A todos les ha pasado: estamos en medio de una conversación y de repente no podemos recordar una palabra. La palabra que nos gustaría decir permanece como "estancada" en la punta de la lenguaDe ahí la famosa expresión "Lo tengo en la punta de la lengua". No hay forma de recordarlo, incluso si tenemos la sensación de que lo tenemos muy claro en nuestra mente. Probablemente les diremos a los cercanos: "espera un segundo a que me llegue ...", pero es como si la palabra hubiera desaparecido. ¿Qué sucede realmente? La psicología ha estudiado este fenómeno durante años y ha llegado a la conclusión de que se debe a una desconexión entre el concepto que involucra la palabra y su representación léxica. De hecho, para hablar con fluidez no solo es necesario manejar los conceptos que queremos expresar, sino también tener disponible la representación léxica de las palabras, cuando nos quedamos con una palabra en la punta de la lengua es porque tenemos un concepto claro en nuestra mente y también podemos recordar una o dos letras de la palabra en cuestión, pero no tenemos la representación léxica completa, por lo que no podemos pronunciarla. Básicamente, sabemos lo que queremos decir, pero no recordamos cómo pronunciarlo. Pero ahora, un nuevo estudio explora este fenómeno y nos brinda una solución. Los psicólogos de la Universidad McMaster en Canadá han reclutado voluntarios a quienes se les ha dado la experiencia de quedarse con una palabra en la punta de la lengua. Esto se hizo presentando las definiciones de palabras extrañas, como por ejemplo: ¿cómo se llama la herramienta de cálculo con la que realizas las operaciones moviendo bolas sobre una varilla? A veces las personas encontraron rápidamente la respuesta, otras veces indicaron que no la sabían y en varios casos dijeron que tenían la palabra en la punta de la lengua pero no podían pronunciarla. Después de 10 o 30 segundos, los investigadores sugerían la respuesta. . De todos modos, el detalle interesante es que activar esta desconexión hizo que las personas se inclinaran más a experimentar el fenómeno, incluso si ya conocían la palabra, por mucho tiempo que hubiera pasado. De hecho, el experimento se repitió 5 minutos, 48 horas e incluso una semana después del experimento inicial. Estos resultados sugieren que tener una palabra en la punta de la lengua no depende simplemente de la desconexión entre el concepto y la representación léxica. pero que en la base se esconde un proceso de aprendizaje fallido. Para entender lo que sucede en el cerebro, podemos imaginarnos a un excursionista que conocía el camino pero se perdió antes de llegar a la meta. Es probable que este caminante comience a recorrer nuevos caminos que lo alejen cada vez más de su destino, creando más caos y confusión. Nuestro cerebro se comporta de la misma manera cuando no puede encontrar el camino entre el concepto, las letras y los sonidos. Y este experimento sugiere que si tomamos el camino equivocado una vez, es más probable que nos equivoquemos nuevamente y perdamos nuestro camino en el camino.