Una persona es como una planta que necesita condiciones especÃficas para poder florecer. A falta de la misma, se marchita. Pero si se respetan, crece y florece.
Última actualización: 15 de enero de 2021
Una persona es como una planta que necesita cuidados especÃficos, como único en su clase. No existen dos plantas idénticas, como tampoco existen dos personas idénticas. Para comprobarlo, solo tienes que hacer un sencillo ejercicio: dibujar una planta, que no debe ser una planta cualquiera, sino la TUYA. Si le pide a otra persona que haga el mismo dibujo, encontrará que todos dibujarán una planta diferente.
Hay muchos tipos de plantas, flores, arbustos o árboles. E incluso si dos personas eligen la misma planta, por ejemplo un girasol o un pino, sus diseños nunca serán idénticos.
La ubicación en la hoja será diferente, al igual que el tamaño, los colores, los detalles, etc. También cambiará la descripción que la persona hará de las caracterÃsticas de su planta. Muchos serán iguales, pero otros tendrán tonalidades diferentes.
No todas las plantas necesitan la misma cantidad de agua, luz o tierra. Igualmente, cada persona es una planta que necesita ser cuidada por sà mismo y por los demás.
“¡Los cerezos son cerezos y las ciruelas son ciruelas! ¡Cada individuo es una entidad preciosa y noble! ¡Avanza en el camino de tu misión única, que es exclusivamente tuya!"
-Daisaku Ikeda-
Necesidades
Las personas y las plantas tienen mucho en común, aunque a primera vista no lo parezca. Ambos son seres vivos que necesitan cuidados para crecer y sobrevivir.
Tanto las personas como las plantas necesitan poder respirar, ver la luz del sol, beber agua, tener raÃces sólidas y suficiente espacio para crecer y desarrollarse. Por eso decimos que una persona es una planta que necesita cuidados.
El arte es contemplación. Es el placer de la mente que busca en la naturaleza y que descubre el espÃritu del que se anima la naturaleza misma.
-Auguste Rodin-
Si bien no todos son expertos en jardinerÃa, muchos son buenos en el cuidado de las plantas. Mucha gente las compra baratas y las riega, cambia la tierra cuando es necesario y las coloca en macetas más grandes cuando las raÃces han ocupado todo el espacio disponible. Algunos incluso hablan con las plantas.
Aun asÃ, sin embargo, algunos no sobreviven. Quizás, por el exceso de agua que, como todos los excesos, puede ser peligroso para la supervivencia y provocar la muerte.
Las necesidades de las plantas no son tan diferentes de las de las personas.
Las plantas tienen necesidades que no son tan diferentes de las de las personas. Ambos necesitamos un lugar adecuado donde podamos tener suficiente luz y respirar. Poco a poco, crecemos y requerimos más espacio y, de vez en cuando, renovar la tierra en la que vivimos.
Al igual que los humanos, las plantas necesitan eliminar lo viejo y lo superfluo para dejar espacio a lo nuevo. Eliminan las hojas que se vuelven amarillas y que ya no sirven para poder crear otros nuevos.
El budismo nos enseña el principio: "cereza, ciruela, melocotón y albaricoque", que define la singular diversidad y belleza de todos los seres vivos.
Una persona es como una planta que necesita cuidados.
Para crecer, tanto las plantas como los humanos necesitan empezar de nuevo, prácticamente desde cero. Como esa planta que no encuentra su lugar en un departamento y, a pesar de todos los esfuerzos, no crece bien. Pero si, por el contrario, está en el lugar adecuado, logra recuperarse y retomar la vida.
Las personas, como las plantas, a veces necesitan renovarse y empezar de cero para encontrar su tamaño y poder crecer y dar nuevos frutos.
Cada persona es única y tiene ciertas necesidades. No podemos cuidar todas las plantas de la misma manera, y lo mismo ocurre con los humanos. No podemos tratar una planta de aloe vera como si fuera una rosa. No podemos esperar que crezcan ciruelas de un manzano o un peral para hacer fresas.
Sabemos que algunas plantas florecen, mientras que otras solo lucen hermosas hojas; algunos árboles dan frutos y otros no. Todas son plantas, pero cada una tiene su función y por eso es única. Del mismo modo, no debemos olvidar que una persona es como una planta que necesita diferentes cuidados según su singularidad.