Vuela alto deshaciéndote de ciertos pesos

Vuela alto deshaciéndote de ciertos pesos

Vuela alto deshaciéndote de ciertos pesos

Última actualización: 26 de marzo de 2022

Para volar alto y lograr una felicidad real y significativa, la vida nos irá despojando poco a poco de parte de nuestro equipaje. Este “dejarse llevar” no será un acto traumático, sino una catarsis que debemos saber aceptar para comprender que existen cargas que dificultan nuestro crecimiento personal, nuestra posibilidad de ser libres y auténticos.

Hace unos años, el conocido psicólogo social Robert Levine realizó un experimento muy interesante. cuyo propósito fue analizar una relación hipotética entre el ritmo de vida y el sentimiento de felicidad.



Este experimento se realizó en diferentes sociedades alrededor del mundo y para ello se adoptaron cuatro variables. El primero fue la velocidad a la que camina la gente durante la hora pico de la mañana.

El segundo, el número de veces que se mira el reloj; el tercero, el número de contactos personales en el teléfono móvil. Finalmente, el cuarto, la forma en que te relajas durante tu tiempo libre.

Los resultados fueron reveladores: cuanto más agitada es tu vida, menos feliz eres. Según el Dr. Robert Levine, las personas que viven en las sociedades modernas viven demasiado rápido, obsesionadas con el tiempo y acumular objetos y personas creyendo que de esta manera pueden alcanzar el estado y el bienestar deseados.

Nada de esto es real. Para volar alto, necesitas simplificar y sobre todo deshacerte de varios pesos. Te invitamos a descubrir cómo hacerlo.

Para crecer hay que aprender a volar

Crecer es un proceso natural, todos lo hacemos. Sin embargo, agregar etapas a su ciclo de vida a menudo significa abordar la realidad de manera incorrecta. Cuando se es muy joven, la sociedad, la familia y la escuela nos enseñan que crecer es sinónimo de superación: obtenemos independencia, libertad, experiencias, relaciones, bienes materiales...



Idealizamos la madurez porque nos han vendido la idea “cuando seas grande, tendrás el mundo a tus pies”. Tal vez por eso, a medida que crecemos, un sentimiento de desilusión comienza a acecharnos porque esa promesa no se cumple, la ansiada felicidad no llega y no hay recompensas psicológicas ni económicas.

Entendemos que la vida es dura, por eso aplicamos filtros más personales y dejamos que todo lo que venga sustituya a la felicidad. Tener muchos amigos, por ejemplo, parece necesario y nos distrae de vez en cuando. Tener pareja es obligatorio, porque nada es más terrible que la soledad.

Realizamos una a una todas las expectativas de los demás porque creemos que crecer significa ser parte de un grupo de personas iguales y bien estructuradas.

Tenemos que reprogramar la brújula de nuestra vida para que apunte en una sola dirección: hacia arriba. Volar alto, muy alto, es posible liberándose de las convenciones, de las personas que limitan el crecimiento, de las rutinas que cierran la creatividad, de los espacios y las dinámicas que cortan las alas. Básicamente, la clásica idea de que “cuanto más tienes, más feliz eres”.

No es la fórmula correcta. Como explica Robert Levine, la la vida no se trata de acumular elementos en un armario o contactos en la libreta de direcciones. Vivir significa volar, y para hacerlo necesitas reducir la velocidad y deshacerte de parte de tu equipaje.

Aprende a volar alto

El escritor James Matthew Barrie representó diferentes dimensiones del ser humano en su famoso personaje: Peter Pan.


Peter y los niños perdidos dicen que no quieren crecer "porque no quieren ir a la escuela, o actuar como loros, o aprender reglas estúpidas". La escuela y la sociedad son escenarios decisivos que en el transcurso de la historia han limitado la espontaneidad, la capacidad humana de ser creativos, libres y diferentes entre sí.


Para aprender a volar alto, es bueno recuperar estas cualidades típicas de la infancia, una época en la que todo era posible y en la que la felicidad estaba en un lugar tan cercano al punto de tocarnos o invadirnos directamente.


Para lograrlo, actuaremos al mismo tiempo como adultos sabios y valientes que sepan adoptar las estrategias más adecuadas.

“Vivir va a ser una aventura terriblemente grande.

-Peter Pan-

Aprende a simplificar para tomar vuelo

Debemos aprender a simplificar, ralentizar y clarificar prioridades para recuperar el control de la vida. Para ello, nada mejor que reflexionar sobre unas sencillas ideas:

  • situaciones y personas: el primer paso es hacer una evaluación sincera y objetiva, del 1 al 10, de las situaciones y personas con las que interactúas todos los días.
  • Tempo: todos tenemos la misma cantidad de tiempo en un día. De las 24 horas, ¿cuántas clasificaríamos como "tiempo de calidad"? ¿Qué podríamos hacer para tener más horas de calidad?
  • Establecer prioridades: para volar alto no es necesario deshacerse de todo y de todos. Necesitas priorizar y tener claro lo que es esencial en la vida y lo que es mejor dejar atrás.
  • Aplicar: El último paso, pero no menos importante, es limpiar su armario personal. No es un acto de egoísmo, pero es un acto de salud mental y emocional que no todos se atreven a hacer. Solo los valientes, los niños y las personas libres saben que nada es tan gratificante como volar alto y sin agobios para ser feliz.
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