Tenemos que tomar cientos de decisiones todos los días. Muchos de estos pequeños. ¿Qué desayunamos? ¿Qué ropa nos pondremos? ¿Qué marca de leche comprar? Otras decisiones son más significativas y pueden cambiar el curso de nuestra vida.
Cuando tenemos que tomar decisiones significativas, generalmente nos proyectamos hacia el futuro para tratar de ver cómo nos afectarán. Y debido a que vivimos en una "tiranía de la felicidad", tendemos a preguntarnos si esa decisión nos hará felices. Sin embargo, tomar decisiones importantes basadas en nuestra proyección de felicidad puede ser un arma de doble filo.
Nuestra percepción de la felicidad cambia con el tiempo
La investigación psicológica sugiere que nuestra concepción de la felicidad y lo que nos hace felices cambia sistemáticamente a lo largo de la vida. Nuestro significado de felicidad es dinámico, quizás mucho más de lo que estamos dispuestos a reconocer. Lo que nos hace felices hoy puede que no nos haga felices mañana porque nuestras prioridades y perspectivas de vida cambian. Por lo tanto, tomar decisiones basadas únicamente en lo que creemos que nos hará felices puede llevarnos por un camino que no es satisfactorio a largo plazo.
Jennifer Aaker, psicóloga social de la Escuela de Negocios de Stanford, cree que las decisiones impulsadas por el deseo de ser feliz pueden generar una sensación de alegría y placer, pero esto suele ser fugaz. Por tanto, propone que nos hagamos otra pregunta a la hora de tomar decisiones: ¿qué es lo más significativo para nosotros?
¿Cómo distinguir lo que nos hace felices de lo significativo?
Puedes llevar una vida relativamente feliz sin que sea particularmente significativa, de la misma manera que una vida significativa no siempre garantiza la felicidad.
Para comprender la diferencia entre lo que nos hace felices y lo que es significativo en nuestra vida, podemos pensar en la paternidad o la maternidad. Los padres y las madres a menudo tienen vidas significativas, pero eso no significa que siempre estén felices, ya que la crianza de los hijos puede ser muy desafiante y no está libre de preocupaciones y conflictos.
Las elecciones que hacemos cuando aspiramos a la felicidad son diferentes de las elecciones que hacemos cuando aspiramos a algo significativo. De hecho, a veces tomar decisiones significativas no es fácil porque tienen un alto costo o tenemos que renunciar a ciertas cosas por un propósito más amplio.
Una persona que quiera desarrollar una carrera profesional, por ejemplo, tendrá que hacer algunos sacrificios a lo largo de su vida para lograr los objetivos marcados. Esto significará tomar decisiones basadas en un conjunto de valores y aspiraciones significativos, en lugar de simplemente considerar qué la hará feliz en el corto o mediano plazo.
Las consecuencias positivas de las decisiones que tomamos guiados por el deseo de lograr algo significativo, a diferencia de la felicidad, tienden a durar más porque no consisten en darle al ego lo que quiere en ese momento, sino en tener una perspectiva más amplia. tiempo y una comprensión más profunda de nuestra identidad que nos guía a tomar decisiones en armonía con quienes somos y lo que queremos ser.
¿Cómo tomar decisiones significativas?
1. Mira hacia el futuro
Por lo general, antes de emprender un camino, intentamos mirar hacia el futuro para analizar el impacto de las diferentes opciones y tomar la mejor decisión. Pero las decisiones significativas pueden conectarnos con el futuro de una manera diferente.
Un estudio realizado en Harvard Business School reveló que las personas toman decisiones que pueden parecer adversas a primera vista, para utilizar su tiempo de manera más productiva y tener nuevas experiencias únicas que les permitan enriquecer su "curriculum vivencial". Por lo tanto, cuando decidimos, no solo debemos preguntarnos qué nos hace felices, sino también qué es significativo para nosotros.
2. Mira hacia atrás
Las decisiones significativas se toman no solo mirando al futuro sino también mirando al pasado, recordando los momentos especiales que dieron sentido a nuestra vida para encontrar un hilo conductor que le dé sentido.
De hecho, un estudio realizado en Wharton School mostró que tendemos a evitar situaciones que pueden amenazar un recuerdo especial, incluso si la situación es agradable. Por ejemplo, podemos renunciar a una experiencia positiva si amenaza con borrar un recuerdo que es significativo para nosotros. Por eso, a la hora de elegir, también debemos asegurarnos de mirar hacia atrás.
3. Mira los pequeños detalles
En un sentido general, podemos agrupar las experiencias en dos grandes categorías: las extraordinarias, que van más allá del ámbito de la vida cotidiana, y las ordinarias, que constituyen la vida cotidiana y que a menudo descuidamos. Muchas veces las decisiones centradas en la felicidad conducen a experiencias "extraordinarias", pero la verdad es que las experiencias de la vida pueden volverse más significativas.
Un estudio realizado en la Universidad de Pensilvania mostró que, si bien las experiencias extraordinarias son valiosas en los primeros años de la vida, las experiencias cotidianas y de la vida se vuelven cada vez más importantes con la edad y contribuyen a un sentido de identidad y bienestar. Por eso es importante no dejarse deslumbrar por la promesa de experiencias extraordinarias y aprender a aprovechar al máximo la satisfacción que brindan las experiencias cotidianas.
