En lugar de pensar en cómo separar lo profesional de lo personal, probablemente deberíamos centrarnos en cómo reconciliarlo y equilibrarlo. Trabajar desde casa es, de hecho, una forma más natural y flexible.
Última actualización: 17 marzo, 2021
Trabajar desde casa ya es una realidad generalizada en todo el mundo. Gracias a las nuevas tecnologías, la distancia física ya no es un obstáculo para poder trabajar en una gran empresa. De hecho, puedes vivir en Europa y trabajar para una empresa china sin ningún problema.
Esto representa una gran oportunidad para miles de trabajadores. Sin embargo, como suele suceder, también ha dado lugar a realidades inquietantes. Uno de ellos es la fusión entre las esferas profesional y personal.
“Todas las personas están dispuestas a trabajar creativamente. Lo que pasa es que la mayoría de la gente ni se da cuenta”.
-Truman Capote-
En teoria nuestras vidas personales y privadas deben permanecer separadas. Y usamos el condicional porque, de hecho, sucede muy pocas veces. Por otro lado, no tenemos un interruptor para encender y apagar a voluntad un área de nuestra vida en lugar de otra. Pero veamos en detalle cómo es posible trabajar desde casa conciliando ambos aspectos.
El mito de la separación.
La separación entre vida privada y trabajo es un invento del industrialismo. En un tiempo, el trabajo era naturalmente parte de la vida de una persona. Y eso no fue problema. Trabajar desde casa era normal, no había razón para mudarse a otro país.
Pero con la revolución industrial, las cosas cambiaron. Las máquinas se han convertido en el centro de la producción. El trabajo desde casa se ha ido casi por completo en el camino. Los trabajadores tenían que acudir al lugar donde se encontraban las máquinas para realizar su trabajo. El nuevo modelo también requería la definición de horas fijas de trabajo.
Y así fue como la gente empezó a pasar largos periodos de tiempo en el trabajo.. Aparentemente, el trabajo y la vida privada eran áreas separadas. Pero el ser humano no vive “en compartimentos”, de hecho se lleva gran parte de su vida personal al trabajo y viceversa.
Las oficinas
La mayoría de las tareas no requerían trabajadores alrededor de las máquinas. Sin embargo, las oficinas se crearon ya en la primera industrialización. En estos espacios se concentraron las tareas para facilitar el trabajo y el servicio a los usuarios.
Con las nuevas tecnologías todo ha cambiado. Hoy en día, casi cualquier actividad de oficina se puede realizar desde casa si se cuenta con una computadora; la herramienta más importante y disponible para (casi) todos. Si muchas empresas no han implementado el teletrabajo a lo largo del tiempo es principalmente por falta de visión o voluntad de control.
Por tanto, volvemos a la época en la que trabajar desde casa es algo normal. Sin embargo, aún persiste la mentalidad según la cual las esferas privada y profesional deben permanecer separadas. No hacerlo causa estrés a muchas personas.
Trabajo desde casa y estrés
Es natural que el ser humano integre la vida profesional y la privada. Estas son dos áreas que no necesariamente entran en conflicto. Por otro lado, lo que sí puede generar tensión es el deseo de separar lo inseparable y, por supuesto, no lograrlo.. Del mismo modo, el hecho de vivir sólo una de las dimensiones que componen nuestro ser también produce tensión.
De hecho, de una forma u otra, siempre trabajamos. El significado de la palabra trabajo tiene que ver con actividad, esfuerzo y transformación. Incluso cuando dormimos, nuestro cerebro continúa procesando y organizando información.
Lo cierto es que en algunos momentos trabajamos para otros, al menos relativamente. Contribuimos al logro de las metas de los demás y, al mismo tiempo, conseguimos la nuestra que es tener un salario. En otros momentos, nos enfocamos solo en nuestras metas y trabajamos para lograrlas.
Trabajar desde casa: conciliar y no separar
Trabajar desde casa tiene la gran ventaja de una mayor libertad en cuanto a la organización del tiempo. Sin embargo, para algunos, esto es abrumador. Es una libertad que genera caos y, por tanto, acaban trabajando todo el tiempo, viviendo como si su trabajo se viera interrumpido continuamente por algún asunto doméstico.
Algunos optan por establecer horarios estrictos que muchas veces terminan por no respetar. Si trabajas desde casa, no puedes fingir que algo no se está quemando en la cocina o que tu hijo está llorando en la sala de estar. Es imposible pretender dividir vida y trabajo de manera absoluta. Y, de hecho, eso ni siquiera es una buena idea.
Quizás, lo mejor sea no intentar a toda costa una forma de separar el ámbito profesional del privado. Quizá sea suficiente ser más flexible y aprender a conciliar ambas. El trabajo desde casa se hace para trabajar por objetivos y no según horarios. Siga las prioridades del día y no sea víctima de plazos ajustados.