Las personas inteligentes aportan valor dondequiera que vayan. Soy como esa luz que brilla en la oscuridad. Su capacidad para ver más allá, su inventiva y su extraordinaria capacidad para conectar puntos aparentemente desconectados les permiten encontrar nuevas soluciones donde la mayoría falla. Sin embargo, las características de las personas inteligentes van mucho más allá.
Durante décadas, la inteligencia se ha identificado exclusivamente con el coeficiente intelectual. Hoy sabemos que la inteligencia no se limita al plano intelectual y la resolución de problemas abstractos, sino que se extiende a todos los ámbitos de la vida. De hecho, una definición simple y operativa de inteligencia es la capacidad de resolver problemas con relativa rapidez e ingenio.
Desde esta perspectiva, la inteligencia no solo implica el razonamiento a nivel abstracto y la aplicación de la lógica, sino que también implica comprender los estados emocionales, la creatividad e incluso la capacidad de resistir la presión sin colapsar. También implica una profunda metacognición; eso es entender cómo funciona nuestra mente.
¿Cuáles son las principales características de una persona inteligente?
1. Reconoce su ignorancia
Muchas personas se creen mejores que otras cuando en realidad son víctimas del efecto Dunning-Kruger, un prejuicio que les impide reconocer su propia incompetencia, por lo que se comportan con excesiva e injustificada confianza. En cambio, una de las características de las personas inteligentes es que reconocen su ignorancia en algunas áreas. Reconocen sus defectos, limitaciones o lagunas porque saben que este es el primer paso para superarlos.
Las personas inteligentes practican la humildad intelectual. Siempre están abiertos a aprender algo nuevo y admiten descaradamente lo que no saben. Esta actitud les permite respetar otros puntos de vista y, al mismo tiempo, les impide aferrarse demasiado a sus creencias o ideas para que no sigan creciendo y aprendiendo.
2. No culpan a los demás por sus errores.
Las personas inteligentes a menudo tienen un locus de control interno, lo que significa que comprenden que tienen cierto poder sobre las circunstancias. Son conscientes de que con inteligencia y perseverancia pueden llegar muy lejos y lograr grandes cosas, al mismo tiempo que comprenden sus limitaciones.
Las personas inteligentes aceptan elogios por sus logros y asumen la responsabilidad de sus fracasos y errores. Ni mas ni menos. No culpan a los demás ni al destino cuando algo sale mal, sino que redoblan sus esfuerzos cambiando su perspectiva. De hecho, una de las principales características de las personas inteligentes es su capacidad para reconocer errores y aprender de ellos.
3. Tienen la mente abierta, no pueden resistir el cambio.
"La medida de la inteligencia es la capacidad de cambiar", dijo Albert Einstein. Las personas inteligentes están abiertas a nuevas ideas y posibilidades. Valoran las opiniones de los demás y consideran distintas alternativas antes de tomar una decisión. De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Yale encontró que las personas inteligentes tienden a mantener una mente abierta a los puntos de vista de los demás y no formulan los suyos hasta que han escuchado opiniones diferentes.
También son conscientes de que las cosas cambian, por lo que no sienten la necesidad de aferrarse a su solución inicial. No sufren resistencia al cambio. Tienen suficiente flexibilidad mental para cambiar si descubren en el camino que su plan no funciona. De hecho, siempre están buscando nuevas alternativas que les permitan optimizar sus soluciones.
4. No reaccionan con enojo o enfado
Una característica de las personas inteligentes es que tienen un alto nivel de autocontrol. No solo se conocen mejor y exploran sus procesos cognitivos, sino que también saben cómo manejar mejor sus emociones. Estas personas tienden a practicar más la introspección y saben cómo lidiar con sus estados afectivos para no convertirse en un estorbo durante el proceso de resolución de problemas.
Un estudio de 22 años de más de 600 personas encontró que tanto la agresión como la inteligencia son relativamente estables durante toda la vida. Estos psicólogos de la Universidad de Michigan encontraron que un coeficiente intelectual más bajo era un predictor de reacciones agresivas. Aparentemente, esto crea un círculo vicioso porque la agresión también dificulta el desarrollo de la inteligencia.
5. No se dejan influir por los prejuicios
A lo largo de la vida, todos desarrollamos ciertos estereotipos, que sirven como puntos de referencia rápidos para movernos por un mundo complejo. Sin embargo, las personas inteligentes no permiten que esos estereotipos o prejuicios determinen sus decisiones y comportamientos. Puedo ver más allá.
Un estudio desarrollado en la Universidad de Brock con más de 15 personas encontró que las personas con un coeficiente intelectual más bajo en la infancia tenían más probabilidades de ser más racistas y homofóbicas en la edad adulta. Llegaron a la conclusión de que la inteligencia juega un papel fundamental, aunque a menudo subestimado, en el prejuicio.
6. Tenga sentido del humor
Otra característica de una persona inteligente es su sentido del humor. Al respecto, Sigmund Freud dijo que el humor nos permite liberar de forma segura y asertiva nuestros impulsos, expresándolos en forma de ingenio. El humor también es fundamental para evitar tomarse las cosas demasiado en serio y ser autocrítico, por lo que las personas inteligentes suelen reírse de sí mismas y de sus circunstancias.
Un estudio realizado en la Universidad Médica de Viena reveló que a las personas más inteligentes les suele gustar el humor poco convencional, como el humor negro. Curiosamente, estas personas también muestran niveles más bajos de agresión y un mejor estado de ánimo. Sin duda, la capacidad de reírse de todo, incluso de lo que muchas veces se considera tabú, les ayuda a mitigar las dificultades, les permite distanciarse de lo que está pasando y encontrar mejores soluciones.
7. Se preocupan más por las cosas
No todos los rasgos de las personas inteligentes son positivos. Estas personas también muestran una mayor propensión a preocuparse y cavilar. Varios estudios han encontrado una relación entre la inteligencia y la tendencia a preocuparse más por las cosas y reflexionar sobre los hechos.
Probablemente esto se deba al hecho de que las personas inteligentes generalmente rechazan las explicaciones más superficiales y necesitan una amplia evidencia para respaldar una tesis. Su inteligencia puede hacer que quieran llegar al fondo de las cosas, o puede mostrarles problemas donde otros no los ven. Esto podría hacer que se sientan más ansiosos, se preocupen por posibles amenazas o analicen los eventos una y otra vez hasta que encuentren una explicación satisfactoria.