En una ocasión Les Brown dijo que "la opinión de los demás sobre ti no debe convertirse en tu realidad". Pero esta es una de las muchas frases grandilocuentes que son más fáciles de recordar que de poner en práctica. De hecho, todo el mundo en un determinado momento de la vida ha sentido la necesidad de recibir laapprovazione de otros.
La necesidad de aprobación no es mala en sí misma, siempre que no crezca de manera desproporcionada. El problema radica en esforzarse demasiado con el único propósito de obtener la aprobación de los demás. Un problema que a veces vivimos sin darnos cuenta, que obviamente nos impide seguir adelante.
Entender la necesidad de aprobación
Antes de analizar la necesidad patológica de aprobación es importante comprender de dónde proviene esta adicción. Debemos recordar que somos seres sociales, que construimos nuestra persona a través de las relaciones con los demás y por tanto, es lógico que el juicio de los demás afecte la percepción que tenemos de nosotros mismos.
Por ejemplo, una madre que siempre le dice a su hijo que no sirve para nada, que es incapaz y que nunca hará nada bueno en la vida, probablemente producirá un adulto con baja autoestima y una percepción distorsionada de sí mismo, un adulto para quien el la aprobación de los demás puede ser necesaria perpetuamente para validar su ego.
Nuestra imagen está formada por la retroalimentación que recibimos constantemente de los demás, por lo que es normal que en algunas circunstancias necesitemos la aprobación social; esto nos hace sentir más seguros, nos asegura que vamos en la dirección correcta. Además, si somos honestos, a todos nos encanta recibir palabras de elogio y agradecimiento, nos hace sentir bien. Pero cuando sometemos todas nuestras decisiones y comportamientos al juicio de los demás, entonces tenemos un problema.
Cuando la opinión de los demás es ley
En el momento en que nos volvemos dependientes del juicio de los demás, es como si estuviéramos entregando las riendas de nuestra vida. Esto significa que cuando alguien nos aprueba estamos eufóricos pero cuando nos desaprueban nuestra vida se desmorona, nos sentimos hundidos porque hemos puesto nuestra persona en manos de otros.
Obviamente, la necesidad de aprobación es algo que se construye día tras día, no algo que surge de la noche a la mañana. Suele comenzar simplemente con someterse a las reglas, porque es más fácil estar de acuerdo con lo que nos proponen los demás que afirmar nuestra opinión. Así que sacrificamos nuestro verdadero yo, luego llega un momento en que las opiniones que otros tienen de nosotros se vuelven más importantes de lo que pensamos.
Hay algunas actitudes que representan señales de advertencia:
- Ser demasiado amigable cuando no estamos de acuerdo con las opiniones de los demás.. No digo que cuando no estamos de acuerdo con alguien debamos adoptar un comportamiento violento y hacer prevalecer nuestra opinión a toda costa, pero es normal poner un poco de pasión en defender nuestro punto de vista.
- Nunca digas no. Si no puede decir que no y está constantemente sacrificando sus propias necesidades por las de los demás, es probable que la necesidad de aprobación esté en la raíz.
- Cambia tu mentalidad y trata de ser amigable y agradable..
Vale la pena recordar que cambiar de opinión no solo es normal, sino que también es un signo de inteligencia y flexibilidad, pero solo cuando los argumentos del otro nos han convencido.
- Sentirse triste o angustiado cuando otros no aprueban nuestras ideas y comportamientos.. Obviamente, cuando no recibimos ningún apoyo no estamos contentos, pero si la tristeza que sentimos es desproporcionada, entonces probablemente sea necesaria la aprobación.
¿Cómo deshacerse de la necesidad de aprobación patológica?
En esencia, la necesidad de aprobación se combate cambiando las creencias que la sustentan:
- Acepta que no puedes complacer a todos. Cada persona es única, tiene sus propios gustos y preferencias, no siempre podemos encontrar puntos de convergencia, no siempre podemos ser apreciados, sobre todo, no siempre debemos esperarlo.
- Eres tan importante como los demás. Tu opinión importa porque, después de todo, ¿quién te conoce mejor que tú? La gente puede criticarte o darte consejos, pero tú eres quien tomará las decisiones.
- El rechazo de una idea o comportamiento no significa necesariamente que te rechacen como persona. Normalmente, aquellos que constantemente necesitan recibir aprobación confunden su "yo" con sus comportamientos. Es decir, el hecho de que hayas hecho algo mal no significa que seas incapaz o poco inteligente, simplemente significa que has cometido un error.