¿Te ríes porque estás feliz o eres feliz porque ríes? Ésta ha sido siempre una cuestión central en la historia de la Psicología de las Emociones.
Darwin consideraba que los experimentos faciales eran vitales para experimentar emociones. William James más tarde continuó desarrollando esta idea y actualmente Damasio afirma que las emociones y sus correspondientes expresiones faciales están íntimamente relacionadas al influirse entre sí. los botulínico (botox), que hoy en día es utilizado por millones de personas para reducir las arrugas, conduce a la parálisis de los músculos involucrados en la manifestación de las expresiones faciales. Un estudio reciente desarrollado por la Universidad de Winsconsin-Madison sugiere que el uso de botulinum (botox) reduce la calidad de las experiencias emocionales. Dadas las enormes repercusiones que podría tener esta afirmación, vale la pena echar un vistazo más de cerca a este estudio. Los investigadores manipularon las expresiones faciales de una manera muy ingeniosa y sencilla: se pidió a los participantes del experimento que sonrieran mientras sostenían un lápiz entre los dientes o entre los labios. Donde esta la diferencia? Cuando el lápiz está sostenido por los dientes, los músculos del rostro se pueden inervar con mayor facilidad y facilidad, mientras que cuando se presiona entre los labios no es posible producir una sonrisa con la misma facilidad. Así se observó que la forma en que se sostenía el lápiz influía en la lectura de frases con contenido emocional. El tiempo de lectura de las oraciones que describen situaciones agradables fue menor cuando los participantes sonreían, en comparación con cuando no podían sonreír. Este fenómeno se revirtió cuando las frases eran de contenido desagradable. De esta forma se puede decir que la comprensión de oraciones está relacionada con las expresiones faciales de las personas, dependiendo de lo bien que se entiendan o no los contenidos. Pero… ¿de dónde viene esta idea? Investigaciones anteriores han demostrado que el mero hecho de leer palabras que describen emociones activa los músculos faciales involucrados en la expresión de una determinada emoción. Por ejemplo, leer palabras con contenido emocional negativo hace que el área entre las dos cejas se contraiga, haciendo que las cejas se junten, mientras que leer palabras con contenido emocional positivo activa la zona de los pómulos haciendo que las puntas de los labios se cierren. esbozar una sonrisa. Estos resultados argumentan a favor de las expresiones faciales involuntarias que evocan emociones y sugieren que los mecanismos cerebrales involucrados en experimentar emociones también están involucrados en la comprensión del lenguaje. Siguiendo el ejemplo de este estudio, Havas reclutó a 40 mujeres que deseaban someterse a sus primeras inyecciones de botulínico (botox) como parte de un tratamiento cosmético. A estas mujeres se les pidió que leyeran oraciones que describieran situaciones felices, tristes o emocionalmente neutrales. Inmediatamente después, se les administró una inyección de botulinum en el músculo de la ceja. Hay que decir que el botox actúa inhibiendo la liberación de acetilcolina (un neurotransmisor encargado de enviar el impulso nervioso del cerebro a los músculos faciales para que se contraigan en función de la emoción experimentada), lo que conduce a una parálisis de los músculos entre 24 y 48 horas. Normalmente este procedimiento se repite entre 3 y 4 veces al mes por lo que el músculo puede atrofiarse, aunque algunos especialistas afirman que este efecto se puede revertir. Dos semanas después de la inyección, los participantes regresaron al laboratorio para leer otra lista de preguntas similares a las primeras. Los resultados mostraron que después de aplicar el botox, las mujeres leen oraciones negativas más lentamente, y esto coincidió con estudios previos. El tiempo de lectura de las frases con contenido neutro y emocionalmente positivo no cambió (quizás porque no se inyectó botox en las áreas alrededor de los labios). En este punto, los investigadores determinaron que el aumento del tiempo de lectura implicaba un cierto nivel de parálisis del músculo de la ceja, dificultando la comprensión de contenidos emocionales negativos. Se establece así que la retroalimentación que se produce tras las contracciones de los músculos faciales es fundamental para regular las experiencias emocionales pero la aplicación de botox podría reducir la capacidad de experimentar emociones tanto positivas como negativas. Sin embargo, los investigadores advierten que estos hallazgos son solo preliminares y que se necesitarán más investigaciones para llegar a datos concluyentes.