Somos animales sociales y una de las mayores ventajas es poder ayudarnos unos a otros. Hay, sin embargo, personas que no pueden pedir ayuda, por diferentes motivos. ¿Cuáles son las razones y cómo reaccionar?
Última actualización: 04 de junio de 2020
Todos pueden pasar por un momento difÃcil o encontrarse en una situación en la que necesitan una mano. Hay, sin embargo, personas que nunca piden ayuda a los demás o que lo hacen con mucha dificultad. Esta dificultad, que puede tener diferentes motivos, nos entorpece y nos impide avanzar.
Para muchas personas, pedir ayuda es difÃcil; lo consideran un signo de debilidad, no tienen suficientes habilidades sociales para hacerlo, no saben a dónde acudir…
Al hacerlo, terminan enfrentando todas las dificultades solos, a veces incluso sabiendo que están destinados a fracasar sin la ayuda de los demás. ¿Por qué lo hacen? Las razones pueden ser variadas.
Personas que nunca piden ayuda a los demás: ¿por qué?
creencias equivocadas
Algunos de nosotros sentimos que no está bien hacer que otros pierdan el tiempo ayudándonos o escuchándonos. ¡Ciertamente tienen mejores cosas que hacer! Es una idea común que nos aleja de los demás y nos impide buscar apoyo.
Falta de asertividad
Entre los "derechos asertivos" está el derecho a pedir ayuda, aun sabiendo que otros pueden brindarla o negarla.
Ser asertivo no es más que defender nuestras necesidades, la capacidad de comunicar lo que pensamos o necesitamos de forma abierta y clara.
Baja autoestima
En relación con lo que acabamos de ver, las personas que no buscan ayuda en los demás suelen sufrir de baja autoestima. Le dan poco valor a sus necesidades o las niegan por completo., anteponiendo las de los demás.
La baja autoestima va unida a una tendencia a exigirse demasiado a uno mismo ya la propia capacidad de superación. Una solicitud de ayuda, en este caso, se interpreta como una confirmación de la inferioridad o debilidad de uno.
Falta de responsabilidad
Otra posible razón para que hagamos todo nosotros mismos es la creencia de que otros deben ofrecer su ayuda, espontáneamente. Las personas que nunca buscan ayuda suelen responsabilizar a los demás, haciéndolos sentir culpables por no ayudar.
El orgullo de las personas que nunca piden ayuda a los demás
En relación con el punto anterior, el orgullo es una de las principales razones por las que preferimos no pedir ayuda. Da mucha satisfacción hacerlo todo uno mismo, superar los lÃmites, sentirse capaz; sin embargo, es una espada de doble filo.
Por un lado, nuestro orgullo puede animarnos a culpar a los demás por no ayudar o puede llevarnos al fracaso. Por otro lado, la superación de un obstáculo o completar una tarea se convierte más en una cuestión de demostrar nuestras habilidades a los demás que sentir satisfacción por haberlo hecho solo.
Experiencias negativas
En la base de este bloque, puede haber experiencias previas de pedir ayuda pero no obtenerla. Especialmente si está relacionado con las razones ya vistas, esto lleva a generalizar la experiencia y perder la fe en los demás.
Miedo al rechazo
Otro motivo que nos impide aferrarnos a los demás es el miedo a ser rechazados o el miedo a que los demás no quieran o no puedan ayudar.
Esta actitud no significa tanto negar el derecho a pedir ayuda como negar a otros el derecho a rehusarla. En este caso, se trata de ser poco comprensivo o inseguro ante una posible respuesta negativa.
Personas que nunca piden ayuda a los demás. Algunas estrategias útiles
Aquà hay algunos consejos dedicados a aquellos que tienen dificultades para pedir ayuda.
- Expresa tu problema y sus necesidades.
- Exprésate con confianza. No podemos esperar que los demás nos ofrezcan ayuda, pero tenemos derecho a pedirla.
- ConfÃa en los demás, en sus buenas intenciones y en su honestidad, en la capacidad de responder con franqueza si nos pueden ayudar o no.
- Estar agradecidos, Agradecemos la ayuda o la intención de ayudarte aun cuando no obtengas el resultado deseado.
La gente tiende a aislar a los que no pueden pedir ayuda porque les impide saber realmente quiénes somos. El resultado es una enorme frustración.
Por lo tanto, es importante ser conscientes de que pedir ayuda es nuestro derecho y, a menudo, además de ser útil para nosotros mismos, también hace felices a las personas que nos rodean.