7 formas en que las personas inseguras intentan sentirse importantes

7 formas en que las personas inseguras intentan sentirse importantes

Probablemente conozcas a más de una persona así, individuos que necesitan sentirse importantes a costa de hacerte sentir inferior. Cuando estás junto a ellos, a menudo te miran con desprecio y terminas sintiéndote enfermo y preguntándote qué es cierto acerca de su mirada desdeñosa y su tono de voz condescendiente. Te hacen dudar de ti mismo.

El psicoanalista vienés Alfred Adler fue uno de los primeros en abordar este fenómeno refiriéndose a la "lucha por la superioridad" en las relaciones interpersonales. De hecho, fue él quien acuñó el término "complejo de inferioridad" para referirse a las personas que tienen dificultades para integrar sus debilidades y errores en una imagen equilibrada de su "yo".



Complejo de inferioridad y estrategias compensatorias

El complejo de inferioridad es la sensación de no estar a la altura de la situación o de las personas con las que nos comparamos. La persona constantemente tiene dudas sobre sí misma y sus habilidades, se siente inferior porque cree que no cumple con los estándares.

El problema, según Adler, es que "en lugar de motivar a mejorar, el complejo de inferioridad paraliza". Esta tendencia a compararse constantemente con los demás genera ansiedad y angustia, por lo que la persona suele intentar, inconscientemente, compensar estas sensaciones desagradables.

Estas estrategias compensatorias tienen dos objetivos. Por un lado, son un mecanismo de defensa que los hace sentir superiores a los demás, por lo que pueden proteger un frágil "yo". Por otro lado, les ayuda a defenderse, para que los demás no descubran lo que consideran sus "debilidades".

El problema es que al construir ese "caparazón exterior" con el que pretenden presentarse de forma más favorable, acaban aislándose. A la persona que sufre un complejo de inferioridad le resultará difícil confiar en los demás porque no quiere que descubran sus debilidades, por lo que en lugar de dejar que le ayuden, levantará una barrera y no conectará emocionalmente. Por tanto, no es de extrañar que un estudio realizado en la Universidad de Anatolia demostrase que quienes se sienten inferiores e inseguros también se sienten más solos.



Por supuesto, también contribuyen a este aislamiento social las malas estrategias compensatorias que pueden utilizar, que muchas veces consisten en minar la autoestima de los demás y hacerlos sentir inferiores. Básicamente, estas personas no intentarán crecer y superar sus límites, sino que intentarán subirse a los hombros de los demás para ver más lejos y parecer más altos. No intentarán brillar más, pero harán cualquier cosa para apagar la luz de los demás.

Evidentemente, es muy difícil mantener una relación de cualquier tipo con una persona que está constantemente compitiendo con nosotros y tratando de "aplastarnos". En última instancia, la ruptura es una especie de mecanismo psicológico de supervivencia.

Las estrategias más comunes de las personas que necesitan sentirse importantes

1. Siempre tienen prisa

Nos hicieron creer que una persona ocupada es una persona importante. Por tanto, los que se sienten inferiores siempre parecen tener prisa. Cuando estás en compañía de esta persona incluso puedes ponerte ansioso porque constantemente mirará el reloj, caminará más rápido o siempre dirá que tiene poco tiempo. Su objetivo es hacer que parezca que te está haciendo un gran favor dándote su tiempo, hasta el punto en que acabes sintiéndote incómodo.

2. Clasifican eventos ordinarios para que parezcan más importantes.

Las personas que necesitan sentirse importantes a menudo recurren a un lenguaje "especial" para nombrar los eventos de la vida diaria de tal manera que parezcan más importantes. Por ejemplo, pueden referirse a una simple llamada de un cliente como una "conferencia telefónica". Estas personas nunca hacen cosas normales, su vida siempre está llena de compromisos y actividades importantes.


3. Están constantemente preocupados

Las personas ocupadas son personas preocupadas y por eso, para darse importancia, estas personas evitan parecer relajadas. Por ello, siempre te contarán sus preocupaciones y problemas, amplificando al máximo sus repercusiones. De hecho, son verdaderos especialistas en presentar situaciones que casi serían una bendición para los demás, como grandes problemas o preocupaciones.


4. Hacen esperar a los demás

Las personas importantes no tienen un minuto libre, por lo que nunca serán los primeros en llegar. Calculan el tiempo para hacerte esperar un poco y luego vendrán disculpándose y diciendo que tenían un compromiso "importante y urgente". De esta forma intentan señalar que son más importantes que tú. Por lo general, es muy difícil reunirse con ellos porque dicen que siempre tienen una agenda completa y que tienen que pasar por el aro para encontrar un "hueco" para ti.

5. Exageran sus resultados

Las personas que sufren un complejo de inferioridad intentarán compensar sus "defectos" o "debilidades" exagerando sus resultados. Es común que busquen palabras elaboradas para describir su trabajo, por lo que parece un puesto de mayor importancia y responsabilidad. Al mismo tiempo, intentarán restar importancia a sus éxitos, indicando que no son tan buenos o señalarán sus errores y fracasos pasados.


6. Creen que son más inteligentes y capaces

Cuando las personas inseguras se sienten amenazadas, activan sus mecanismos de protección compensatoria. Si creen que puede estar ocultando su inteligencia y habilidad, se centrarán en desacreditarlo señalando sus errores y debilidades. Como grupo, es normal que intenten llevar el tema de la conversación a su propio terreno, para volver a ser el centro de atención.

7. Son hipercríticos

Las personas inseguras se enfrentan constantemente a los demás, pero como no pueden soportar sentirse inferiores, intentan denigrarlos. Debido a esto, a menudo desarrollan una actitud demasiado crítica que puede terminar haciéndote sentir mal porque nada de lo que digas o hagas será digno de elogio. A veces te sientes como si fueras parte de una competencia amañada, ya que nunca puedes ganar.

¿La solución?

Arianna Huffington, escritora y periodista estadounidense, dijo: “No intento bailar mejor que los demás, solo intento bailar mejor que yo”. La vida no es una competencia, incluso si la sociedad nos ha inculcado esta idea. El objetivo no es superar a los demás, sino mejorarte cada día más. Cuando entendemos esto, no solo nos deshacemos de una gran carga, sino que la vida también se vuelve, sorprendentemente, mucho más fácil.



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