Cuando un chico me escribió “Necesito amor, nadie me quiere”, me vino a la mente la metáfora de las antenas.
Para entender de lo que estoy hablando, primero les cuento la historia de Marco:
Es su cumpleaños y Daniela, su novia, le ha preparado una fiesta sorpresa: están todos sus amigos y seres queridos. Después de una velada maravillosa hay otro regalo: una noche inolvidable de pasión con la persona que ama, y que ha hecho todo esto solo por él.
Por la mañana, Marco se despierta, el sol entra por la ventana y escucha el canto de los pájaros fuera de las ventanas.
Qué vida tan maravillosa, ¿verdad?
Qué suerte tiene de haber encontrado a alguien que lo ama de una manera tan especial.
El único problema es que antes de la fiesta sorpresa, en el sofá, ¡Daniela y su amante, de quien Marco no sabe nada, también celebraron su cumpleaños!
Sin embargo, se siente afortunado, amado, feliz.
¿Cómo es posible que sienta todas estas maravillosas emociones, si la persona a su lado lo engaña y no lo ama realmente?
¿Cómo siente amor si no recibe ninguno?
Necesito amor, nadie me ama
¿Conoces esos momentos en los que tu teléfono no contesta y no puedes hablar?
¿O donde la conexión a Internet es mala y los videos se atascan o las páginas no se cargan rápido?
Antena.
Espera, aquí tienes otra historia:
Luca lleva cinco meses casado con Patrizia y todo va bien, hasta que, movido por sus celos, se asoma al celular de su esposa y descubre mensajes de Giorgio, un amigo en común que estaba conectando con Patrizia antes de su boda.
Luca no tiene dudas, el tono de los mensajes es dulce y ambiguo: ella lo traiciona.
Hace una escena, grita, se enoja terriblemente.
No soporta que se burlen de él y le parece absurdo que haya sucedido tan poco después de casarse.
Ella le asegura que no ha hecho nada, que lo ama y nunca lo traicionaría.
Luca, sin embargo, no se fía.
Empieza a sospechar de Patrizia cada vez que sale con sus amigas, que le guardan el juego, mientras ella hace todo lo posible para convencerlo de que es sincera: a menudo lo abraza, diciéndole que lo ama, que siempre es amable y comprensión, ella no lo apresura y respeta sus dudas.
La verdad es que Giorgio es amigo de Patrizia, ella nunca ha traicionado a Luca pero todo lo que hace por él no es suficiente: Luca no se siente amado, aunque ella realmente le da amor en todos los sentidos.
Para él son gestos falsos y falsos, formas de ocultar una traición de la que está seguro, pero de la que aún no tiene pruebas.
Estas son dos historias que tomé prestadas de mi libro, Independencia emocional. Si quieres, puedes leer el primer capítulo gratis ⇒
El caso es que somos como antenas, desde cierto punto de vista.
Si en el primer caso Marco siente algo que no está ahí es porque nuestras emociones son el resultado de nuestra visión del mundo, de nuestras creencias y certezas, de nuestros pensamientos. Se llama independencia emocional.
Pero, ¿por qué Luca no siente el amor de Patrizia aunque sea real y verdadero?
Por la misma razón que a veces tu celular no se lleva bien.
Haz mi test de emociones (¿de qué les sirve amarte sino para sentir emociones positivas)?
Te permitirá entender cómo eliminar el sufrimiento de tu vida.
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¿Necesito afecto o necesito abrirme al amor?
Porque si llega la señal (amor por ejemplo), realmente se transmite, pero no estás en condiciones de recibirlo, no lo sentirás.
Cuando el teléfono no contesta, ¿significa que no llega la señal?
O que no lo recibes?
Un día el viento había cambiado la posición de mi antena de televisión y los canales RAI habían desaparecido: ¿RAI había dejado de transmitir?
¿O mi antena no pudo recibirlos?
Yo digo el segundo 😉
El amor de los demás, su alegría, el bien que nos quieran, nunca nos hará felices.
Si no te abres al amor si tu corazon no esta listo para recibir su señal, no oirá nada.
La verdad es que tenemos que sintonizar la frecuencia correcta, aprender a comprender a los demás, aprender a desechar exigencias, miedos, reglas, esquemas para poder abrirse y acoger.
Imagínate a ti mismo como una antena: a tu alrededor hay millones de señales que llegan de todos lados: de otros, del mundo que te rodea, de situaciones de la vida, de Dios.
En los próximos días, no creas que lo que recibes es siempre culpa de otros.
Piensa si tu estás afinando tu corazón y tu mente de la mejor manera, si amar es tu prioridad.
Porque solo cuando decides amor sin condiciones y pretensiones, recibirás perfectamente las mejores señales a tu disposición.
Y esto realmente te hará feliz: tu apertura y no lo que recibirás.