La fama no proviene solo del estómago, muy a menudo esta sensación es causada por otra cosa. "Es fácil confundir ciertas necesidades emocionales con languidez, desde el vacío interior hasta el deseo de afecto", explica. María Beatriz Toro, psicoterapeuta.
“Sucede porque en la infancia, los padres suelen ofrecer comida a sus hijos en respuesta a un capricho, aburrimiento o decepción. Básicamente aprendes a comer para consolarte y gratificarte. Sin embargo, es bueno tener en cuenta que la comida solo debe servir para nutrirnos y producir energía», Continúa el experto que ilustra los tres tipos más comunes de hambre.
Cuando es hambre vacía
Se genera por un sentimiento de carencia que puede derivar de la pérdida de una persona o de una necesidad no expresada; allí reconocer porque vacío no nace del estómago, sino superior, en el lado del corazón: "Pregúntese qué se está perdiendo, podría ser una relación, una satisfacción laboral o simplemente un poco de amor, sociabilidad o diversión", dice el Dr. Toro.
- Qué hacer. "Incluso si no hay soluciones simples para llenar este agujero en el alma, algo que puedas hacer. El punto de partida es asumir una actitud de aceptación y conexión: siéntete como parte del todo, siéntete conectado con el mundo y deja que este sentimiento te llene. Lo que te hace sentir "lleno" es la conciencia de dar pero también de recibir energía de los demás. Para ello, puede ayudarte a apuntarte a un curso de meditación », aconseja el experto.
Cuando comes con los ojos
Una volte comemos solo porque, con nuestros ojos, decidimos que algo nos gusta y estamos convencidos de que nos alimentará: «El hambre de los ojos es algo puramente estético. Ves algo cautivador y quieres hacerlo tuyo. Una codicia que, sin embargo, hay que satisfacer ”, explica el experto.
- Qué hacer. "Si, por tanto, no puedes resistir la tentación de entrar en esa tienda de dulces que tanto te atrae, compra el empaque más hermoso para ti. Pero antes de comer ese bizcocho, ese bon bon, míralo en detalle, saciando así tu hambre de "cosas bonitas". A un precio bajo en calorías »aconseja el psicoterapeuta.
Cuando tiene hambre de estrés
Muchas personas, las tensiones abren el estómago. “Es necesario anestesiar los pensamientos negativos. De hecho, cuando comes, tu atención se centra en algo agradable que te distrae de las ansiedades y preocupaciones. Sin embargo, después de la merienda, el malestar se magnifica por el sentimiento de culpa.
- Qué hacer. Mejor distraete con una aplicación de juego (Tetris o Solitario) o con crucigramas. La mente, trabajando en la solución del juego, se libera de sus "estorbos".
Cómo reconocer el verdadero apetito
No es fácil reconocer el hambre real del "mental", porque lo que uno siente sigue siendo una sensación de apetito. Sin embargo, es posible cuestionarse a sí mismo sobre el estado emocional de uno. Pregúntese siempre: "¿Tengo hambre porque estoy nervioso?"; "¿Estoy triste y buscando consuelo?" También recuerda que el verdadero hambre viene del estómago: aprende a escucharlo y si tienes alguna duda espera media hora antes de comer haciendo otra cosa: si no es apetito se te pasará.