Mucha gente piensa eso planificar actividades que tienen que hacer al día siguiente o el
la semana siguiente es completamente inútil, una pérdida de tiempo. Estas
la gente tiende a gestionar todas las actividades en su mente y, debido a esto,
a menudo, al final de la jornada laboral o de la semana se dan cuenta
que no han logrado algunas cosas importantes. En realidad, programar el trabajo eso es casi mucho
tan importante como hacerlo realidad.
Hay otras personas que entienden la importancia de
planificación pero asumen esto
actividad en el sentido más estricto del término. Ellos son los que hay que planificar
un viaje significa comprar billetes y reservar su coche de alquiler con
mucho avance. Sin embargo, Planifiar
no solo significa decidir qué vamos a hacer y cuándo, también significa
comprender la actividad y prepararse para afrontarla. Se trata de hacer uno
planificación inteligente. Tomando el ejemplo del viaje, planificación inteligente incluirá
algunas excursiones turísticas en el lugar de destino y también planes de emergencia
por si acaso algo sale mal. La planificación inteligente nos permite hacer más
y en menos tiempo y, lo que es más importante, con menos esfuerzo. Los pasos básicos para realizar una planificación
inteligentes son: 1.
Crea un orden de prioridad con las actividades. Durante el día
tenemos que hacer muchas cosas pero no todas son imprescindibles y tampoco
importante. Tendremos que revisar la agenda, eliminar todas aquellas actividades que
solo implican una pérdida de tiempo y una verdadera reorganización de las actividades
importante. 2. Determine cuándo es la mayor parte del tiempo
adecuado para hacer cosas. Para cada uno de nosotros hay ciertos rangos
momentos del día en los que somos más productivos. Son esas horas en
donde tenemos la mente clara y en donde somos más creativos. En resumen, tendremos que
organizar nuestra agenda para que coincidan las actividades importantes
con estos momentos del día. Actividades menos importantes, como ir a la
supermercado, respondiendo correos electrónicos o leyendo el periódico, puede moverse
en las horas en que la productividad disminuye. 3.
Anticiparse a los problemas. La flexibilidad para el cambio y la
La capacidad de anticipar las dificultades es fundamental para la productividad.
No siempre podemos seguir la planificación al pie de la letra, en este caso,
necesitaremos tener un plan de emergencia que nos permita reorganizar el
actividades adaptándolas a las nuevas necesidades. Por ejemplo, ¿cuántas veces ha pensado en llevar a
termina varios negocios, pero ha sido interrumpido por una gran cantidad de
¿trabajo extra? En estos casos siempre es mejor tener un plan B que nos ayude a
ser más productivos, incluso si no estamos realizando las actividades que teníamos
planificado. 4.
Planifique algunas actividades. No debemos sobrecargarnos con cosas de
Hacer. Siempre tendremos que tener en cuenta que surgirán imprevistos y que probablemente
algunos de estos serán urgentes. Lo ideal sería elaborar una lista de
actividades menos ambiciosas y si el día va bien siempre será posible
agregue actividades a nuestro programa. 5.
Empezar el día con una actividad importante pero fácil de realizar. La
La primera actividad que abordaremos temprano en la mañana determinará el espíritu
del día. A veces, cuando esto sale mal, sentimos que estamos allí.
arruinó el día, el estado de ánimo empeora y la productividad también viene
condicionado negativamente. Es mucho más efectivo elegir como primera actividad.
algo sencillo de hacer para convertirlo en un incentivo.