Según Young, los patrones mentales son patrones arraigados y duraderos que se desarrollan y se resuelven a lo largo de la vida. Afectan la forma en que pensamos, sentimos y actuamos.
Última actualización: 10 octubre, 2021
Ven spiega joven, cuando hablamos de esquemas mentales, nos referimos a modelos preestablecidos, arraigados y duraderos que se desarrollan y ocurren a lo largo de la vida de una persona.
Más simplemente, son "nuestra forma de ser y comportarnos en el mundo". Si estos patrones son disfuncionales, puede suceder, por ejemplo, que se encuentre a menudo con las personas equivocadas, muestre comportamientos tóxicos o destructivos, reacciones desproporcionadas y, en general, se encuentre con problemas y situaciones no deseadas.
Estas circunstancias ocurren con frecuencia. La persona suele desconocer el patrón que crea y se siente confundida porque no puede explicar lo que le está pasando.
Según la Terapia de Esquemas de J. Young, los esquemas son considerados como verdades a priori, se perpetúan, se resisten al cambio, son disfuncionales, son generados y activados por experiencias ambientales y tienen efectos nocivos.
Aparte de eso, a veces los patrones mentales son alimentados o despertados por experiencias traumáticas o negativas, que adquieren permanencia precisamente a través del esquema que nutren.
Los patrones mentales nos condicionan
¿Por qué nos afectan los patrones mentales? Dado que se trata de una experiencia tan arraigada, interna y emocional, cuando queremos pensar en la situación en la que nos encontramos, el esquema ya ha marcado el camino a seguir: ya ha comenzado.
Piensa en las situaciones de tu vida diaria que se repiten: dependencia emocional en una pareja, anteponer las necesidades de los demás a las propias, ceder a las adicciones. Puede ser cualquier conducta que hace daño, pero que siempre está ahí, de la que parece imposible librarse a pesar del sufrimiento causado.
Ahora pensemos: sabemos que ese no es el camino a seguir, que hay otras direcciones que tomar, que después de hacerlo nos sentimos fatal. Pero a pesar de esto, seguimos comportándonos de la misma forma tóxica. Esto sucede porque el patrón ya ha reproducido el patrón de comportamiento al que estamos acostumbrados.
Además, si alguien nos pregunta por qué seguimos comportándonos de la misma manera, no podemos dar una respuesta válida. Sabemos que no es justo, que nos estamos dañando la vida, pero es muy difícil o casi imposible renunciar a ello.
Esto se debe a que la mentalidad es muy emocional. Nace dentro de nosotros, en lo más profundo. Es el resultado de varias experiencias infantiles y es como una bestia indomable. Cuando tenemos esa “situación de riesgo” por delante, perdemos el control. El esquema ya ha cumplido con su deber.
¿Cómo podemos cambiar estos patrones?
Ser pasivo no ayudará. Es muy difícil que este milagro suceda. Habrá que hacer, por tanto, un ejercicio de análisis consciente en el que entren en juego la decisión y la voluntad.
Hay diferentes estrategias y técnicas psicológicas que pueden ayudar, cognitivas, conductuales o emocionales.
En primer lugar, debemos comenzar a registrar, monitorear aquellas situaciones que, de alguna manera, nos perturban emocionalmente. Y no sólo eso, sino también aquellos que nos hacen actuar cegados por la razón.
Por ejemplo, un niño cuyos padres no están lo suficientemente presentes puede desarrollar el patrón mental de "abandono". En la vida adulta, la persona desarrolla dependencia emocional y reproduce el mismo patrón con las parejas, que acaban por abandonarlo.
Por lo tanto, es importante entender y entender el modelo, visualizarlo en la vida diaria y controlar situaciones en el que se presenta la dependencia emocional, con todas las consecuencias que ello conlleva.
Una vez registrados en un diario terapéutico personal, se pueden analizar las conductas y pensamientos que tienen en común estas situaciones. ¿Tiene tendencia a ceder en las relaciones sociales? ¿Le resulta difícil romper relaciones incluso si no aportan ningún beneficio?
Después de identificar las debilidades, se pueden diseñar estrategias para evitar que vuelva a suceder en la medida de lo posible. Romper el molde significa afrontar, no con oposición sino con inteligencia, lo que nos pide el patrón.
Si le resulta difícil decir que no, trate de no huir de las situaciones en las que necesita ser asertivo. Si construyes relaciones tóxicas por miedo a estar solo, empieza a explorar todos los aspectos positivos que te puede ofrecer la temida soledad.
Será difícil al principio y tendrás que estar dispuesto a tolerar las molestias. Piensa que no estás acostumbrado a elegir esta forma de actuar: tus automatismos van en sentido contrario.
Por otro lado, a veces, por mucho que lo intentemos, no tendremos más remedio que vivir con los restos de estos patrones durante mucho tiempo.
Por lo tanto, tomará más tiempo cambiar la forma en que estamos en el mundo. Pero si extendemos el Locus de control a nuestros esquemas mentales, lograremos nuestro objetivo.