El pensamiento crítico es una habilidad imprescindible para convertirse en una persona que piensa de forma autónoma y no se deja contagiar imprudentemente por las ideas en boga o por aquellas que algunos grupos o personas manipuladoras quieren imponer. A pesar de esto, también es una habilidad poco común en una sociedad diseñada para decirnos qué pensar, no para enseñarnos a pensar.
Hace más de 2.400 años, Sócrates defendió la importancia del pensamiento crítico a través de una serie de herramientas lógicas y racionales. En ese momento el mundo no abrazó su idea y ni siquiera entendió la necesidad de aplicarla a gran escala en la sociedad. Lo mismo pasa hoy. El pensamiento crítico se ha convertido en una especie de oxímoron. Se "valora" pero no se desarrolla.
En 1997, un grupo de expertos realizó un estudio para la Comisión de Acreditación de Maestros de California para determinar hasta qué punto los colegios y universidades estaban desarrollando el pensamiento crítico en todo el plan de estudios. La investigación analizó institutos y universidades del sistema educativo de California, así como universidades privadas como la Universidad de Stanford.
Los investigadores encontraron que la mayoría de los profesores (89%) afirmó que el "pensamiento crítico" era vital en sus aulas, pero sólo el 19% pudo ofrecer una definición de pensamiento crítico incluso moderadamente aceptable. Además, la mayoría afirmó cultivar el pensamiento crítico en los estudiantes, pero cuando se les pidió que dieran ejemplos de pensamiento crítico en sus aulas, muy pocos pudieron proporcionar evidencia real de que en realidad estaban promoviendo esta habilidad en sus estudiantes.
La buena noticia es que aunque la escuela no aumenta esta capacidad cognitiva como debería, todos podemos desarrollar un pensamiento más crítico para asumir una postura más reflexiva, consciente e independiente frente al mundo.
Definición de pensamiento crítico: no es lo que piensas sino cómo piensas
El pensamiento crítico es la capacidad de organizar, verificar y evaluar adecuadamente la información que generamos o recibimos utilizando criterios explícitos y consistentes. Es la tendencia a mostrar un escepticismo reflexivo que nos permite decidir por nosotros mismos qué creer o no.
Por tanto, implica ser capaz de interpretar datos, hechos y expresiones, así como analizar ideas, intenciones, conceptos y argumentos para llegar a una conclusión personal. Sin embargo, el concepto de pensamiento crítico no solo se dirige al exterior, también tiene un componente metacognitivo. Implica la capacidad de tener sus propios pensamientos; es decir, ser consciente de sesgos o errores cognitivos en nuestro proceso de pensamiento para corregirlos.
Las habilidades esenciales del pensamiento crítico.
El pensamiento crítico requiere el desarrollo de un conjunto de habilidades básicas que se convierten en los pilares del razonamiento autónomo. Son habilidades que nos permiten pensar con mayor libertad, fuera de los cánones establecidos.
• Mente abierta. Tener una mente abierta no significa aceptar nada solo porque es una idea nueva y diferente, rechazar las viejas ideas, sino simplemente estar dispuesto a analizar nuevas ideas. Significa no encerrarnos frente a lo diferente y nuevo, rechazarlo solo porque no se ajusta a nuestro paradigma mental.
• Humildad intelectual. La humildad intelectual es la capacidad de reconocer nuestros errores, estereotipos y prejuicios, dándonos cuenta de que no somos inmunes a los prejuicios cognitivos y las emociones. Implica ser conscientes de que no tenemos la verdad absoluta, manteniéndonos siempre abiertos a diferentes ideas que puedan aportar algo o hacernos crecer.
• Duda. El pensamiento crítico se alimenta de dudas saludables. No se trata de convertirnos en personas cínicas que no creen en nada ni en nadie, dudando incluso de nuestra sombra y rechazando las buenas intenciones y la bondad de los demás, sino de cultivar un escepticismo reflexivo según el cual, no debemos creer de principio a fin ciertas afirmaciones. solo porque provienen de las llamadas figuras de autoridad.
• Perseverancia intelectual. Para ir más allá de lo que se ve y se da por sentado, debemos ser persistentes. El pensamiento crítico implica nadar contra corriente, por lo que debemos estar muy motivados para buscar nuestra propia verdad, incluso cuando gran parte del mundo está en contra. Esta perseverancia intelectual es la que nos permitirá seguir buscando y analizando información hasta encontrar una respuesta que nos satisfaga.
Ejemplos de pensamiento crítico en la vida cotidiana
El pensamiento crítico no solo se aplica a la ciencia o la filosofía. El pensamiento crítico también juega un papel esencial en la vida diaria, ya que tomamos muchas de las decisiones que determinarán nuestro destino. Moldea nuestras creencias y nos ayuda a elegir las causas con las que nos comprometemos y las que no tienen sentido para nosotros.
Nos permite aclarar lo que realmente contiene cada declaración. El pensamiento crítico nos permite cuestionar las afirmaciones que escuchamos o hacemos, desde las más simples como "el sol brilla hoy" hasta las más complejas como "todos los seres humanos son iguales" o "los comunistas / capitalistas son malos". De esta forma el pensamiento crítico evita que caigamos en la trampa de consignas desprovistas de significados o estereotipos culturales, generacionales o de otro tipo.
El pensamiento crítico también es fundamental para crecer como persona porque nos permite mirar hacia adentro. Esto es lo que nos permite preguntarnos: ¿Hice lo mejor que pude? ¿Me comporté lógicamente? Si volviera a suceder, ¿me comportaría de manera diferente? ¿Actué según mis valores o me dejé llevar por el grupo? ¿He sido víctima de mis estereotipos y prejuicios? ¿Me apresuré a tomar la decisión?
Este tipo de pensamiento, en definitiva, nos permite desarrollar una mirada crítica desde una actitud más abierta y reflexiva, para conseguir que nuestras decisiones sean lo menos influenciadas posible por las opiniones, juicios y presiones de los demás.
