¿Te ha pasado alguna vez que, de repente, cuando menos lo esperabas, se ha materializado algo que tanto anhelabas?
¿Alguna vez ha experimentado la sensación casi mágica de que todo funciona como debería?
¿Has tenido días en los que todo fluía de forma muy natural?
Algunos intentan explicar estos hechos recurriendo al destino, otros dicen que las estrellas se han alineado. Pero en realidad la explicación es mucho más sencilla, está dentro de nosotros. No somos las hadas ni los ángeles de la guarda, sino nosotros los que construimos estas maravillosas situaciones.
Las cosas buenas no vienen por sí solas, no son simples golpes de suerte, es necesario que las busquemos activamente, las deseemos y, sobre todo, demos los pasos necesarios para acercarnos a ellas. Solo así, un día, podrán materializarse. Los pequeños pasos, tomados de manera consistente, nos acercarán a nuestras metas.
El principal problema es que muchas veces nos convertimos en el principal obstáculo para lograr estos objetivos, nos asalta tal miedo que, inconscientemente, saboteamos todo lo que habíamos hecho. A partir de ese momento, las cosas empiezan a ir cuesta abajo y le echamos la culpa a la mala suerte.
Resistencias internas y miedo a la abundancia
Incluso si cuesta admitirlo, estamos demasiado acostumbrados a nuestra zona de confort. En ese espacio, aunque hay muchas cosas que nos preocupan, también hay muchas cosas que nos tranquilizan. Hemos alcanzado un equilibrio en el que, para bien o para mal, logramos sobrevivir. Y nos aterroriza romper este equilibrio.
Muy a menudo, damos un paso atrás justo cuando estamos a punto de lograr un cambio radical en el que hemos estado trabajando durante tanto tiempo. Cuando las cosas se derrumban, en lugar de culpar al destino, deberíamos preguntarnos qué resistencias internas se han activado.
De hecho, en muchos casos, cuanto más cerca está la meta, mayor es el miedo, porque se trata de romper para siempre con la zona de confort que ya conocemos y seguir el rumbo de una nueva vida que, aunque fascinante, genera también mucho miedo. Sufrimos de lo que podríamos definir como "miedo a la abundancia". Este miedo a menudo es paralizante. El miedo es tan grande que nos congelamos y no actuamos, ahí es cuando las cosas que parecían ir bien empiezan a complicarse.
¿Cómo vencer estas resistencias?
En algunos casos, estas resistencias internas son una señal de que aún no estamos listos para dar el paso. De hecho, aunque las cosas parezcan perfectas, pueden provocar cambios para los que no estamos suficientemente preparados. Les sucede muy a menudo a los famosos que a menudo se ven aplastados por el peso del éxito. En estos casos, es mejor no forzar eventos, tener un poco de paciencia y trabajar dentro de nosotros.
En otros casos, estas resistencias son solo la expresión del miedo a lo desconocido y a dejar lo familiar. Darse cuenta de su existencia ya es un gran paso. El segundo paso es prepararnos para el futuro, visualizar lo que haremos, de tal forma que nos sintamos cada vez más a gusto en esa situación que antes nos asustaba. Si seguimos avanzando en esta dirección, tarde o temprano, nuestro objetivo se materializará.
Si cambias tus pensamientos, cambias tu realidad
En muchos casos basta con cambiar nuestros pensamientos para cambiar la realidad que nos rodea. No se trata de pensar que te harás rico y lo conseguirás, sino que un cambio en la forma de pensar abre numerosas posibilidades a las que antes estabas cerrado.
Porque en la vida, en ocasiones, no es necesario luchar, sino dejarse llevar por la corriente, estando atento a las oportunidades que surgen en el camino.