Actuar sabiamente: 7 estrategias

Actuar sabiamente: 7 estrategias

La sabiduría se trata de ser, tener y muchos otros elementos que nos componen o nos destruyen. Los filósofos se han preocupado por la sabiduría durante siglos. ¿Qué se entiende hoy por persona sabia?

Actuar sabiamente: 7 estrategias

Última actualización: 28 de marzo de 2022

Para actuar sabiamente no es necesario tener un cociente intelectual (CI) muy alto; por otro lado, es necesario mostrar cierta tendencia al sentido común y la amabilidad. Como dijo Sócrates, actuar sabiamente comienza con reconocer la propia ignorancia y la imposibilidad del conocimiento absoluto.



Si nos preguntáramos por la competencia psicológica que nos permitiría responder mejor a un mundo en crisis, incierto y cambiante, este sería el mejor ejemplo de sabiduría.

Aunque la filosofía y la religión se han aventurado más que cualquier otra disciplina en el terreno que exploramos hoy, la psicología ha estado particularmente interesada en él durante los últimos veinte años.

La Universidad de Illinois y la Universidad de Klagenfurt en Austria han estado estudiando durante mucho tiempo la definición de comportamiento sabio en la vida cotidiana. La hipótesis de trabajo es que lo que llamamos sabiduría es especialmente importante en los momentos más difíciles.

Porque unos más y unos menos se encuentran en esta situación existencial, vale la pena comprender como desarrollar esta maravillosa herramienta.

“El ignorante dice, el sabio duda y reflexiona”.

-Aristóteles-

Las personas sabias son más abiertas y orientadas hacia la bondad y los principios éticos.

¿Cómo podemos actuar sabiamente?

La sabiduría se define como la capacidad de tomar decisiones saludables.. Al mismo tiempo, te permite ayudar mejor a los demás.

En otras palabras, no solo engloba una sensación de eficiencia, sino también un componente que apela a la capacidad de inspirar. Según Glück y Weststrate (2022), autores de la investigación antes mencionada, el comportamiento sabio se caracteriza por:



  • La capacidad de resolver problemas en el corto plazo. En otras palabras, las dificultades se enfrentan antes de que se compliquen.
  • Generar un bien mayor (apoyar y ayudar a amigos, familiares, conocidos o extraños, etc.).
  • Una cierta capacidad de saber lo que es correcto en todas las circunstancias.. Aunque esto implique, en ocasiones, una ganancia menor.

Aunque la sabiduría se ha entendido durante siglos desde una visión bastante espiritual como la del budismo, es hora de ir más allá. La psicología ahora ofrece estrategias concretas para aprender a actuar sabiamente.

1. Regular las emociones para pensar mejor

Ninguno de nosotros tomará una decisión sabia cuando esté enojado o frustrado. Por esta razón, un primer ejercicio es afinar la gestión y regulación emocional.

Entender cada sensación, sentimiento y emoción, para explotarlos a nuestro favor y no en nuestra contra, es la base del comportamiento sabio.

2. Calma y serenidad

Para actuar sabiamente, uno debe desarrollar un temperamento relajado. Sólo desde la calma se puede observar mejor la agitación del mundo. Sólo con una mirada serena se pueden comprender perspectivas y opiniones contrapuestas. Nada es tan decisivo como saber comprender a los demás, captar lo que hay detrás de cada acontecimiento y circunstancia.

El ensayo siempre actúa después de analizar una situación y comprender cada dinámica que configura ese evento. Y esto solo lo puede hacer una mente tranquila, centrada y tranquila.

3. Mentalidad exploratoria

Cada desafío tiene más de una salida. En general, el que actúa sabiamente es amante del conocimiento y tiene una mente que ama aprender y explorar. Esto explica por qué, ante un mismo reto, proponen múltiples soluciones.



“El hombre sabio puede cambiar de opinión. El tonto, nunca".

- Immanuel Kant-

4. Preocupación empática por actuar sabiamente

Para actuar sabiamente, los intereses personales deben dejarse de lado.. El bien común cuenta y la consecución de un beneficio amplio y compartido debe ser una prioridad. Esto es lo que a menudo distingue a los inteligentes de los sabios.


Mientras que el primero se enfoca en la ganancia personal, el segundo es Muy empático y sensible a las necesidades de los demás.

5. Comportamiento ético

Las personas sabias no solo toman decisiones informadas, sino que estas resoluciones son siempre éticas. Sus valores son nobles y es poco probable que crucen la línea de la bondad..

6. Habilidades metacognitivas

Las personas sabias tienen un gran potencial metacognitivo, es decir, gozan de un gran autocontrol, regulan su aprendizaje, saben planificar, evaluar información… Sin embargo, un aspecto que suele definir a una persona sabia es la capacidad de combinar grandes conocimientos con recursos cognitivos con humildad.

Su carácter es sencillo, abierto y siempre accesible. Muestra una actitud esperanzada, muy decidida y estimulante, incluso fresca, capaz de despertar sonrisas por su ingenio y cercanía. Mentes muy positivas, apreciadas por su humildad unida a un profundo conocimiento.

Para actuar sabiamente, se debe dejar de lado el egoísmo para pensar en el bien común.

7. Auto-reflexión para actuar sabiamente

La mente sabia no es producto del mero paso del tiempo, sino también de la autorreflexión. Esta capacidad de evaluar cada evento, de pensar acciones y decisiones, nos permite entender las experiencias como lecciones de vida.


Los sabios no olvidan que los altibajos, los fracasos o las pérdidas forman parte del paisaje cotidiano, al igual que los éxitos o los logros. Es el futuro, son los acontecimientos de la existencia y los que permiten la acumulación de conocimientos.

En esencia, atesorar la sabiduría requiere desarrollar una conciencia más profunda, sensible y solidaria de lo que nos rodea. Le animamos a adoptar estas estrategias.

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