no sean demasiado exigentes. Poco a poco irás adquiriendo el hábito.
3. No cambie el medio ambiente. El entorno en el que vivimos cada día es fundamental porque potencia algunos hábitos e impide el desarrollo de otros. Evidentemente, no es fácil deshacerse de ciertos hábitos cuando son aceptados y promovidos por el grupo de personas con las que convivimos.
Solución: cree un entorno que fomente los hábitos que desea desarrollar. Por ejemplo, si quieres comer sano, no tienes que comprar comida chatarra para no tenerla a mano. Se trata de rodearte de un entorno que te facilite los hábitos que quieres desarrollar, o al menos que no te haga retomar los viejos. Recuerde que será más difícil dejar de fumar o beber si quienes lo rodean continúan haciéndolo.
4. Concéntrese en los resultados. El establecimiento de metas es clave cuando se trata de alcanzar una meta. Sin embargo, cuando se trata de construir nuevos hábitos, las metas pueden ser un obstáculo, porque nos estimulan a enfocarnos en los resultados en lugar de esforzarnos por alcanzarlos. Es normal querer que nuestras acciones generen éxitos, pero el problema es que las metas por sí solas no conducen a resultados, son los cambios que implementamos los que lo hacen.
Solución: Concéntrese en los rituales, en el comportamiento y no en los resultados. Durante los primeros días o incluso semanas, uno debe intentar crear rituales satisfactorios que puedan reemplazar los viejos hábitos. No se preocupe y no se obsesione con los resultados, llegarán sin esfuerzo una vez que haya establecido el nuevo hábito.
5. Desdén por los pequeños cambios. Cada viaje, por largo que sea, comienza con el primer paso. Sin embargo, a menudo nos fijamos grandes metas, pero olvidamos los pequeños pasos que debemos dar para lograrlas. Sin embargo, cuando se trata de establecer nuevos hábitos, son los pequeños cambios los que marcan la diferencia.
Solución: La repetición de pequeñas acciones no solo ayuda a crear el hábito sino que también permite consolidarlo. Por tanto, es lo que hacemos todos los días lo que nos acerca o aleja de la meta. Lo mejor es centrarse en los pequeños éxitos, los que nos permiten avanzar solo un 1% cada día. Recuerda siempre un dicho del sabio Confucio: "No importa lo lento que vayas, si nunca te detienes".