La crisis energética en tiempos de pandemia

La crisis energética en tiempos de pandemia

Muchos países se han dado cuenta de que tienen líderes mediocres, mal intencionados o simplemente incompetentes. Actualmente se vive una crisis de energía que se interpone en el camino para llegar a un acuerdo global sobre la pandemia. 

La crisis energética en tiempos de pandemia

Última actualización: 15 de mayo de 2020

Uno de los aspectos que surgieron durante la pandemia del Coronavirus es la crisis de poder en la que se encuentra el mundo hoy. Son muy pocos los jefes de gobierno o de estado que han demostrado estar a la altura de la situación, y menos aún aquellos que han demostrado una capacidad real para motivar a la sociedad hacia el rumbo correcto.



Si hay una idea que tienen en común la mayoría de las naciones en tiempos de pandemia es la de estar gobernadas por políticos poco preparados para gestionar una crisis tan grave, incapaces de tomar decisiones en un contexto de enorme incertidumbre.

En general, la nuestra no es una era de líderes brillantes en el frente.. Podemos decir que la improvisación ha reinado en los últimos meses, si no la mentira y la incompetencia. La crisis de poder se manifiesta también en la imposibilidad de llegar a un frente común, crucial en tal situación.

El problema del Coronavirus ha afectado a toda la humanidad, pero casi siempre ha prevalecido el individualismo y el egoísmo. Para evitar la crisis del poder se necesita creatividad, pero en este momento hemos visto prevalecer el autoritarismo.

La crisis del poder y un debate que no existe

Son muchos los gobiernos que han hablado del debate “economía vs vida” para referirse a la cuarentena obligatoria y la consiguiente interrupción de las actividades económicas. Para muchos, el sentido común dice que no hay debate: la vida es un valor supremo y la decisión de preservarla debe estar por encima de todo.



El problema de la crisis actual radica en que muchos de nuestros líderes políticos se revelan como tales solo en circunstancias normales. Tan pronto como la realidad adquiere nuevas connotaciones, pierden la conciencia de la situación. y deciden retomar el juego que conocen.

Hemos visto casos extremos como el de Estados Unidos, donde se aconseja a los ciudadanos no hacer caso a las noticias para no estresarse e intentar seguir con su vida habitual. Por otro lado, Ecuador siguió negando la gravedad de la situación con cientos de muertos en la calle.

El aspecto más preocupante de la crisis de energía es que conduce a la pérdida de vidas.

Una corrupción rampante

Mientras reinaba la mala gestión en el sector público, en el sector privado hemos visto empresas aprovechar la coyuntura para sacar el mayor beneficio posible. Esto ha llevado a algunos estados a regular el precio de ciertos bienes de consumo, como las mascarillas.

Europol ha rastreado más de 2000 sitios web que comercializan medicamentos engañosos, si no peligrosos, haciéndolos pasar por una cura para el coronavirus. Sin mencionar la gran cantidad de delitos cibernéticos. Por tanto, podemos decir que sólo el sector privado ha asumido un liderazgo más que reprochable.

Por otro lado, La profunda corrupción estatal ha salido a la luz en algunos países. En Colombia, por ejemplo, donde cientos de miles de personas viven en cuarentena pasando hambre, algunos funcionarios y gobernantes han subido el precio de los bienes destinados a los más pobres para marcar la diferencia.


Falta de autoridad y creatividad.

Muchos líderes y gobernantes tienen poder pero no tienen autoridad sobre su pueblo. Esta es una de las formas en que se manifiestan las crisis de poder y la desconfianza de la población hacia sus líderes. Unas veces porque se les considera corruptos, otras porque no muestran virtudes especiales, otras simplemente por su ineptitud.



En la crisis actual, la mayoría de los gobiernos han seguido un plan basado en nada. Tras la cuarentena se dieron pasos a la antigua para reabrir y reactivar la producción, pero sin mirar una perspectiva realmente innovadora.

Es obvio que la situación ha tomado al mundo por sorpresa y que recién ahora estamos comenzando a reaccionar, sin embargo, hay una falta de creatividad en muchos estados.

En algunos casos, la empresa ha sido incluso más receptiva que el propio gobierno. Por ejemplo, en Río de Janeiro (Brasil) fueron las "pandillas" quienes decretaron la cuarentena, ante las reticencias por parte del presidente Bolsonaro. En otros países, los particulares tomaron medidas para producir más respiradores, geles desinfectantes o mascarillas donde eran insuficientes.


La crisis actual ha desafiado las capacidades de nuestros gobernadores, muchos de los cuales han demostrado ser incapaces de manejar la situación. Todavía no sabemos cómo saldrá el mundo de esta situación, pero lo previsible es que habrá cambios de poder. Las corporaciones se han vuelto más conscientes de lo que es verdaderamente esencial para un estado y lo que no lo es.

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