Otro estudio canadiense que involucró a 372 estudiantes universitarios encontró que el 80% de los estudiantes que obtuvieron buenas calificaciones también tenían una buena inteligencia emocional.
Sin embargo, el hecho de que la Inteligencia Emocional esté ligada al éxito y, en cierto sentido, lo facilite, es solo una de las muchas implicaciones de esta cualidad, ya que sus tentáculos llegan a muchas otras esferas de nuestra existencia e influyen en nuestro comportamiento.
¿Cómo funciona la inteligencia emocional en la vida cotidiana?
1. Nos ayuda a tomar mejores decisiones
Las emociones pueden ser de gran ayuda cuando nos enfrentamos a un problema, porque pueden advertirnos del peligro y hacernos tomar una actitud más cautelosa. Sin embargo, a veces se convierten en un obstáculo, especialmente cuando somos ajenos a la situación a la que nos enfrentamos. De cualquier manera, la inteligencia emocional nos ayuda a tomar mejores decisiones, o al menos así lo establece un estudio de las universidades de Yale y Toronto.
Estos investigadores idearon un experimento curioso: involucraron a las personas y las inquietaron pidiéndoles que prepararan un discurso improvisado. Más tarde les preguntaron si estarían dispuestos a apoyar un proyecto de clínica médica.
Los resultados mostraron que las personas con mayor inteligencia emocional eran conscientes de que la ansiedad experimentada no estaba relacionada con la decisión a tomar. Por tanto, el 66% aprobó el proyecto, mientras que solo el 7% de los que tenían poca inteligencia emocional lo apoyó.
El caso es que, contrariamente a la creencia popular, una buena decisión no implica eliminar las emociones, porque ellas también son una valiosa fuente de información, ya que actúan como marcadores somáticos. La clave es averiguar de dónde provienen estos sentimientos, qué los causa y cómo pueden afectar nuestra percepción del problema.
2. Nos hace confiar en los demás
Si bien la desconfianza se ha puesto de moda en los últimos años y se ha ido consolidando como modelo de comportamiento social, lo cierto es que la confianza en los demás tiene múltiples ventajas. Sabemos que confiar no solo nos hace más felices y aumenta nuestro nivel de satisfacción, sino que también nos garantiza una mejor salud física y una mayor propensión a emprender nuevos proyectos.
Ahora, un estudio realizado en la Universidad de Oxford revela que las personas con buena inteligencia emocional tienden a depender más de los demás. Estos investigadores están convencidos de que la clave está en su capacidad para ser empáticos e identificar rápidamente las características positivas de las personas con las que se relacionan. ¿Porque?
En primer lugar, la Inteligencia Emocional ayuda a formar una imagen bastante precisa de la persona que tenemos delante, lo que nos permite minimizar la incertidumbre y adoptar una actitud más abierta. Además, la Inteligencia Emocional también implica un cierto grado de confianza en uno mismo, que probablemente se proyecta sobre los demás.
3. Reduce el estrés
Numerosos estudios han encontrado una correlación positiva entre la inteligencia emocional y los bajos niveles de estrés. Por ejemplo, investigadores de la Universidad de Cincinnati reclutaron a 200 personas y las sometieron a diferentes tareas que generan diversos grados de estrés. Así pudieron ver que aquellos con mayor inteligencia emocional estaban menos estresados. La clave es que estas personas utilizan estrategias de manejo del estrés que son muy efectivas y que les permiten regular la intensidad de las emociones negativas controlando sus efectos.
Un estudio aún más interesante de la Universidad de Yale fue más allá al descubrir cómo los cuerpos de las personas emocionalmente inteligentes responden al estrés. Esta vez, los investigadores pudieron ver que incluso en situaciones estresantes, estas personas mostraban niveles más bajos de cortisol (la hormona del estrés) y presión arterial más baja. Esto indica que abordar los conflictos y problemas con la inteligencia emocional realmente ayuda a paliar los efectos del estrés, incluso a nivel físico e incluso si no somos conscientes de ello.
¿Se puede desarrollar la inteligencia emocional?
La Inteligencia Emocional es un conjunto de habilidades que nos permiten reconocer y regular tanto nuestras emociones como las de los demás. Esto implica que no es una habilidad innata sino que se puede desarrollar a lo largo de nuestra vida. De hecho, existen cursos de Inteligencia Emocional en los que trabajas diferentes habilidades. Lo interesante es que con estos cursos no solo obtienes resultados muy rápidos, sino también estables en el tiempo.
Sin embargo, si opta por uno de estos cursos, asegúrese de que sean impartidos por una universidad acreditada o un centro psicológico serio, ya que estos problemas a menudo son caldo de cultivo para muchos gurús improvisados que promueven recetas fáciles sin ninguna base científica.
La mayoría de estos cursos dedican unas horas a analizar el concepto de inteligencia emocional y las bases que la sustentan para luego pasar a actividades prácticas, a través de las cuales se te enseñará a identificar tus emociones, sus causas y cómo gestionarlas para obtener el máximo rendimiento. beneficio. Desde el punto de vista social, trabajamos la empatía y la capacidad de afrontar los conflictos evitando que se apoderen de las emociones negativas.