De hecho, en 1999, dos psicólogos de la Universidad de Harvard demostraron que si nos dan una tarea específica, como contar los pases de balón de los jugadores de un equipo en particular, incluso podríamos pasar a un gorila en nuestro campo de visión que no lo hacemos. tenemos. seremos responsables. Se conoce como: "ceguera por falta de atención".
Básicamente, lo que sucede es que estamos tan concentrados en una determinada tarea o pensamiento que el entorno que nos rodea pierde su importancia de tal manera que cualquier cambio no será capturado por nuestra mente consciente. ¿Qué pasa si incluimos un cambio significativo, como el dinero? ¿Seríamos capaces de detectar en nuestro camino un árbol del que colgaran billetes?
Estas son las mismas preguntas que los investigadores de la Western Washington University se hicieron y, sin pensarlo dos veces, se pusieron manos a la obra. Básicamente lo que hicieron fue rodar un divertido video realizado por la escritora Amy Krouse Rosenthal (lo puedes ver al final del artículo), pero con la diferencia de que esta vez el árbol bloqueó parte del camino. Por lo tanto, era imposible no verlo porque de lo contrario te tropezarías con él.
Durante dos semanas, los investigadores observaron la reacción de varios transeúntes. Los resultados fueron sorprendentes: de 396 personas, solo 12 vieron los billetes. Lo curioso es que todos esquivaron el árbol, pero pocos se dieron cuenta de que de sus ramas colgaban billetes.
Este estudio revela que podemos usar información de un objeto para guiar nuestro comportamiento (alejarnos del árbol para evitar chocar con él), pero no siempre nos damos cuenta de los detalles del objeto y, a veces, ni siquiera nos damos cuenta. percibir el objeto.objeto en sí. Es decir, hay una disociación entre la conciencia y nuestro sentido de dirección.
Básicamente, nuestro cerebro tendría dos circuitos visuales que no siempre funcionan de manera coordinada. Uno, el circuito ventral, enviaría información para ser procesada a nivel consciente permitiéndonos reconocer objetos, mientras que el otro, el camino dorsal, simplemente envía información a la corteza parietal para permitirnos orientarnos y guiar nuestros movimientos en el entorno. .
En la práctica, si estamos caminando y estamos demasiado inmersos en nuestros pensamientos o quizás estamos hablando por teléfono, perdemos mucha información sobre el entorno, porque tenemos activado el circuito de retroprocesamiento.
Por supuesto, este fenómeno tiene otras explicaciones, como el hecho de que normalmente no esperaríamos billetes colgando de las ramas de los árboles y, como resultado, estaríamos ciegos ante este anacronismo.