Estar constantemente ocupado destruye tu creatividad

Estar constantemente ocupado destruye tu creatividad

En nuestra sociedad, estar siempre ocupado es prácticamente sinónimo de importancia. Muchos incluso asumen lo ocupados que están, lo llena que está su agenda y que no tienen un minuto de tiempo libre. Pero estar constantemente ocupado no es bueno. De hecho, ¡es un muy mal hábito! Incluso si intentaron vendernos lo contrario, diciéndonos que el tiempo es dinero y que no debemos "desperdiciarlo".

Lo ideal para nuestra mente sería equilibrar el pensamiento lineal, que requiere una gran capacidad de concentración, con el pensamiento creativo que surge de la inactividad. Poder cambiar de enfoque, soñar despierto y relajarse sin hacer nada más que descansar es una habilidad vital que se encuentra seriamente amenazada y está prácticamente en peligro de extinción debido al insoportable ajetreo al que nos sometemos cada día.



El ruido diario que nos satura

La sobrecarga a la que nos vemos sometidos a diario es simplemente inaudita. Consumimos cinco veces más información hoy que hace 25 años. Fuera del trabajo, procesamos alrededor de 100.000 palabras al día, una cantidad abrumadora.

El problema es que nuestro cerebro no puede procesar tanta información, por lo que termina convirtiéndose en ruido. Leemos noticias pero no las memorizamos, simplemente porque pasamos demasiado rápido de un contenido a otro.

Este consumo excesivo nos hace perder el tiempo sin aportar valor, además de agotar nuestra energía mental. Para empeorar las cosas, mantenernos constantemente ocupados, como si tuviéramos miedo de estar solos con nosotros mismos, socava profundamente nuestra creatividad.

Poder desconectar es fundamental para la creatividad

Para comprender el profundo impacto de estar continuamente ocupado, debemos comprender que el pensamiento lineal es el resultado de la red ejecutiva central, que requiere todos los recursos de concentración de nuestro cerebro. Sin embargo, el pensamiento creativo es en gran parte el resultado de la red neuronal predeterminada, la misma que se activa cuando escuchamos música o estamos inactivos.



La creatividad está ligada a nuestra capacidad de soñar despierto, lo que estimula el libre flujo y asociación de ideas, creando vínculos entre conceptos y modalidades neuronales que de otra manera no se podrían establecer. Cuando dejamos que nuestra mente divague sin rumbo fijo, descubrimos cosas asombrosas, cosas que están más allá de nuestro alcance cuando estamos ocupados con una tarea.

Para entender esto mejor, podemos imaginar que el pensamiento lineal es como un túnel, en el que tenemos que enfocarnos en lo que tenemos frente a nosotros, tratando de alcanzar una meta. Este tipo de pensamiento es útil e importante, pero nos impide apreciar los detalles que nos rodean. El pensamiento creativo, en cambio, no persigue un objetivo marcado, sino que salta y deambula, dejándose capturar por los detalles, como cuando caminamos en un entorno natural.

No es casualidad que muchas de las mentes más brillantes de la historia fueran conscientes de la necesidad de desconectarse e hicieran algunos de sus grandes descubrimientos mientras disfrutaban de la máxima tranquilidad. Nikola Tesla sintió la rotación de los campos magnéticos mientras daba un tranquilo paseo por las calles de Budapest y a Albert Einstein le encantaba relajarse escuchando a Mozart mientras descansaba de sus intensas sesiones de trabajo.

Para entrar en este modo, tenemos que presionar el botón de reinicio, lo que significa que tenemos algo de tiempo libre durante nuestro día para acostarnos sin hacer nada, meditar o relajarnos escuchando música instrumental. Es una misión imposible cuando cada momento libre que tenemos, ya sea en el trabajo o en casa, lo usamos para completar esa tarea que nos queda inconclusa o para controlar el smartphone.


Adicto a la estimulación constante

Poco a poco, el sistema atencional de nuestro cerebro se va acostumbrando a recibir estimulación constante, hasta el punto que nos volvemos adictos a este flujo continuo de información y cuando se detiene, experimentamos un verdadero síndrome de abstinencia, nos sentimos inquietos e irritables. Nos volvemos adictos a los estímulos y actividades.



Esto es muy peligroso para nuestra calidad de vida porque no solo nos quita la creatividad, sino también la capacidad de relajarnos, asegurándonos de que estemos continuamente "en espera". A la larga, esta conexión constante, la imposibilidad de relajarnos y simplemente disfrutar del "dolce far niente", acaba dañándonos cognitiva, emocional y físicamente.

El periodista Michael Harris escribió sobre la importancia de relajarse e incluso aburrirse en la era de la sobrecarga cognitiva: “Quizás deberíamos incluir la escasez en nuestras comunicaciones, interacciones y las cosas que consumimos. De lo contrario, nuestras vidas se convertirán en una transmisión ininterrumpida de código Morse: un enjambre ruidoso que cubre los preciosos datos subyacentes ".

Por tanto, es conveniente reconsiderar nuestra vida diaria intentando salir de este estado de superficialidad frenética, liberándonos de la adicción a los estímulos y asegurando un tiempo libre en el que dedicarnos a no hacer nada.


Añade un comentario de Estar constantemente ocupado destruye tu creatividad
¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.