Para interiorizar las enseñanzas del crecimiento personal, no basta con ponerlas en práctica, sino que también debes saber cómo enseñarlas.
Quien sabe lo hace, quien no sabe enseña
Ese viejo refrán, "el que sabe hace, el que no sabe enseña", nació con un mensaje muy concreto: desconfÃa de los que dan lecciones gratis, porque las mejores lecciones que aprenderás son las que te impartes.
Suele exaltarse el punto de vista del lector, de quien, desarrollando un espÃritu crÃtico, puede llegar a dominarse a sà mismo. Por otro lado tambien quien enseña tiene un retorno sensible.
Si bien el destinatario no es importante, la presencia de una audiencia ayuda a considerar válidos los compromisos, apreciados y libera una necesaria autocrÃtica que solo puede mejorar el trabajo.
Por eso comencé a tratar personalmente con desarrollo personal, porque realmente necesitaba tomar posesión de la capacidad de mejorarme y llegar a usar esa capacidad. Entonces me di cuenta de que la mejor manera de saber hasta qué punto somos "capaces" y lo que aún tenemos que aprender es confrontar a alguien que sea capaz de escucharte de verdad: quien quiere aprender.
El concepto de calidad
Decidà comenzar mi andadura pensando en el concepto de calidad.
Leà un libro que creo que muchos han leÃdo, "Zen y el arte del mantenimiento de motocicletas", que inspiró esta reflexión mÃa.
¿El primer impulso? Niégueme, y luego estará de acuerdo conmigo.
La razón por la que un intento de autoanálisis A menudo se manifiesta mucho más eficazmente en un post destinado a ser leÃdo por muchas personas, que en las páginas del diario personal de uno, es que una exteriorización, en cualquier forma, nace en un intento de ser absoluto.
Cuando expresamos una opinión, antes de que estalle en un razonamiento, representa un axioma irrefutable para nosotros. Asimismo, un artÃculo, o cualquier expresión de nosotros mismos, nace para definir algo inmutable y está construido para no ser refutable.
El resultado viene dado por la atención a los detalles imperceptibles en una primera lectura, por el perfeccionismo, por el miedo a ser pillados en el error por sus destinatarios.
la "Intento de enseñar"Nos empuja a una empatÃa que normalmente no tendrÃamos.
La simple comunicación se detiene para afirmar algo, lala enseñanza va más allá ponernos en la piel de nuestros lectores (o del público en general) con dos efectos, uno inmediato y otro póstumo, ambos de suma importancia:
- En el futuro inmediato, aclaramos y simplifiquemos nuestro pensamiento, llegando a desenredar los nudos más retorcidos, que nos impiden cualquier mejora, pero que son invisibles a nuestros ojos.
- Luego, con éxito, se potencia el egocentrismo de quienes sienten la necesidad de expresarse a toda costa, por lo que recibimos retroalimentación en nuestro trabajo. La confianza en los propios medios es la base de cualquier proyecto, y no significa no admitir los errores, sino potenciar un contraste que solo puede producir nuevos contenidos.
Por eso escribà este post, para encontrar, a través de mis argumentos en voz alta, los caminos que me conducen hacia una completa mejora personal, ¡esperando encontrarme a veces con algunos de ustedes lectores apasionados!