Aprecia a los que te dan su tiempo porque nunca lo recuperarán.

Aprecia a los que te dan su tiempo porque nunca lo recuperarán.

Imagina que un banco acredita en tu cuenta la suma de 86.400 euros diarios. Sin embargo, este saldo no se mantiene sin cambios. Cada noche, el banco elimina cualquier cantidad que no haya utilizado durante el día.

¿Qué harías?

Obviamente, se retira hasta el último centavo.

Cada uno de nosotros tiene este banco. Se llama TIEMPO.

Todas las mañanas, este banco le acredita 86.400 segundos, y todas las noches toma cualquier cantidad que no haya invertido en un buen propósito.



Este banco no mantiene saldo ni permite reposiciones.

Él abre una nueva cuenta para ti todos los días. Cada noche despeja el equilibrio del día.

Si no utiliza el dinero depositado, la pérdida es suya. No puedes volver.

No puede mover dinero a la cuenta de mañana, tiene que vivir en el presente con los depósitos de hoy.

El tiempo pasa, pero muchas veces no somos plenamente conscientes de la importancia que tiene, tanto la nuestra como la de las personas que nos rodean. Son cientos de acciones diarias que no valoramos lo suficiente, desde esos minutos que un compañero de trabajo o vecino nos dedica interesándose por nosotros hasta esos agradables momentos de conversación que nos brindan los amigos o la pareja. De hecho, si los ponemos en perspectiva, nos daríamos cuenta de que todas estas pequeñas muestras de cariño nos convierten en "millonarios del cariño".

No se espera tiempo, se acepta como regalo.

Lamentablemente, no siempre apreciamos lo suficiente los esfuerzos realizados por los demás para hacer nuestra vida más llevadera, para tratar de alegrarnos el día o simplemente estar de nuestro lado.


A veces cometemos el error de pensar que es su deber, cuando en realidad es una decisión personal. Si alguien se toma unos minutos para consolarnos, animarnos o hablar con nosotros es porque ha elegido hacerlo. Es su forma de decirnos que se preocupa lo suficiente por nosotros como para darnos algo de su tiempo.


Por supuesto, tampoco debemos cometer el error de obligar a otros a pasar tiempo con nosotros. Cuando conocemos a alguien a quien no hemos visto en mucho tiempo, regaños como "¡nunca me llamas!" o "¿Dónde te perdiste?" no tienen sentido porque lo hacen sentir culpable y comprometen toda la belleza del encuentro. En cambio, debemos regocijarnos, y si realmente queremos una explicación, no debemos caer en falsas suposiciones ni culpar al otro, sino preguntarle qué ha sucedido durante todo este tiempo.

Debemos recordar que dedicar tiempo es dedicar vida, por lo que debe ser un acto espontáneo y natural. El tiempo no se pide, ni se compra ni se demanda. Es una elección libre. Ciertamente no querrás encarcelar a alguien a tu lado que quiera estar en otro lugar o con otra persona.

Quien nos hace un favor, nos escucha o nos acompaña en los buenos y malos momentos, nos está dando una parte de su vida, nuestra tarea es estar plenamente presente para no desperdiciar este don.

No compartas tu vida con nadie que no aprecie tu tiempo.

De la misma manera que debemos valorar el tiempo que los demás pasan con nosotros, debemos aprender a ser más celosos de nuestro tiempo. Cada segundo que pasa es un segundo que no podemos recuperar, por lo que no tiene sentido dárselo a personas que no saben valorarlo.


Por lo tanto, no comparta su tiempo con quién:


- No quiere estar contigo y está presente solo por mera formalidad. Libéralo de esta "responsabilidad", él será feliz y tú también serás más feliz.

- Piense en términos de "matar el tiempo" en lugar de "aprovechar el tiempo", por lo que no hace nada particularmente valioso con su tiempo y quiere que usted también desperdicie el suyo.

- Siempre está enfocado en el teléfono móvil y se olvida de que estás a su lado, por lo que es imposible mantener una conversación o conectar emocionalmente con esta persona.


- Siempre llega tarde y piensa que siempre debes estar disponible porque tu tiempo no es tan valioso como el de él.

- Nunca tiene tiempo cuando lo necesita, pero pide su presencia cuando lo necesita.


Recuerda que el tiempo es tu bien más preciado, asegúrate de gastarlo con quienes te aprecian y reservan un lugar especial para ti en su vida.

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