No queremos líderes que improvisan o que son narcisistas, que solo ven problemas o que son incapaces de encontrar soluciones. En un contexto como el actual, necesitamos un liderazgo hábil y eficaz, empático y humano, y que sea capaz de anticiparse a las necesidades de la población.
Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
Es en tiempos difíciles que necesitamos un liderazgo confiable, eficaz y sobre todo humano. Seamos realistas, pocos son capaces de afrontar un reto como el que estamos viviendo en este periodo. Las fricciones, las críticas y las dificultades pueden ser difíciles de manejar. Pero, ¿cómo debe actuar un líder político durante la crisis del Coronavirus? ¿Puedes adoptar algunas estrategias?
La respuesta es sí. Tener ciertas habilidades puede ser útil para expertos en seguridad sanitaria, líderes políticos, gerentes de comunicación y cualquier ejecutivo de una empresa grande o pequeña.
La estrategia clave es no improvisar y no caer en visiones y comportamientos narcisistas como los que hemos presenciado últimamente. Por ejemplo, muchas figuras públicas deberían evitar repetir una y otra vez que "nadie podría haber previsto una situación similar" o "simplemente seguimos el consejo de los expertos".
Pero también hemos escuchado frases como “el virus no nos alcanzará, sigamos haciendo vida normal y haciendo funcionar la economía”. Cuando un líder adopta este estilo de comunicación, genera incertidumbre y desconfianza.
Descripción
Aljaksandr Lukašėnka, presidente de Bielorrusia, le dijo a su pueblo "es mejor morir de pie que morir de rodillas". López Obrador, presidente de México, animó a los mexicanos a salir y seguir yendo a restaurantes.
Podríamos darte decenas de ejemplos de mal liderazgo que, como una plaga más, se ha extendido por el mundo en las últimas semanas.. Pero averigüemos en su lugar, qué estrategias se deben utilizar en una situación como la actual.
7 estrategias útiles para un líder político durante la crisis del Coronavirus?
La situación actual está dominada por la incertidumbre, la ansiedad y el miedo. Cualquier preocupación es legítima y la angustia es comprensible. Un líder político no debe generar mayor confusión.
Un buen liderazgo debe saber superar el campo minado que tenemos por delante. Ni más ni menos. Debe entender que la mala comunicación o cualquier error puede desestabilizar a la población.
Las repercusiones que genera el COVID-19 pueden ser enormes. Saber cómo debe actuar un líder político durante la crisis del Coronavirus es de suma importancia.
1. Calma y honestidad
No importa cuán mala sea la situación y si los pronósticos a corto y largo plazo son preocupantes. Sea cual sea la situación, un líder debe transmitir calma y ser honesto en el contenido que comunica. La templanza da confianza al oyente y en un contexto de ansiedad esta actitud es valiosa.
Además, pocas cosas son tan importantes como la honestidad. La tergiversación de los datos o la mentira es otra bomba de tiempo que eventualmente explota.
2. Un equipo competente
Un líder que reparte tareas entre los hombres y mujeres de su equipo transmite mayor confianza. Si todas las decisiones y comunicaciones se encomiendan únicamente al líder, podría haber una deriva autoritaria que llevaría a la desconfianza y al odio. Esto debe evitarse.
Un buen líder es una figura que trabaja en equipo. Los integrantes del equipo deben ser personas competentes y bien integradas en el grupo de trabajo para desarrollar una estrategia que permita enfrentar cualquier problema relacionado con el contexto actual.
3. La buena comunicación es fundamental para un líder político durante la crisis del Coronavirus
La actividad de un líder durante la crisis del Coronavirus pasa por una herramienta principal: la buena comunicación. En un punto debemos ser claros, en las circunstancias actuales no es nada fácil. Si el líder es demasiado carismático, generará desconfianza. Si, por el contrario, hace demasiado frío, sembrará el miedo y la sospecha.
Debemos permanecer en una posición intermedia que genere respeto a la población. La comunicación no debe admitir florituras, se deben utilizar palabras claras que no generen dudas ni ambigüedad.
Saber dar malas noticias, pero al mismo tiempo infundir esperanza, requiere sin duda una adecuada inteligencia emocional y asertividad.
4. Compasión y humanidad
El liderazgo narcisista, hiperbólico y autoritario no debe tener cabida en un escenario de pandemia. Y ni siquiera necesita un líder que culpe a otros o simplemente señale los problemas y cree caos. Jefes de estado como ese no son necesarios en este momento.
Actualmente necesitamos un liderazgo empático que sea capaz de conectarse con el dolor y las preocupaciones de las personas y que se centre en las respuestas a los problemas en lugar de encontrar a los culpables.
5. Sentido de comunidad, apertura y colaboración para el líder político durante la crisis del Coronavirus
Es bueno considerar que toda adversidad necesita acción. Por eso, una estrategia clave será activar recursos, personas, construir puentes con otras comunidades, otras regiones y países.
Un buen líder debe saber pedir y dar ayuda. Debe ser abierto y crear redes colaborativas en las que se compartan recursos, ideas, información, etc.
6. Eficacia, rectificación, resolución
Toda crisis requiere un progreso diario. Si no se obtienen resultados, significa que algo se hizo mal. Por eso, el líder y su equipo deben monitorear cada día su progreso, detectar errores, corregirlos, anticiparse a los riesgos, innovar, etc.
7. Predecir y estar preparado para otras crisis
Los que no pueden predecir improvisan. Aquellos que no se preparan para lo peor no podrán reaccionar ante problemas menores. Predecir, prevenir, idear y diseñar estrategias para responder a situaciones similares en el futuro es otra obligación moral y estratégica de cualquier líder.
Hay muchas formas de reaccionar ante la adversidad como la pandemia actual, pero la intervención de un líder político durante la crisis del Coronavirus es crucial. No debe dejar nada al azar y evitar caer en la improvisación. Ahora, más que nunca, importa la humanidad y no el cálculo político.