“Karma” es un término que usamos a diario, pero quizás no conocemos del todo su significado, origen y las 12 leyes que lo rigen.
Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 27 de enero de 2022
Dentro de tradiciones religiosas como el budismo y el hinduismo, el karma se entiende como un principio universal de justicia y equilibrio a partir del cual todas tus acciones tienen una consecuencia equivalente. Según la tradición budista, no se deriva de la existencia de un dios que juzgue y castigue nuestras acciones, sino de leyes precisas del karma, fuerzas cósmicas que siempre tienden a la compensación y la armonía.
El karma es el juez de nuestras acciones, es la energía trascendente e invisible que se deriva de nuestros comportamientos y acumula consecuencias a partir de ellos. Las leyes del karma nos dicen que las fuerzas que pusimos en marcha hace diez minutos o diez vidas volverán a nosotros.
Íntimamente ligado a las próximas reencarnaciones, siguiendo los principios del hinduismo, el karma se convierte en la energía que utilizaremos para purificar el alma hasta alcanzar la perfección. Entonces, mientras que el karma simboliza la responsabilidad por nuestras acciones, la reencarnación nos ofrecería la oportunidad de seguir adelante.
En base a esto, somos libres de comportarnos como queramos desde la primera encarnación y, en consecuencia, acumularemos esta energía. Ahí la creación de karma bueno y malo e intencional o no intencional dictará lo que debemos enfrentar y resolver en la vida. Nuestro primer objetivo es aprender, a través de la experiencia, a ser mejores.
Entonces, il El karma no da lugar a la casualidad. Profundicemos en las leyes del karma a continuación, que dictarán cómo respondemos a nuestras acciones, pensamientos y sentimientos.
“¿Existe alguna máxima que deba fundamentar las acciones que se desarrollan a lo largo de la vida? Sin duda es la máxima de la compasión: no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.
-Confucio-
Las 12 leyes del karma
1. La gran ley del Karma o ley de causa y efecto
Crecimos con esta ley, aunque no la sepamos: recogeremos lo que sembramos. Lo que diseminamos en el Universo vuelve.
La energía negativa enviada a otros volverá a nosotros, pero diez veces más poderosa. El karma es el juez de nuestras acciones y nos ayuda a reflexionar sobre nuestro sufrimiento.
Así es dejando de lado este enfoque espiritual, este principio tiene una gran correspondencia psicológica. Tomemos, por ejemplo, algunas dinámicas de comportamiento. En ese padre autoritario, en esa madre controladora o en ese amigo que traiciona o desmiente rumores.
El efecto de estas acciones es evidente en muchos casos: la distancia, la necesidad de dejar de lado esa atención que en un momento dado sólo nos daba sufrimiento e infelicidad. Reflexionemos, pues, sobre esta correspondencia: la causalidad entre nuestras acciones y sus consecuencias.
2. Creación
La vida requiere que participemos en ella. Somos uno con el universo por dentro y por fuera, formamos parte de la corriente del nacimiento de la naturaleza y nuestras vidas se reproducen como el resto de los ciclos naturales. Nuestro entorno nos proporciona pistas sobre nuestro estado interior. Crear las opciones que queremos en la vida.
Dentro del budismo, cada uno de nosotros es plenamente responsable de lo que hacemos. Las leyes del Karma nos enseñan que tenemos suficiente libertad para poder crear la realidad que queremos.
Sin embargo, en luego jugaremos en base a esas elecciones realizadas, en ese tejido diseñado de acuerdo a nuestras acciones.
3. Ley de la humildad
Lo que te niegas a aceptar te seguirá pasando. Este conocido principio de las leyes del Karma es algo que vemos muy a menudo en nuestra vida diaria.
Todos de alguna manera presentamos ciertas realidades internas que no queremos ver. En nosotros habita el egoísmo, el apego excesivo a lo material o incluso nuestra absoluta dependencia de determinadas personas.
Ser humilde es poder ver la realidad aunque no nos guste. Se trata de mirar hacia adentro para ver todas nuestras heridas, nuestros defectos y nuestras debilidades.
Solo aquellos que son capaces de verse a sí mismos auténticamente son capaces de hacer un cambio. Y ese progreso, esa conquista debe partir de la ley de la humildad.
4. Leyes del karma: crecimiento
Dondequiera que vayas, siempre estarás tú. Para crecer auténticamente, somos nosotros los que debemos cambiar y no las personas, los lugares o las cosas que nos rodean.
Pero la implementación de este principio básico requiere un gran esfuerzo. ¿La razón? Nuestra sociedad no nos educó según la ley del crecimiento.
Estamos obsesionados con mirar hacia afuera, con querer lo que no tenemos, de envidiar lo que tiene el otro. Somos entidades pasivas esperando que otros cambien para satisfacer nuestras necesidades.
Tendremos control sobre nosotros mismos solo cuando seamos capaces de crecer dentro. Dejando de lado el contexto, aceptando a quienes nos rodean por lo que son y no por lo que nos gustaría que fueran.
Si tratamos de cambiar nuestro ser, nuestra vida también cambiará. Y esto debe hacerse con cuidado para que vuelva al beneficio kármico.
5. Ley de responsabilidad
¿Asumimos la responsabilidad de cada una de sus acciones? Tu felicidad depende de lo que haces, de lo que dices o no dices, de tus silencios, de tu presencia o ausencia.
Eres responsable de tus elecciones, tus errores y tus éxitos. Según las leyes del Karma, todo lo que nos sucede es un reflejo de nuestro interior.
Está claro, sin embargo, que hay cosas que escapan a nuestro control. Cuando menos lo esperamos, llega la adversidad. Ahora bien, en estos casos lo que importa es tu actitud ante esos hechos.
La forma en que responda también determinará su efecto. Así que hazlo, sea responsable de usted mismo, de sus palabras, acciones y reacciones.
6. Leyes del karma: conexión
El universo mismo está inscrito en las cosas más pequeñas. En lo casual, en cada encuentro, en cada acto, decisión, elección personal. Todas estas dinámicas según las leyes del Karma están conectadas.
Porque todo lo que existe está engastado como un brazalete de cuentas. Si una perla se mueve, pasará a las siguientes, si una se rompe, las otras también se irán.
Asimismo, cada paso que damos es el resultado de nuestro pasado. Nuestras decisiones presentes influyen en las futuras. Nada queda libre, ningún vínculo se disuelve en nuestra existencia.
Poder percibir la ley de la conexión nos permitirá ser más consecuentes (y prudentes) en cada una de nuestras decisiones.
Ni el primer paso ni el último son más o menos importantes porque ambos son necesarios para completar la tarea. Las leyes del Karma nos recuerdan que todos estamos conectados en el pasado, presente y futuro.
7. Ley de enfoque
No puedes pensar en dos cosas al mismo tiempo. Hay que ir subiendo paso a paso, poco a poco. Cuando perdemos el norte en nuestra brújula, nos despertamos con inseguridad y rabia.
Seamos realistas, este es también otro de nuestros problemas pendientes. El mismo Daniel Goleman nos recuerda la importancia de entrenar la atención como si fuera un músculo.
Nuestra realidad está llena de misterios, oportunidades y rincones en los que se encuentra allí felicidad. Solo aquellos que tienen la mente y el corazón atentos se conectarán con lo que el universo tiene reservado para ellos.
Ahora bien, aquellos que miran el mundo sólo por carencia, materialismo y afán de posesión, rara vez comprenderán el misterio del caso. La magia de la vida.
Focusing es mirar el mundo desde el corazón. Adaptar nuestra mirada a lo que nos rodea es conectar sabiamente con la realidad.
8. Ley del regalo y la hospitalidad
Quien es capaz de dar a los demás lo que es suyo, también ofrece parte de su energía: hace que nuestro universo sea más amplio y receptivo. Ofrenda y acogida son dos principios vitales en la humanidad, lo que nos hace grandes, lo que nos hace nobles.
Porque estos dos actos se realizan desde la humildad y ese acercamiento descalzo del egoísmo donde uno puede acoger al otro como parte de uno mismo.
Según las leyes del Karma, esta energía también vuelve a nosotros. Quien protege, acoge y es capaz de dar al final también recibe. Tarde o temprano ese acto de nobleza nos recompensará como nos merecemos,
9. Aquí y ahora
Mirar hacia atrás y vivir anclados en el pasado es lo que nos impide disfrutar del presente. Tenemos que aprender a centrarnos en lo que está sucediendo ahora mismo, en el aquí y ahora. ¿Cómo alcanzarlo?
Somos esa empresa comprometida e hiperconectada. Estamos a la espera de múltiples estímulos y el presente se desvanece en el horizonte ante tantas presiones, informaciones y angustias.
En este punto también es necesario aplicar la ley del foco. Algo que nos enseña muy buenas prácticas como el mindfulness.
Solo cuando aprendemos a entrenar nuestra atención en el momento presente, podemos apreciar mejor cada momento y ser consciente de todo lo que sucede.
10. Leyes del Karma: Cambio
La historia se repite hasta que aprendamos las lecciones necesarias para cambiar nuestro camino. Esto es lo que nos dice una de las leyes más relevantes del Karma.
Ahora bien, la pregunta es sin duda: ¿cómo sabemos si vamos por el buen camino? ¿Cómo podemos saber que no estamos cometiendo los mismos errores que en el pasado?
La ley del cambio es también la ley de la responsabilidad. Cada paso que damos, cada elección que hacemos debe hacerse con amabilidad y humildad. Sin herir a los demás, sin siquiera ir en contra de nuestras necesidades y esencias. Algo así se realiza mediante el autoconocimiento.
Porque sólo cuando seamos capaces de entendernos a nosotros mismos pondremos en marcha esos cambios que construirán nuestro verdadero destino.
11. Paciencia y recompensa
Las leyes del Karma nos recuerdan que todas las recompensas requieren un esfuerzo inicial. Nada pasa porque sí, nada pasa porque el destino o la suerte lo quieran. Así, y aunque en ocasiones pueden darse estas mágicas coincidencias, estos hechos responden a una causa inicial.
Somos los arquitectos de nuestro presente, los que construiremos nuestro futuro. Algo así implica esfuerzo, implica voluntad y determinación.
La mayor gratificación es la que finalmente llega después de combinar la paciencia y la perseverancia.
12. Ley de importancia e inspiración
El valor de algo es el resultado directo de la energía y la intención que se pone en ello. Cada contribución personal es también una contribución al todo. Las aportaciones mediocres no repercuten en el conjunto, son tan comunes que se anulan entre sí.
Por tanto, debemos saber implicarnos en todo lo que hacemos, para darnos esa inspiración que hace nacer los grandes sueños y que tarde o temprano los hace realidad.
Si le damos importancia a cada meta propuesta e invertimos los mejores recursos personales en ese propósito, la magia sucederá. El destino se hará realidad.
Tanto si crees en la filosofía kármica como si no, lo cierto es que a veces parece que lo único de lo que podemos estar seguros es de que volverá la primavera o el invierno pero, en verdad, como dijo Voltaire, "ya no sorprende nacer". dos veces y ninguna; porque todo en la naturaleza es resurrección”.
Las Leyes del Karma son lecciones de vida que nos ayudan a ser mejores.
Imagen cortesía de vsanandhakrishna