¿Qué necesitamos hacer para construir un espacio seguro llamado refugio interior? Hablamos de ello en este artículo.
Última actualización: 18 septiembre, 2020
En un mundo lleno de estimulación, construir un refugio interior es una meta difícil. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos necesarios, es una tarea muy gratificante. Este espacio de conexión con nosotros mismos nos acompañará a lo largo de nuestra vida y nos permitirá crecer sin dejar nunca de aprender.
¿Pero de qué estamos hablando? Es una especie de lugar al que ir cuando el torbellino de los acontecimientos diarios nos abruma y absorbe todas nuestras energías. Será un espacio privado donde tendremos la oportunidad de expresar nuestros pensamientos más íntimos y ser, si queremos, totalmente vulnerables.
Todos tendrán una visión personal de este espacio., así como cada uno de nosotros necesitaremos diferentes materiales para construirlo. Sin embargo, a pesar de las diferencias individuales, podemos hablar de una base común que caracteriza los cimientos de este edificio.
Para construir nuestro refugio interior, será mucho permanecer en silencio sin juzgar nuestros pensamientos. Debemos dejarlos fluir sin oponerse, especialmente en los momentos en que decidimos realizar este pequeño ejercicio diario.
En cierto sentido, es una pequeña práctica de meditación. En este artículo veremos más específicamente cómo construir un refugio interior y qué beneficios ofrece.
Cómo construir un refugio interior
Este espacio no tiene por qué ser un lugar de escape, todo lo contrario. Debe ser un lugar donde puedas sintonizarte contigo mismo y, al mismo tiempo, desconectar de los estímulos innecesarios recibidos durante el día. Será una especie de refugio seguro cuando nos golpeen las tormentas. Por "tormentas" nos referimos a todas aquellas situaciones, cotidianas o no, que nos sacuden, nos paralizan y nos ponen tensos.
¿Cuándo podemos empezar a construir nuestro refugio interior? La construcción comenzará cuando empecemos a cuestionar todo lo aprendido, cuando miremos más allá de las cosas y no nos detengamos solo en lo superficial. Quizás te estés preguntando: "¿Cómo hacer esto?", "¿Por dónde empezar?". Tenemos que partir de tres ideas básicas.
Permítase la oportunidad de no hacer nada durante unos minutos todos los días
Durante el día hay que buscar unos minutos para no hacer nada. Un pequeño truco es aprovechar esos momentos en los que estamos esperando (por ejemplo, en el médico). No uses tu celular, no escuches música y no cedas a otras tentaciones. Date esos minutos para ser tú mismo y no para pensar. Deja pasar el tiempo con el objetivo de encontrar un poco de paz en el ajetreo y el bullicio de la vida cotidiana.
En cierto modo, hay que dejar de buscar estímulos para ocupar el tiempo. Con práctica y entrenamiento, este pequeño ejercicio también se puede realizar en otros momentos del día. Por ejemplo, al despertar, puedes meditar unos minutos o al llegar a casa después del trabajo, puedes tumbarte en el sofá, cerrar los ojos y relajarte un rato.
Permítete ser como un lienzo en blanco
Otra acción sencilla que puede ayudar a construir un refugio interior es tratar de alejarnos de todo lo que los demás esperan de nosotros y de todo lo que esperamos de los demás. Intenta conectarte con tu esencia dejando de lado el ego, pensamientos y todo lo que te ata a situaciones pasadas.
En el refugio interior, las cosas comienzan y terminan "aquí y ahora". El objetivo es no dejar que el pasado o el futuro accedan a ti.
Que con el tiempo te permitirá disfrutar del presente sin limitaciones ni expectativas que puedan generar frustración. Se trata de conectar con lo que está pasando dentro de uno mismo en ese preciso momento, para afrontar lo que está pasando fuera y salir, con gracia, de situaciones que nos pueden hacer temblar.
Visualiza un lugar que infunde paz
Otra técnica para construir un espacio interior es visualizar un lugar que te brinde paz y seguridad. Por ejemplo, una playa paradisíaca, un oasis en medio del desierto, una banca aislada lejos del ruido de la ciudad, un bosque tropical, etc.
Cuando hayas identificado este lugar mental, visualízate en él cuando necesites calmarte y paz interior.
Posibles obstáculos
Cuando empiezas a construir tu refugio interior, puede ocurrir que te encuentres con algunos obstáculos: resistencias, miedos, incertidumbres, inseguridades, dolor… ¡No te alarmes! Todo esto es parte del proceso de construcción del propio refugio interior. Debes intentar ir más allá y dejar que tu refugio tome forma poco a poco, sin presiones ni condicionamientos.
Por otro lado, es normal que aparezcan resistencias o miedos cuando permanecemos en silencio. No estamos acostumbrados a renunciar a pensar o no hacer nada.
No te abrumes, se trata de hacer pequeños avances poco a poco. Practica todos los días para integrar este hábito en tu rutina diaria con el fin de construir ese refugio interior que te puede ser de gran ayuda.
"El silencio es una fuente de gran poder".
-Lao Tse-
Los beneficios de un refugio interior
¿Cómo nos ayuda tener este espacio íntimo y personal? La primera gran ventaja es que nos permitirá encontrar fuerzas cuando nos enfrentemos a los cambios. Por ejemplo, si nos encontramos en situaciones vitales complicadas o tenemos que afrontar un periodo crítico.
Además, construir un refugio interior nos permitirá tener un lugar donde nadie pueda juzgarnos; en el cual poder respirar y conectar con lo que realmente importa: uno mismo.
Otro beneficio del refugio interior, especialmente si llevas mucho tiempo trabajando en él, es la capacidad de afrontar cambios repentinos que no habías previsto. Es una herramienta que te permitirá asimilar todo lo que vives y experimentas desde la perspectiva de un observador que no emite juicios.
¡Advertencia! El refugio interior no es un mecanismo mágico que nos aleja de toda forma de sufrimiento y dolor. Más bien, es un espacio en el que afrontar las diferentes situaciones de la vida de forma serena y donde encontrar cobijo cuando nos sentimos abrumados.
Un último beneficio del refugio interior es que nos permite comprender que todo lo que necesitamos y buscamos está dentro de nosotros.
“Si no tenemos la paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla en fuentes externas”.
-François de La Rochefoucauld-