Todos tenemos fisuras emocionales, aprovechémoslas

Todos tenemos fisuras emocionales, aprovechémoslasUn viejo maestro recibió un día a un novicio para que le transmitiera todos sus conocimientos. Cada día, el joven aprendiz tenía que llevar dos baldes de agua desde el manantial hasta el corral donde se impartían las lecciones. Pero uno de los cubos tenía grietas, por lo que cuando el joven aprendiz llegó a su destino estaba medio vacío. Este fue uno de sus deberes desde hace más de un año, aunque sabía que no respetaba las instrucciones del maestro porque nunca llegaba con carga completa. Un día, el joven aprendiz, avergonzado de no poder satisfacer el pedido del maestro, le dijo: - Maestro, lamento mucho no poder satisfacer su pedido de traer ambos baldes de agua llenos. Uno de estos tiene grietas y el agua se pierde en el camino. El maestro respondió: - Chico, no te arrepientas de eso. Gracias a las ranuras de tu balde tenemos cada día flores frescas que iluminan nuestra vista y nos deleitan con su aroma. El niño sorprendido le preguntó: - ¿Cómo es esto posible? Y me respondió: - Hace un tiempo me di cuenta de que uno de los baldes tenía rajaduras, así que decidí plantar unas semillas a lo largo del camino que recorres todos los días. Gracias a esto, las semillas han florecido y siempre puedo recolectar hermosas flores. En ese momento, el niño se dio cuenta de que todos somos, en cierto sentido, como un balde con grietas en alguna parte. Sin embargo, no tenemos que ocultar estas grietas, sino examinarlas para aprovecharlas al máximo.

Las grietas que enriquecen nuestra vida emocional

Todos tenemos fisuras emocionales, son como heridas que demuestran que hemos amado y sufrido, que somos apasionados y hemos cometido errores. Pero tenemos la tendencia a esconderlos, como si nos hicieran peores personas. A veces incluso nos avergonzamos de ellos, pero estas grietas son solo lo que nos hace únicos, son la marca de nuestro viaje por la vida. El corazón roto por el fin del primer amor, el dolor por la muerte de una persona especial, el desdén por la injusticia o el error que cometimos por inexperiencia ... Todas estas grietas forman una amalgama única que nos define. De hecho, si alguien realmente quiere entendernos, si quiere saber quiénes somos y por qué somos así, ahí es donde debe mirar. Los errores que cometimos son los que nos hacen fuertes hoy. De hecho, el poeta Mario Benedetti dijo una vez que "la perfección es una colección ordenada de errores". Cada vez que nos caemos y nos levantamos, nos transformamos, nos convertimos en una persona nueva, con más experiencia, pero lo más interesante es que estas grietas nos recuerdan constantemente nuestra vulnerabilidad. Los errores, los fracasos y en última instancia las heridas que dejan tienen el potencial de convertirnos juntos en personas más fuertes y sensibles, pero esta sorprendente dicotomía solo ocurre cuando somos capaces de apreciar la importancia de las grietas y aprovecharlas, como él hizo. el maestro de la historia. Si las escondemos nos volvemos insensibles e incapaces de transigir, que tenemos miedo de vivir, por el contrario, asumiendo que estas grietas son verdaderos tesoros, aceptaremos la vulnerabilidad y aprenderemos a vivir plenamente aquí y ahora. Porque reconocer que somos vulnerables nos acerca a las personas y nos permite darnos cuenta del maravilloso regalo que representa el presente.

Las cosas de las que nunca deberías avergonzarte

1. Haber amado. El amor es siempre una apuesta, pero una apuesta en la que siempre ganas porque aunque hayas perdido y la relación se acabe, siempre puedes atesorar los maravillosos momentos que pasamos juntos. Por eso, nunca te avergüences de haber amado demasiado.
2. Estar equivocado. Los errores solo significan que lo has intentado. Solo los que no hacen nada, los que se conforman y permanecen inmóviles, nunca cometen errores. Cada error contiene una lección y el aprendizaje dura toda la vida. Por eso, no te arrepientas de tus errores, aprende de ellos y sigue adelante.
3. Estar enojado. Incluso si la sociedad cataloga la ira como una emoción negativa, la verdad es que reprimirla es aún peor. Es normal que nos enojemos en algunas situaciones, solo tenemos que aprender a canalizar la emoción sin lastimar a los demás. De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Utrecht reveló que cuando las personas se enojan y lo expresan, enfocan mejor su energía en sus metas y las alcanzan con mayor facilidad.
4. Perderse. A veces es necesario perderse para encontrarse a uno mismo. Cuando todo a tu alrededor se derrumba y no puedes entender lo que haces o quién eres, lo mejor es dar un paso atrás y explorar nuevos caminos, incluso si tienes que andar a tientas. Si te has sentido perdido en algún momento de tu vida, no te avergüences, porque no tienes que saber todas las respuestas, solo necesitas comprometerte en la búsqueda.
5. Haber sufrido. Muchas personas, cuando miran hacia atrás, se culpan a sí mismas por haber sufrido "innecesariamente". Sin embargo, el sufrimiento siempre lleva un mensaje fuerte: te enseña que eres humano y vulnerable. Recuerde que a veces, para salir de una situación, es necesario tocar fondo. Hablando de eso, nunca escondas tu dolor o las cosas que te hicieron sufrir, esas experiencias te han convertido en la persona que eres hoy.



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